Con cinco horas de diferencia, el lunes pasado fueron asesinados dos hermanastros de 14 y 19 años en un sector de la zona norte de la ciudad de Santa Fe conocido como barrio Chaqueño. Por ambos casos, que fueron parte de la ola de violencia que registró cinco homicidios y en once horas y culminó con el desplazamiento de la cúpula policial del departamento La Capital, fueron detenidos dos adolescentes de 14 años que están sindicados como soldaditos de una banda narco que si bien tuvo que dejar el barrio no se descarta que siga operando en la zona.
Según refiere el diario Uno de Santa Fe, en el barrio Chaqueño la disputa entre bandas narco recrudeció desde la muerte de Adrián Escobar, un joven de 31 años que trabajaba como seguridad privada al que asesinaron en un intento de robarle la moto. Y en ese marco los pesquisas vinculan ese crimen con los dos ocurridos el lunes, ya que presumen que los tres fueron ejecutados por miembros de una familia que tuvo que irse del barrio luego de la muerte del vigilador ya que se veían cercados por los operativos policiales que apuntaban a ellos como responsables.
Atrapados. Según el diario capitalino, cuando la familia en cuestión —de apellido Montenegro— abandonó el barrio Chaqueño quedaron vacantes algunos puestos de venta de droga. En ese marco, los investigadores de los homicidios de Facundo "El Morocho" Segado, de 14 años, y su hermanastro Abel Villarroel, de 19, ocurridos el lunes pasado creen que las víctimas formaban parte del grupo que se había apoderado de los referidos búnkers.
Según esa hipótesis revelada por el diario santafesino, los Montenegro habrían ordenado los crímenes de los hermanastros como una forma de demostrar que su poderío en el barrio no se terminó.
En ese contexto, entre el martes y el miércoles fueron detenidos dos adolescentes de 14 años que están sindicados como los homicidas de Segado y Villarroel. Si bien se consigna que ambos habrían confesado su autoría, cabe recordar que por su edad son inimputables para la Justicia penal.
Crímenes. El primero de los crímenes ocurridos el lunes pasado fue minutos antes del mediodía, cuando Facundo Segado fue alcanzado por dos balas calibre 9 milímetros en un pasillo del barrio Chaqueño. El chico de 14 años fue llevado agonizante por un vecino hasta el Hospital Iturraspe, donde finalmente murió. Cinco horas después, a las 17, fue asesinado Villarroel con balas calibre 32.
Al día siguiente fue apresado un chico de 14 años a quien se le incautó un revólver calibre 32. El diario Uno refiere que el adolescente se quebró y entre sollozos confesó uno de los crímenes.
Horas más tarde otro pibe de la misma edad fue detenido por el otro homicidio. Ambos quedaron a disposición de la Justicia de Menores.
La pesquisa relaciona estos hechos con el homicidio de Adrián Escobar, ocurrido la madrugada del 24 de abril en Pizzorno y Matheu, en el barrio santafesino Guadalupe Oeste. El muchacho tenía 31 años y era empleado de una agencia de seguridad privada. En principio se presume que pudo haber sido atacado para robarle la moto.
También por este crimen se presentó ante la Justicia un adolescente, acompañado de su madre, que estaba siendo buscado como uno de los que estuvo en la escena del crimen. El chico quedó a disposición de la Justicia de Menores.
Dos homicidios más y ya son 72
Un hombre de 58 años fue asesinado ayer a las 15 en el barrio Yapeyú de Santa Fe. Juan Carlos Pizarro fue emboscado y ejecutado a tiros en Reynares y La Fe. Dos horas más tarde, minutos antes de las 17, un joven de 24 años recibió un disparo en el ojo en calle Pedro Espinoza al 6.400, de barrio Nuevo Horizonte. La víctima fue Luciano Gómez, de 24 años. Al cierre de esta edición eran 72 los homicidios ocurridos en la capital santafesina en lo que va del año.