Dos santafesinos dirimirán en las próximas elecciones legislativas de octubre mucho más que un puñado de bancas en el Congreso nacional, y uno de ellos, curiosamente, afrontará el desafío sin siquiera ser candidato.
Dos santafesinos dirimirán en las próximas elecciones legislativas de octubre mucho más que un puñado de bancas en el Congreso nacional, y uno de ellos, curiosamente, afrontará el desafío sin siquiera ser candidato.
Carlos Reutemann, ex gobernador santafesino y actual senador por el justicialismo, y Hermes Binner, primer gobernador socialista del país, medirán fuerzas implícitamente y la eventual victoria será una suerte de pasaporte para cristalizar las chances presidenciales de uno u otro camino a las elecciones de 2011.
El escenario no es sencillo para ninguno; ambos espectros partidarios tienen fortalezas para potenciar y debilidades que sortear.
La ventaja del justicialismo sería que ya cuenta prácticamente con su candidato definido, porque a pesar del juego ambivalente de ser o no ser candidato que vuelve a protagonizar Reutemann, es cosa casi juzgada que el ex piloto de Fórmula 1 quiere renovar su banca.
Tracción. Su postulación evitaría, incluso, la discusión sobre la lista de candidatos a diputados: no importan los nombres porque el que tracciona votos es Reutemann, dijo un histórico peronista santafesino.
Las dificultades persisten, sin embargo, tanto para él como para su sector político. Desde el punto de vista partidario, es el único referente que podría permitirle al peronismo recuperar cierto caudal electoral, después de que en las últimas elecciones provinciales muchas comunas y municipios quedaran en manos del Frente Progresista.
Por eso, el kirchnerismo lo ha elogiado, pero allí se desata el segundo dilema. Reutemann se encolumnó con el campo durante el conflicto agropecuario, y votó en contra la resolución 125. Eso le da mayores chances en una provincia de fuerte componente agropecuario, pero no si se presenta como candidato del kirchnerismo.
El Lole no quiere eso, por eso dijo que el Frente para la Victoria (FPV) no puede hacer campaña en el interior de Córdoba ni de Santa Fe. Pero el FPV sí lo quiere a él, y allí aparece otro nudo, porque para que el peronismo compita solo o como alianza —eso es, en definitiva, el Frente para la Victoria—, debe autorizarlo el congreso partidario, donde el sector del kirchnerista Agustín Rossi tiene mayoría.
Dilemas. Rossi presionará para que el congreso se reúna y apruebe la participación del PJ como Frente para la Victoria. De ese modo, el peronismo tiene por delante la resolución de una fuerte compulsa interna, que incluye la posible candidatura de Rossi como cabeza de lista de diputados nacionales y una campaña donde pocos lo imaginan caminando la provincia junto a Reutemann.
En el socialismo ya decidieron que no se sellarán alianzas con fuerzas nacionales de la oposición. Con el argumento que la situación de cada provincia es muy particular, resolvieron competir como Frente Progresista, que es la coalición provincial que le permitió a Binner ganar la Gobernación: aquí el candidato a senador también está resuelto.
La intención es que Rubén Giustiniani renueve su banca, y que un radical encabece la lista de candidatos a diputados nacionales.
Pero la figura de Giustiniani no parece suficiente para garantizar un triunfo del socialismo sobre Reutemann; y la victoria, esta vez, además de habilitar chances presidenciales, sería clave para la gobernabilidad de la provincia.
Por eso, la estrategia del socialismo es que Binner, que también tiene sus diferencias internas con Giustiniani, se posicione en el centro de la escena y haga campaña en la provincia a su lado.
La declaración de Reutemann sobre que esta vez pensaría ser candidato a presidente, y la también confesa pretensión del socialismo de tener un presidente de la Nación de ese sector hacen que las próximas elecciones en Santa Fe definan mucho más que tres bancas de senadores y nueve de diputados.