Mientras se debate el Código Urbano que fijará topes y también libertades en la construcción, una
muestra de fotos sobre una ciudad lejana se exhibe en el Museo de la Ciudad y el Centro Cultural
Bernardino Rivadavia. A través de las imágenes expuestas puede verse cómo era esa ciudad que dos
reporteros gráficos capturaron entre 1930 y principios de los 60. Cómo eran sus calles, sus
edificios, su gente, el transporte, los comercios, y también sus sucesos: los baches de siempre, el
fútbol y sus hinchas, sus políticos. En silencio, mientras tanto, italianos, franceses, libaneses,
griegos, judíos o españoles intentaban construir sus casas. Hoy, muchas de ellas, como aquella
ciudad, son sólo el recuerdo que disparan las maravillosas fotografías de Joaquín Chiavazza y Blas
Persio. Entonces bien vale una pregunta, cómo será mirada, dentro de unas cuántas décadas, la
ciudad que hoy construyen los rosarinos. Más allá de la inmediatez de constructores, vecinos y
funcionarios en pugna no estaría mal construir, mientras tanto, la ciudad de ese futuro en una
plataforma de internet, tal cual la web ofrece hoy. Como aquel plan regulador de la década del 50,
hoy podría reproducirse la experiencia en lo virtual como un compromiso real. Y mientras tanto
capturar imágenes, como una forma de reterner la ciudad en retirada. ¿Se podrá?