Termina el día. Las cámaras se apagan, los micrófonos se cierran y aparece él, simple y tranquilo, (lejos de su perfil del hombre más informado de la farándula). “Yo soy distinto al de la tele”, aclara Jorge Rial. Y se nota. El exitoso conductor no oculta su cansancio, que ha sido motivo de la sobreexposición que tuvo en los últimos días a causa de su polémica entrevista a Leonardo Fariña (implicado en un hecho de corrupción relacionado con el gobierno). “A esta hora (las 8 y 20 de la noche) ya estoy cansado, no te voy a mentir. Pero hago lo que me gusta, si me quejo sería un desagradecido”, admite. El conductor de “Intrusos en el espectáculo” se confiesa en una charla exclusiva con Escenario antes de su llegada a Rosario con “Rialidad en la city”, un music hall que fusionará sus monólogos sobre la farándula con el humor de Claudio Rico y cuadros de baile de Valeria Archimó y gran ballet. Pero antes de las dos funciones que realizará el viernes y sábado próximos en el teatro Fundación Astengo, el periodista habló del rol de los programas de espectáculos ante los conflictos políticos, del caso Fariña, de su relación con Loly Antoniale y de la televisión sin Tinelli. Con ustedes, Jorge Rial.
—Cuando me convocan siempre me proponen hacer monólogos yo solo. Y la verdad es que yo quería hacer algo más fuerte donde se mezcle lo musical con el humor. Entonces lo llamé a (Guillermo) Marín y le dije: “Tengo ganas de que hagamos un music hall. Y salió tan redondo y nos fue tan bien en Mar del Plata que decidimos salir a las provincias. Con Guillermo vamos a tratar de cambiar el esquema normal del teatro que es primero Mar del Plata o Carlos Paz y después salir de gira.
—Entre “Ciudad Goti K” a la mañana, “Intrusos” a la tarde y “Rialidad en la City” los fines de semana, ¿no terminás agotado?
—Trabajo en lo que me gusta, así que no me puedo cansar aunque obviamente que me canso. Ahora son las ocho y veinte, y después de todo el día estoy cansado. Pero me gusta estar con la gente en el teatro, me carga mucho de energía. En el teatro tengo un contacto muy rápido y directo con la gente que no me lo da ningún otro medio. Hago lo que me gusta y me pagan por esto. Si me quejo sería un desagradecido.
—El testimonio más buscado de la semana fue el de Leo Fariña y eligió hablar en “Intrusos” donde explicó que lo que le dijo a Jorge Lanata en “Periodismo para todos”, el pasado domingo, fue “ficción”. ¿Cómo es tu posición al respecto?
—Yo sentí que me pudo haber mentido a mí durante dos horas y media o le pudo haber mentido a Lanata tranquilamente. Pero hay un lugar donde no puede mentir, que es la Justicia. Yo no soy un juez que lo puede juzgar bajo juramento. Yo sólo le puedo preguntar y él responder y puedo creer si es o no mentira. Para la salud de la República, sobre un tema tan sensible que es la corrupción, la Justicia tiene que intervenir urgentemente. Llamar a Fariña, a Rossi, a Lázaro Báez y que los interroguen en la Justicia, porque yo no hago un tribunal.
—En ese sentido, “Intrusos” siempre se especializó en la farándula y en problemáticas frívolas. Pero últimamente estás tocando temas políticos y económicos. ¿Te gusta tratar estas temáticas?
—Sí, de hecho lo hago en el programa de radio. Lo que pasa es que cuando en un programa de espectáculos se abordan temas políticos o sociales significa que algo está pasando en el país. Cuando el país anda bien, la política aparece en los programas políticos y el espectáculo en los programas de espectáculos. Mirá, esto también lo vi en 2001 cuando estábamos en plena crisis, donde yo, desde mi programa, tuve que cubrir los cacerolazos. Entonces, este es un síntoma que lo tomo con mucha precaución porque significa que algo no está funcionando bien. Tiene que haber un orden que hoy no lo hay. Hoy Fariña decide hablar en “Intrusos” para contestarle a Lanata que hace un programa político. Indudablemente, también hay que reconocer que Lanata, vivo, farandulizó el tema el domingo pasado. Es interesante para un montón de gente ver a Fariña y a Rossi (esposo de Iliana Calabró) metidos en esto. Hay mucha gente a la que tal vez no le interesaba el tema porque ni sabían quién era Lázaro Báez. Sin embargo se metió por acá y dio a conocer la historia de un empresario del cual mucha gente se pregunta cómo hizo la guita. No es que yo me esté metiendo en el tema, es que la política y el espectáculo se rozan cada vez más.
—Ya sea un tema gravísimo o una banalidad, lo abordás con mucha seriedad. ¿Esa es una de tus claves para mantenerte tantos años en este medio tan competitivo?
