El desalojo con la fuerza pública de la ex Estación Mitre ordenado por el intendente santafesino José Corral, quien dispuso rescindir el convenio por el cual la Asociación Civil Centro Cultural y Social El Birri utilizaba con un permiso provisorio dichas instalaciones ferroviarias, terminó en escándalo, con hechos de violencia y detenciones. La Justicia intervino luego de la polémica ordenando dejar en suspenso la medida dictada por el Ejecutivo, que de todas maneras ya empezó con tareas de albañilería para poner en valor el lugar.
Corral explicó que la decisión de rescindir el acuerdo con la Asociación El Birri por el uso de un sector de la ex Estación Mitre, obedece a una utilización indebida que se realizaba del predio y a una falta de mantenimiento del lugar. "A los convenios hay que cumplirlos. Había muchos incumplimientos; incluso denuncias de los vecinos por malos usos de una estación que es un patrimonio arquitectónico y cultural de todos los santafesinos", disparó el mandatario local.
Los integrantes del Centro Cultural y Social El Birri que funciona en el citado lugar desde el año 2007 denunciaron que "el municipio, a través de la fuerza pública impidieron la entrada de los trabajadores de la institución y de la comunidad barrial e inclusive arrestaron a dos compañeros por intentar ingresar al edificio para interiorizarse de la situación".
En conferencia de prensa, Brian Murphy, integrante de la asociación civil, sostuvo que la emblemática ex estación del Ferrocarril Mitre, "no es un edificio municipal. No sé por qué salen ahora con estas cuestiones. Nosotros vamos a estar acá toda la vida, porque la cultura popular es por 100 años más no por cuatro años que dura la gestión. No tenemos que cederle ningún espacio a la Municipalidad", contraatacó el dirigente.
La Asociación El Birri venía utilizando, permiso provisorio mediante, la planta alta, el ala oeste y el hall de la ex Estación Mitre —este último de uso compartido con el Municipio—, pero el Gobierno de la Ciudad resolvió la semana pasada la rescisión de la concesión e inmediata puesta en valor del lugar. En ese marco, una cuadrilla de trabajadores municipales comenzó con las primeras tareas de albañilería, para detener el deterioro.
La Justicia intervino luego de la polémica ordenando dejar en suspenso la medida dictada por el Ejecutivo municipal.
Denuncias. Según consignaron fuentes oficiales, la medida se fundamentó además en la gran cantidad de denuncias presentadas por vecinos de la ex estación, acompañadas por actas de infracción labradas en distintas oportunidades a raíz de incumplimiento de órdenes, intimaciones o notificaciones por la realización de espectáculos no autorizados. En el expediente constarían informes de la Brigada de Ruidos por música a alto volumen a través de altavoces y batucadas en horas de la madrugada.
En el operativo de desalojo, "nos acompañó la policía para evitar hechos de violencia con los escribanos y el personal municipal. Lamentablemente, se registraron hechos violentos. Por lo que me contaron, una persona vinculada al Birri rompió una ventana y quiso agredir a un policía y terminó detenido", comentó el secretario general de la Municipalidad, Carlos Pereira.
El propio intendente capitalino se sumó a la polémica al asegurar que "cuando personal municipal ingresó para llevar adelante las primeras tareas de puesta en valor, se comprobó que se destinaba parte del lugar a utilizaciones privadas y no públicas. Incluso hay pruebas de que había gente que vivía en la planta alta".
Corral comentó que el edificio presenta "un deterioro muy marcado de los espacios que el grupo tenía de manera exclusiva y de los espacios comunes que debía compartir con el municipio, aunque sistemáticamente se negaron a entregarnos las llaves. Hay que recorrer el hall de la estación y otras dependencias para ver el nivel de desgaste que tiene, y nuestra función es cuidar esos bienes que son de todos", expresó el intendente santafesino.
"Nosotros queremos trabajar con todas las instituciones, especialmente con las culturales, pero cada uno tiene que hacer su parte y firmar un convenio no da derecho a utilizar un bien público como si fuera privado y a traer una serie de molestias al barrio. Ojalá podamos encontrar el camino para volver a trabajar juntos con la gente de El Birri, como tiene que ser", concluyó Corral.
Nuevo acuerdo. "Nuestra intención es reformular el convenio con el centro cultural. Queremos recuperar el hall central y expandir los servicios que presta el distrito sudoeste, reformulando el convenio para que El Birri continúe ocupando el ala oeste, que entendemos tiene lugar suficiente para el desarrollo de sus actividades", consignó el funcionario.
El municipio planea habilitar en ese lugar la oficina del distrito suroeste para la realización de todo tipo de trámites vinculados a inmuebles, automotores y certificaciones.
Los integrantes de El Birri argumentan en su defensa que el histórico edificio "se ha preservado a través del tiempo gracias a una porción de la ciudadanía que ha evitado el saqueo y el deterioro de este emblemático lugar y ha sostenido una activa tarea cultural y social al interior del barrio, desde hace 16 años".
Asimismo denunciaron incumplimientos por parte del municipio tales como no dar aviso a la asamblea de las actividades a realizar por la Municipalidad o el de no brindar apoyo en producción y publicidad al Centro Cultural.