Agustín Rossi pasó las últimas horas de campaña dialogando con la prensa.
Resaltó el balance positivo de la gestión K iniciada en 2003, que hoy resiste los coletazos de la
crisis financiera internacional, y los ejes de un modelo basado en la competitividad de la
exportación y el mercado interno como movilizador del empleo y el salario.
Sobre Carlos Reutemann y Hermes Binner dijo que entraron en una "feroz pelea por
ver quién es más opositor al gobierno, y como no encontraron diferencias de ideas, apelaron a la
agresión mutua". También resaltó el rol de la militancia: "Somos los únicos que hacemos actos en
esta provincia", destacó, y advirtió: "La Argentina no puede hacer una gambeta a la historia y
volver para atrás".
—¿Qué evaluación hace de la campaña y su tono?
—Hemos perdido una oportunidad, porque en el marco de la crisis
internacional, no pudimos discutir seriamente cuál era el perfil de país que queremos, en un mundo
que se está reorganizando. Las veces que se intentó aparecieron cosas espasmódicas como (Mauricio)
Macri diciendo "queremos reprivatizar". Hubiese sido interesante profundizar, o cuando (Elisa)
Carrió planteó rebajas de impuestos y cubrir el déficit volviendo al FMI.
—¿Y en la provincia?
—Hubo dos dirigentes tradicionalmente austeros a la hora de emitir
palabras como Reutemann y Binner que en esta feroz pelea por ver quién es más opositor al gobierno
nacional, como no encontraron diferencias de ideas, en la coyuntura apelaron a la agresión y la
descalificación mutua. A nosotros nos quedó un carril: plantear a un diálogo sobre estos seis años
de gestión. En ese escenario creo que crecimos desde que presentamos la lista hasta ahora, y
esperamos que eso termine dando en una buena elección el 28.
—¿Por qué el campo no entendió que la 125 modificada beneficiaba a los más
chicos?
—La sensación que tengo es que la propuesta en Diputados llegó tarde, como
tantas cosas en medio del conflicto. Se terminaban bajando las retenciones para los productores de
menos de 300 toneladas un 30 por ciento, aquellos de hasta 750 quedaban en 35 por ciento, y
afectados por la curva de la 125 quedaban el 20 por ciento de los productores de soja. Además
habíamos puesto la compensación por flete, por lo que para los más alejados del puerto como los del
norte de Santa Fe bajaba aún más la retención. Creo que llegó en un momento en que el conflicto
estaba muy planteado en términos de todo o nada, y la mesa de enlace, por más que era beneficiosa
para un sector muy importante de productores lo que habíamos aprobado, prefirió ir a la derogación
de la 125, planteado más como una disputa de poder y no hablando de las cuestiones específicas.
—¿Hubo oportunismo de la oposición en ese momento?
—El conflicto generaba desgaste al gobierno y la oposición empezó a
montarse en ello.
—Decía que en la campaña no se pudieron discutir temas clave, ¿le parece que después
de la elección se podrá dar?
—Es necesario aumentar la calidad del debate político, que está cargado de
consignas, descalificaciones, y reduccionismo. Cuando uno avanza en tratar de debatir alguna
cuestión de fondo siempre hay una etiqueta, se juzga la iniciativa por quién la propone y no por el
fondo, son prácticas que deberían correrse. En el Parlamento también hay una discusión muy cargada
de consignas, con estereotipos, y así es muy difícil avanzar.
—No es muy alentador, porque los interlocutores principales serán los
mismos.
—Dependerá de todos, oficialismo y oposición. También del rol de los
medios, por esta atracción por la comunicación fácil, con una palabra, que después hace que cueste
mucho dar una discusión seria.
—¿Cuáles son los temas pendientes del "modelo"?
—Consolidar los niveles de crecimiento y desarrollo social. El 25 de mayo
de 2003 nos paramos en la idea de que Argentina debía mantener su competitividad en el sector
exportador, pero al mismo tiempo desarrollar un fuerte mercado interno que permita altos niveles de
ocupación y poder adquisitivo del salario, tirar por la borda aquella idea de los '90 de que cuando
pedías aumento de salario te decían que eso generaba inflación. Ese escenario es el básico para
imaginar una redistribución del ingreso. Veníamos en ese escenario y tuvimos un parate producto de
la crisis internacional. En la medida en que terminemos de surfear la crisis, hay que retomar esa
senda.
—En los últimos actos agradeció a la militancia. ¿La 125 disparó el debate
político?
—Es cierto, y esa es una de las consecuencias positivas del conflicto. Se
defendieron ideas con pasión. Lo erróneo o lo negativo es que esa pasión se convierta en
intolerancia y agresión física. Pero ciertamente hubo un debate político-idelógico en todo el país.
Mi referencia a la militancia es porque somos una estructura política en la provincia que venimos
trabajando hace cinco años y tenemos un desarrollo territorial, y hubo lugares en donde defender
determinadas ideas significaba muchísima entereza. Haber sostenido la política en los momentos más
difíciles fue lo que nos permitió hoy estar planteando esta opción electoral a los santafesinos.
Valoramos la política y creemos que la militancia es una actitud de vida, por eso hago actos
públicos. Somos los únicos que hacemos actos en Santa Fe, es una práctica colectiva muy
importante.
—¿Por qué votarlo?
—Más allá de algunos errores, el balance de estos seis años es positivo
para la provincia y los rosarinos, sobre todo. Así como Santa Fe sufrió las políticas recesivas
nacionales, cuando las hay de crecimiento, Santa Fe lo hace rápidamente. La Argentina no puede hace
una gambeta a la historia y volver atrás.