El clérigo Hasan Ruhani juró como nuevo presidente de Irán, en una ceremonia en la que tendió la mano a Occidente pero en la que también advirtió de que no conseguirá nada con amenazas. "Espero que Dios me abra a mí y al pueblo las puertas en esta difícil misión", dijo en su discurso ante el Parlamento, en el que esbozó los objetivos de su gobierno y se distanció de la política de su antecesor, Mahmud Ahmadineyad.
En lo que respecta a la política exterior, Ruhani fue más suave en el tono, pero advirtió a Occidente que "con sanciones y amenazas de guerra no se puede asustar" al pueblo iraní ni obligarlo a hacer concesiones.
Como una de sus primeras medidas, el presidente nominó como futuro ministro de Relaciones Exteriores al ex embajador ante la ONU Mohamed Javad Zarif, de 53 años. Zarif estuvo en Nueva York de 2002 a 2007 como representante de Irán, y antes de eso fue viceministro del Exterior durante diez años. Uno de los objetivos de Ruhani es volver a tener relaciones diplomáticas con Washington después de 34 años de enfrentamiento. Un objetivo que marca claramente sus diferencias con la era de 8 años de Ahmadineyad, quien apenas llegó al poder en 2005 hundió las negociaciones internacionales sobre el programa nuclear iraní.
Programa nuclear.Respecto del conflicto por el programa nuclear, Ruhani dijo que Irán defiende la transparencia como base para la confianza con todo el mundo, pero que nunca renunciará a sus derechos. "La clave está en el respeto bilateral y no en las sanciones", sentenció. La falta de transparencia ha sido la principal de las objeciones sobre el programa iraní, cuya historia está tapizada de ocultamientos a la ONU. También aseguró que Irán está en contra de cualquier tipo de guerra. "Irán rechaza las invasiones militares y guerras civiles en todo el mundo y será pronto un ancla de la paz y de la estabilidad en la región", afirmó Ruhani.
"Dignidad y libertad".Dirigiéndose a sus ciudadanos, añadió que en las elecciones los iraníes expresaron claramente su deseo de una vida mejor con dignidad y libertad. "Para mí todos los iraníes son iguales, soy el presidente de todos, también de los que piensan diferente y de aquellos que (a modo de protesta) ni siquiera han votado". Fueron palabras importantes y todo un guiño para los sectores opositores y reformistas.
Asimismo, prometió luchar contra la corrupción durante el acto, al que asistieron invitados extranjeros por primera vez desde la revolución de 1979. Ruhani concluyó su discurso presentando la lista de miembros de su gabinete, integrado por técnicos que en su mayoría fueron miembros de los gobiernos del expresidente moderado Akbar Hashemi Rafsandjani (1989-1997) y del expresidente reformista Mohamad Jatami (1997-2005). Por primera vez, gobernantes extranjeros fueron invitados a asistir a la ceremonia de investidura.
Netanyahu, alerta.Israel, en tanto, expresó nuevamente su preocupación por la política nuclear de Teherán. En Irán hay un nuevo presidente, pero eso no cambia el objetivo del régimen, dijo el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu. "Irán quiere desarrollar armas atómicas con el objetivo de destruir al Estado de Israel. Y eso significa un peligro no sólo para nosotros y el Medio Oriente, sino para todo el mundo. Y tenemos la obligación de evitarlo", recalcó Netanyahu.
En contraste, la Casa Blanca expresó su esperanza de que mejore la situación en Irán con el mandato del nuevo presidente. En un comunicado indicó que la elección de Ruhani es una señal de que el pueblo iraní quiere un cambio. "Esperamos que el nuevo gobierno iraní cumpla la voluntad del pueblo dando pasos que lleven a una mejor calidad de vida para la población iraní". Si el nuevo gobierno se compromete en esta dirección de forma "sustancial y seria", encontrará en Estados Unidos a un socio, añade la Casa Blanca.
Ruhani fue elegido el 14 de junio con 51 por ciento de los votos para cumplir un mandato de cuatro años.