El régimen sirio le ha comunicado a Rusia que "en principio" está dispuesto a participar en una conferencia de paz internacional programada para principios de junio en Ginebra, según informó el Ministerio ruso de Relaciones Exteriores. La asistencia del presidente de Siria, Bashar Assad, no ha sido confirmada y el propio régimen sirio no se ha pronunciado aún al respecto. Entre los rebeldes sirios se teme que se trate de una maniobra dilatoria de Assad y su principal aliado, Rusia, mientras las tropas de Damasco, armadas en gran medida por Moscú, usan todo su poder de fuego contra las ciudades rebeldes.
El portavoz del Ministerio de Exteriores en Moscú, Alexander Lukashevich, dijo que la fecha exacta de la conferencia en Ginebra no ha sido fijada todavía. La oposición siria debe decidir si asiste durante la reunión que celebra hasta hoy en Estambul. Los opositores rechazaron hasta ahora conversar con Assad. También Reino Unido lo hizo. Estados Unidos exigía asimismo como precondición la salida de Assad, pero últimamente ha flexibilizado su posición. El veto sobre Assad es rechazado por Moscú, gran aliado y apoyo económico y militar del régimen sirio.
El portavoz ruso Lukashevich llamó a la oposición siria a formar una delegación sin plantear condiciones previas. De momento, la Coalición Nacional Siria no ha dado respuesta, y se limitó a denunciar una vez más la "inactividad" de la comunidad internacional y el uso de armas químicas por parte del régimen.
La Coalición aseguró que otras cuatro personas murieron en Adra, en los alrededores de Damasco, por gas venenoso, y otras 50 personas sufrieron problemas respiratorios y fuertes brotes alérgicos. El uso de estas armas es un delito de guerra, El régimen sirio niega que utilice estas armas.
El presidente estadounidense, Barack Obama, señaló en diciembre pasado que el uso de armas químicas es una "línea roja" que de cruzarse tendría como respuesta una intervención militar. Desde entonces crece la presión sobre Washington, ya que la oposición y algunos Estados aliados consideran que esa "línea roja" ya se ha cruzado hace tiempo y reiteradas veces.
Mientras, el ministro de Exteriores ruso, Serguei Lavrov, y el secretario de Estado norteamericano, John Kerry, seguirán debatiendo sobre la situación en Siria y las perspectivas de la conferencia este lunes en París, informó el Ministerio de Exteriores ruso.
Mientras tanto, los rebeldes sirios lanzaron un ataque contra las tropas del gobierno para hacerse con el control de la estratégica ciudad de Kusair, próxima a la frontera con el Líbano. Según un portavoz, los rebeldes han reconquistado desde el lunes tres puestos de control militar en la ciudad. Los combatientes llevan varias semanas defendiéndose de los ataques lanzados por el ejército de Assad y la milicia shiíta libanesa Hezbolá. Esta es, junto a Irán, el principal aliado directo de Assad, al que provee de equipo militar y combatientes. Irán ha desmentido que participe en las operaciones militares, pero hay evidencias en contrario. El régimen, por su parte, informó que 13 "terroristas" fueron eliminados en Kusair. Además, los soldados habrían destruido algunos depósitos de armas rebeldes. El régimen utiliza el término "terroristas" para referirse a los miembros de la rebelión opositora.
Ciudad estratégica.Kusair está situada cerca de una importante carretera que comunica Damasco con las regiones costeras, que están bajo control del régimen y el área de dominio de la secta shiíta alawita, a la que pertenecen el clan de Assad y el resto de la élite de su régimen. La oposición utiliza la región de Kusair para el suministro de armas procedentes del Líbano, donde viven también muchos adversarios del régimen de Assad. La importante colectividad sunita del Líbano se ha enfrentado a los shiítas de Hezbolá con armas de fuego esta semana, especialmente en la ciudad de Trípoli. Esto ha creado temores de que la guerra civil siria, luego de dos años, se derrame sobre los países vecinos. Líbano es particularmente vulnerable a este riesgo debido a la alianza de Hezbolá con Assad e Irán.