A un mes y medio de que el Concejo aprobara el plan especial de reconversión urbanística para el sector central de calle San Juan, el municipio ya está instalando sobre la arteria un nuevo sistema de iluminación con columnas y artefactos de diseño muy vistoso. Hasta ahora, la única iniciativa privada de trascendencia que se anotó en el proyecto de renovación del sector es la construcción de un hotel en el solar donde históricamente funcionó el restaurante Rich (San Juan 1031), una inversión de la firma Indisa SA, que encabeza el dueño de Micropack, Lucio Di Santo, y que levanta la empresa Fundar. Según dijo ayer el secretario de Planeamiento, Pablo Barese, la nueva red lumínica busca "dar una señal de que la obra pública acompañará en el plan a la iniciativa privada" para revitalizar el área.
En rigor, la ordenanza votada en diciembre último contempla la renovación no sólo de San Juan, sino de un radio de ocho manzanas actualmente muy "degradadas" dentro del sector comprendido por Entre Ríos, Maipú, Mendoza y San Luis. En el área conviven edificaciones deterioradas, tramos de inmuebles ya demolidos o a punto de serlo y propiedades de valor patrimonial.
Es una zona realmente paradójica de la ciudad: está enclavada en pleno centro, atravesada por una de sus dos únicas peatonales, jalonada por lugares emblemáticos como el Centro Cultural Roberto Fontanarrosa o el Normal 1 y por edificios de valor patrimonial, pero a la vez tiene construcciones de vieja jerarquía que hoy literalmente se vienen abajo (sustituibles) y aloja a una población en situación de calle que vive en ella como puede. La inseguridad es otro reclamo frecuente entre los vecinos.
Tras un diagnóstico que relevó esas y otras condiciones, la Municipalidad delineó un plan de reordenamiento para el sector. La idea era impulsar una transformación edilicia mediante la unificación de parcelas que permitiera edificios de grandes dimensiones, la ampliación de sus estrechas veredas y la rehabilitación de las plazas (Sarmiento y Montenegro), pero rescatando los inmuebles consolidados y, sobre todo, los catalogados por su valor histórico y arquitectónico.
El plan también abrió la posibilidad de llevar los límites de edificación hasta 30 metros o, de acuerdo a las dimensiones de los lotes, celebrar convenios especiales para elevarlos hasta 54.
El Concejo terminó aprobándolo el 19 de diciembre, en un proyecto que unificó el mensaje enviado por el Ejecutivo con una propuesta presentada tres años antes por el edil radical Jorge Boasso.
Primeros pasos. De todas las iniciativas en carpeta, algunas intervenciones ya se concretaron o están en ejecución: mejoras en la plaza Montenegro y el Centro Fontanarrosa, el avance de una gran edificación privada donde estaba el restaurante Rich y, ahora, nuevas luminarias sobre ambas veredas a lo largo de San Juan, entre San Martín y Entre Ríos.
Las luces, explicó Barese, funcionan como "señal de que la obra pública acompañará en el plan a la iniciativa privada". Se trata, dijo, de luminarias de tecnología led, de primera calidad y bajo consumo, que no sólo apuntan a embellecer el sector, sino también a potenciar la iluminación para responder a un "reclamo reiterado de seguridad" por parte de los vecinos.
La inversión en el sistema lumínico ascendió a un millón trescientos mil pesos. "Es un primer paso, pero no va ser el único", adelantó el funcionario.
En lo que hace a inversión privada adaptada a los nuevos usos y formatos pensados para el área, la empresa de capitales rosarinos Fundar está construyendo un edificio que llegará a 47,35 metros de altura, confirmó ayer el subdirector de Obras Particulares, Sergio Corte.
En el lugar, originalmente proyectado como torre de viviendas y oficinas, "después de muchas idas y vueltas" (y con un régimen diferencial que ameritó gran cantidad de trámite previos), se hará un hotel de 16 pisos, articulado en altura a otro establecimiento lindero, el también hotel Plaza del Sol (San Juan 1055/57).
Al lote donde se está levantando el hotel (el mismo que durante décadas ocupó el Rich) después se sumó un terreno lindero ubicado hacia el este, producto de una demolición, donde se construirán las cocheras.
Acerca de las características del futuro hotel, reina el hermetismo. De hecho, ni desde la Municipalidad ni desde la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica y Afines supieron dar precisiones respecto de si el establecimiento integrará una cadena o tendrá marca propia y local.
En el permiso de edificación, que data de julio pasado, confirmó Corte, la firma Indisa SA figura como grupo inversor.
Una esquina problemática
Un capítulo aparte merece lo que ocurre en la esquina sudoeste de San Martín y San Juan, donde años atrás funcionaba una de las oficinas de la empresa francesa Aguas Provinciales de Santa Fe. Desde que la firma se retiró del lugar, el sitio se transformó en tierra de nadie. O mejor dicho, en alojamiento nocturno para personas en situación de calle que durante el día rondan la plaza Montenegro y dejan allí sus colchones y desechos. Si existe un plan de reconversión para San Juan, el destino de esa casona, de valor patrimonial, debería poder tenerse en cuenta.
“Hemos tratado infructuosamente de contactarnos con el propietario, que no vive en Rosario y tampoco parece demasiado interesado en alquilar ese local de planta baja”, dijo el secretario de Planeamiento, Pablo Barese.
La expectativa es lograr que el lugar vuelva a ser alquilado o reciba un nuevo uso para cuando el futuro hotel ya sea una realidad. “Pero desgraciadamente se trata de una propiedad privada, que en su planta alta tiene incluso varios dueños, y el municipio carece de potestad para tomar decisiones sobre un espacio tan complicado”, se sinceró el funcionario de la Intendencia.
Cruce de vereda
El secretario de Planeamiento, Pablo Barese, anunció ayer que la próxima intervención municipal será correr la concurrida parada de colectivos de San Juan y San Martín a la vereda que corresponde al Centro Cultural Fontanarrosa, es decir, cruzando la peatonal. Un enroque permitirá que la parada de taxis ocupe su lugar.