La guerra en Siria, que venía relegada en los medios por efecto de su cronificación, ha tenido la suerte de volver a los primeros planos. Primero fue la tormenta informativa y emotiva desatada por la emigración hacia Europa; ahora, llegó la novedad estratégica de la intervención militar rusa. Ambos datos han servido para poner en primer plano, finalmente, el drama sirio, como no habían hecho los informes del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, que suman 320 mil muertos en el conflicto (250.000 para la ONU). Pero sigue sin estar claro cómo se arma el rompecabezas sirio, más allá de la tragedia.Vale entonces revisar sumariamente qué fuerzas se mueven en el terreno y detrás de él y cómo se llegó a la actual situación de bloqueo (que, previsiblemente, no se superará por el activismo de Putin).
Rusia es hoy, obviamente, el actor internacional principal. Arma al régimen de Bashar Assad desde hace años, y si no fuera por esto el dictador sirio habría caído hace tiempo. Irán acaba de abrir oficialmente sus cielos a los aviones de carga rusos, una mera formalidad. Irán tiene tropas en Siria por más que lo desmienta, además de enviar armas al aliado en apuros. Hezbolá también combate al lado de Assad, quien fue clave en la guerra de 2006 del grupo terrorista libanés contra Israel. A la vez, los aparatos de propaganda de Rusia e Irán deslizan que EEUU arma "a los terroristas", como llaman a todos los enemigos que enfrenta Assad, sean demócratas laicos o el realmente terrorista Estado Islámico (EI, también Isis, Isil o Daesh). Lo cierto es más bien lo opuesto: el moderado Ejército Libre de Siria (FSA) y el Consejo Nacional en el exilio sufren la casi total falta de envíos de armas y recursos financieros. Ya no son noticia en el frente precisamente por la ausencia de apoyo financiero, diplomático y militar. El FSA hoy sólo pesa en el Sur, en la zona de Daraya.
Esta falta de colaboración concreta de Occidente, explicitada en septiembre de 2013 cuando Obama amagó con una campaña de bombardeos que después archivó, fue decisiva para: 1) fragmentar fatalmente a la oposición militar y política moderada a partir de ese año, y 2) fortalecer desde entonces al Isis, que nació en Irak pero se volvió una potencia en Siria.
Recursos.PUNCTUATION_SPACEPero ¿de dónde salen los recursos del Isis?, se preguntan muchos. De inmediato surgen las teorías conspirativas, pero Isis es ante todo un producto del vacío de poder en Siria. Sin la combinación de este vacío con la enorme red de activismo islámico sería un grupo más de la galaxia yihadista. Aunque parece claro que Turquía y algunos en el Golfo han jugado fichas por el Isis, hoy el único punto que amalgama a todos es la coincidencia de aniquilarlo. Aunque con cierta ambigüedad y reticencia desde el Golfo y Turquía.
EEUU y Europa son, desde el mismo inicio del conflicto en marzo-abril de 2011, muy reacios a armar a los rebeldes moderados por temor a que esas armas vayan a dar a manos equivocadas (Isis o Al Nusra, rama de Al Qaeda armada por Qatar).Pesa mucho la experiencia en Libia, donde Francia lideró la intervención aérea en favor del alzamiento popular contra Kadhafy. Este fue derrocado, pero Libia se hundió en el caos y hoy el Isis domina al menos un puerto, Derna, y tiene fuerte presencia en Benghazi. Más atrás en el tiempo, Irak y su desastrosa invasión de 2003 y la eterna guerra en Afganistán siguen gravitando en las decisiones estratégicas de los gobernantes y en la opinión pública.
Como denota el mapa en esta página, la guerra en Siria es de las más fragmentadas que se hayan visto. Casi en cada provincia y cada ciudad hay un frente, con sus actores y balances de fuerzas. El territorio dominado por Assad y sus aliados —iraníes, iraquíes, libaneses y rusos— se extiende al modo de una ameba, desde Damasco, al sur, muy sitiada por diversas facciones rebeldes, hasta la costa de Latakia y Tartus en el norte, bastiones de la minoría alauita y el clan Assad. Rusia, una nación emergente y con graves problemas económicos, no pretende eliminar al Isis, Al Nusra, FSA y demás milicias y recuperar totalmente Siria para quedársela como un protectorado. No tiene la fuerza militar ni económica necesarias, y Putin debe cuidarse mucho de sufrir bajas: la tolerancia de la sociedad rusa a los muertos propios ya está a prueba por Ucrania, y los caídos llegados desde un escenario tan lejano como Medio Oriente no resultarían aceptables. Moscú solo aspira a reforzar y estabilizar el enclave de la costa después del fuerte retroceso en todos los frentes que sufrió el ejército sirio el pasado verano boreal. Con eso, un puerto y un aeropuerto transformados de hecho en bases rusas, les alcanza a Putin y sus generales para plantar la banderita rusa en el mapa del Mediterráneo oriental. Un logro estratégico que Francia, EEUU y Reino Unido deben envidiar en secreto. En algún momento, todos, se supone, coordinarán fuerzas para doblegar al Isis. Pero esta instancia por ahora es hipotética.
Debe agregarse que el multicolor bando anti-Assad se combate entre sí con ferocidad, con las facciones moderadas de un lado y el Isis del otro. Al Nusra, a su vez, combate contra todos ellos y Assad. Al norte, sobre la frontera con Turquía, se destacan las milicias kurdas del YPG, favorecidas decisivamente por EEUU con sus bombardeos de precisión. Después de la victoria de Kobani sumaron la captura de Tal Abyad, un paso estratégico por el que llegaban milicianos al Isis desde Turquía.
Las armas.PUNCTUATION_SPACE Por todo lo dicho, las armas occidentales se ven muy poco en Siria; algunos misiles antitanque Tow, por ejemplo, que pueden haber salido del Golfo o Turquía. Recientemente EEUU sufrió un grotesco fracaso, cuando una columna de milicianos entrenados en Turquía fue rápidamente exterminada por Al Nusra. Un segundo contingente entregó su equipo para sobrevivir. Por lo demás, casi todo el material que se emplea en el campo de batalla es ruso (tanques, armas antitanque, blindados de infantería, obuses, cañones antiaéreos, fusiles y ametralladoras, además de aviones y helicópteros). El material bélico ha sido siempre un marcador seguro sobre el origen de la influencia externa en un conflicto armado. Eso sí, contra la creencia popular ninguna guerra se hace "para vender armas". Esta tampoco. Ni "por el petróleo", que no existe en cantidades relevantes en Siria ni en el resto del Mediterráneo oriental, desde Turquía a Egipto.
El estancamiento militar en Siria evidencia también los límites del modelo implementado por la administración Obama para salir de Irak y Afganistán ("nosotros ponemos la fuerza aérea y las armas de su ejército y usteden ponen los soldados y por lo tanto los muertos"). Este modelo funcionó pésimamente en 2014, cuando el nuevo ejercito shiíta de Bagdad simplemente se disolvió ante el avance del Isis en el centro y norte de Irak. Cuatro divisiones totalmente equipadas con material estadounidense se evaporaron. Una oportunidad de oro que permitió al Isis ocupar un tercio del país, tomar Mosul, amenazar el Kurdistán iraquí y llegar a las puertas de Bagdad. Esto forzó a Obama a ordenar finalmente una ofensiva aérea que hoy sigue y seguramente continuará por mucho tiempo más, sin resultados decisivos a la vista.