La altura del Paraná frente a Rosario se ubicó ayer en 4,93 metros, a sólo siete centímetros del nivel de alerta y a 37 del de evacuación. Pero todo indica que el fenómeno no tomará desprevenida a la ciudad, ya que desde hace cuatro meses la Municipalidad trabaja articuladamente con la provincia en el marco del Comité de Operaciones de Emergencia, integrado por todas las áreas operativas. Hasta ahora ya se definieron "puntos de referencia" en los seis distritos, la mayoría ubicados en centros de salud y de convivencia, donde los vecinos podrán acudir en una primera instancia en busca de ayuda e información. Luego, si eventualmente se requiriera, podrían ser derivados a centros de evacuación armados "en cascada" (se irán abriendo a medida que se necesiten). La "hipótesis" de máxima con que se aborda la prevención, admitió ayer la intendenta Mónica Fein, es que pueda llegar a haber hasta cinco mil evacuados en Rosario.
Apenas se supo que el fenómeno de El Niño llegaría a la región con más intensidad que la habitual, la provincia y la Municipalidad comenzaron a delinear un plan de contingencia.
Ayer, por ejemplo, Fein participó de una nueva reunión convocada en el hipódromo por la Central de Operaciones de Emergencia para avanzar en ese plan, al que también se suman las secretarías de Servicios Públicos, Control y Convivencia y Salud, el Sistema Integrado de Emergencia Sanitaria (Sies), el Servicio Público de la Vivienda, Defensa Civil y las áreas de servicios urbanos.
De hecho, en la ciudad ya se vienen desarrollando "tareas operativas", explicó el subdirector de Defensa Civil, Gonzalo Ratner. Por ejemplo, a través de la limpieza de canales que atraviesan la ciudad, la rectificación de zanjas para favorecer el escurrimiento y la desobstrucción de bocas de tormenta.
En dos frentes. En rigor, Rosario enfrenta hoy dos panoramas complicados: el de la altura del Paraná, que según lo que ocurre aguas arriba promete continuar subiendo (ver aparte) y podría obligar a evacuar a un grupo de familias asentadas sobre sus márgenes en El Mangrullo, y el del crecimiento de arroyos y canales a causa de las lluvias, con la consecuente dificultad para que esos cursos de agua desemboquen en el río. Es que, justamente por estar tan alto, frena la descarga.
La propia intendenta aseguró que se está "trabajando arduamente" en prevención a partir de haber previsto un "exceso de precipitaciones". Por estas horas días, y de acuerdo al "mapa de riesgo" que se monitorea diariamente en la ciudad, las tareas se centran en la situación de las familias isleñas que viven frente a Rosario y en El Mangrullo.
"Vamos a estar preparados porque para enero están anunciadas muchas lluvias", advirtió.
En realidad, aún faltan 7 centímetros para que el Paraná frente a Rosario alcance el nivel de alerta (definido por Prefectura Naval y el Instituto Nacional del Agua, INA) y 37 para el de evacuación.
Lluvias. Aun así, ese problema no sería el de mayor impacto, ya que son pocas las familias que viven sobre la ribera del río. Peor sería que a la altura del Paraná se sumaran precipitaciones locales intensas, ya que eso elevara los niveles de los arroyos y canales en cuyas márgenes y zonas circundantes sí se asientan miles de hogares vulnerables.
Por eso, Ratner afirmó que los lugares en riesgo están "georreferenciados" para brindar "respuesta" en forma inmediata. Por ejemplo, aparte de El Mangrullo, en barrios bajos o deprimidos como Nuevo Alberdi, Stella Maris, Tango, Antenas, Empalme Graneros, Las Flores y San Martín Sur, por nombrar algunos.
En esos sectores los vecinos ya han empezando a prepararse y, en caso de necesidad, saben que podrán concurrir a los puntos de referencia de cada uno de sus barrios, donde recibirán "información y ayuda", explicó Ratner.
El segundo paso, si la situación lo amerita, será la evacuación. "Tenemos un programa preparado, pero esperamos que no sea necesario" implementarlo, dijo Fein. De todos modos, las potenciales víctimas de una inundación ya saben, por caso, adónde dirigirse y qué llevar consigo.
Cada distrito contará con centros de evacuación, de modo de "conservar una distancia" que permita la "comunicación" entre los hospedados y sus familias, adelantó. El municipio también tiene previsto comprar alimentos y colchones, entre otros elementos.
Con todo, la intendenta se mostró esperanzada en no tener que apelar finalmente al protocolo de evacuación. "Esperamos no tener ningún evacuado, que El Niño pase y podamos conservar a cada familia en su lugar", confió Fein.