—Sí, yo me tomo muy en serio el laburo. Creo que hay un momento para la joda y me divierto, pero cuando hay que ponerse serio, lo hago. El espacio televisivo es un espacio de la gente, y cuando la gente lo necesita hay que estar. Cuando pasó lo de las inundaciones, pusimos el programa al servicio de los inundados. Y cuando fue el cacerolazo, también. A ver, yo soy periodista. Hago espectáculos porque un día, hace muchos años, me tocó hacer espectáculos. Pero me cargás lo que sea y yo lo laburo.
—Pasaste de ser el entrevistador a ser el entrevistado desde que estás con tu pareja actual, Loly Antoniale. Antes jamás se hablaba de tu vida privada y ahora sos tapa de revista. ¿Cómo te sentís del otro lado?
—Me siento bien porque sé cuáles son las reglas del juego. No me molestó nada. Soy del palo y estaría mal si me enojara. Creo que todos quieren contar sus intimidades en el momento que quieren, pero siempre hay alguien más rápido que se aviva. En este caso no hubo, porque el más rápido soy yo.
—¿Es cierto que con Loly están buscando un bebé?
—Es un título de revista, una manera de decir. Nosotros estamos bien, disfrutando el día a día.
—Se llevan 26 años. ¿Se nota esa diferencia en la vida cotidiana?
—No se nota porque ella tiene una cabeza distinta a cualquiera de 25 años y yo también a los de tipos de 51. Nos complementamos en un montón de cosas y en otras no, pero la verdad es que no se nota. Incluso ella es más tranquila que yo.
—¿Nunca te dice “amor, voy a bailar” y vuelve a las 3 de la mañana?
—¡No, no, no! Y si lo quisiera hacer, yo la dejaría. Pero en general salimos siempre juntos, tratamos de hacer cosas que nos diviertan a los dos.
—¿Cómo ves la televisión actual, donde en el prime time lideran las ficciones y Tinelli brilla por su ausencia?
—Mirá, la tele no depende ni extraña a nadie. La tele siguió sin Tinelli, sin Susana y va a seguir sin mí. La tele es una industria que supera a los protagonistas. Esto está clarísimo y la gente va eligiendo reemplazantes todo el tiempo. Pero la verdad no se siente la ausencia de Tinelli. La gente busca otras opciones. Sino tendríamos que vivir toda la vida de Tinelli o todavía tendríamos que estar viviendo de Pipo Mancera, que Dios lo tenga en la gloria. Le fue muy bien a “Los vecinos en guerra”, por ejemplo. La tele va cambiando gracias a Dios.
—Anunciaste por twitter que estás escribiendo un libro que no es sobre la farándula, ¿de qué va a tratar?
—Sí, pero todavía no tengo editorial ni voy a contar nada hasta que termine.
—¿Ves positivo el boom de twitter como medio de expresión?
—Según como se use. Yo lo uso, me sirve para informarme e informar. Twitter es un arma muy poderosa. Yo tengo más de dos millones de seguidores, así que las agresiones y discusiones no las tengo, porque no puedo leer y responder todo lo que ponen. Durante el programa de radio título todo el tiempo. Me parece una red social piola, inteligente, desacartonada y con humor.
—¿Qué aprendiste en tus 26 años de trayectoria?
—Aprendí a tomarme todo con más humor y aplico la teoría del cirujano: llego, opero, cierro y me voy. No me llevo el trabajo a casa. Me preocupan los artistas entre la 1 las 3 y media de la tarde, después ya no. Tengo una vida, a mis hijas, mi pareja, mis amigos, un montón de cosas para hacer. No vivo las 24 horas de esto. El otro día con Solita (Silveyra) hablábamos de eso y le decía: “Vos hacés un personaje y yo también”. Yo soy distinto al de la tele.
—¿En qué sentido?
—No soy de estar todo el día allá arriba, ni de pensar con quién sale fulanito, esa es la verdad. Poco me importa... Aprendí a no hacerme mala sangre, me relajé mucho, últimamente estoy disfrutando mucho la vida. Estoy en una etapa sanadora.
—¿Alguna vez pensaste en incursionar en política?
—No, ¿para sentarme en un sillón? No, no. Sí creo en la militancia política, me encanta que la juventud participe. Pero no lo haría como tampoco sería presidente de River. Porque en esos casos me ganaría la sangre y el carácter. Al primer tipo que chorea adelante mío le pegaría un cachetazo.
—¿Te gustaría hacer otro tipo de programa de interés general?
—Me ofrecieron hacer programas de política pero la verdad, no me parece un buen momento para hacerlo porque te piden todo el tiempo que te juegues por uno de los lados. Y a mí no me interesa. Yo no le debo nada a Clarín y no le debo nada a este gobierno.