Hoy será un día clave para saber si la última parte del año se transitará con conflictos docentes o si la negociación de los gremios con el gobierno provincial por la reforma previsional puede llegar a buen puerto. A las 14, representantes de la Asociación del Magisterio de Santa Fe (Amsafé), la de Enseñanza Técnica (Amet), el Sindicato de Docentes Privados (Sadop) y la Unión Docentes Argentinos (UDA) se reunirán en paritaria junto a autoridades de las carteras de Trabajo y Educación con la intención de avanzar en esos cambios. Los gremios dicen ir con una "propuesta abierta" que pivotea sobre una rebaja de la edad jubilatoria y la implementación de algún tipo de esquema compensatorio entre esa variable y los años de servicio, como de hecho existió hasta mediados de los 90.
Nada indica que la empresa vaya a ser fácil. De hecho, mientras el secretario general de Sadop, Martín Lucero, advirtió ayer que "si no aparecen propuestas superadoras la continuidad del plan de lucha será inevitable" y el adjunto de Amsafé, José Testoni, dijo que "con los tiempos no se puede seguir jugando" (ver aparte), desde el gobierno definieron la situación como "difícil".
En diálogo con La Capital, la propia ministra de Educación, Elida Rasino, usó ese adjetivo para expresar su preocupación ante un tema que dijo "desconocer en términos técnicos", pero que podría llevar a un "callejón sin salida" por las amenazas de paro.
"Es una situación compleja desde el inicio, porque incesantemente este gobierno ha procurado dar respuesta a los reclamos docentes y de hecho la ha dado en el 100 por ciento de los planteos históricos y nuevos, por eso cuando aparece un solo punto donde no hay avance inmediato no se puede llegar directamente al conflicto", se quejó.
Pero otra cosa, claramente, argumentan los gremios. "El 23 de febrero quedamos en que el tema previsional se iba a desarrollar en 60 días... y ya pasaron 180 sin la menor novedad", graficó Testoni.
Lo cierto es que, más allá de los tiempos, tras el paro de 24 horas que realizaron los sindicatos docentes la semana pasada el gobierno reaccionó con celeridad y convocó a paritaria para abordar específicamente la agenda previsional.
Aun así, tanto el gobernador Hermes Binner como su sucesor a partir de diciembre, Antonio Bonfatti, hicieron eje en las complicaciones que una reforma al régimen jubilatorio docente podría traer a la Caja.
"Nos vamos a reunir mañana y a ver las propuestas, siempre con el criterio de dar respuesta sin que se desfinancie la Caja para no perjudicar a todos los jubilados", afirmó Bonfatti en declaraciones a La Ocho, atentos a la "razonabilidad del planteo en cuanto a los trabajadores docentes con muchos años de antigüedad y que siguen de servicio".
Las condiciones. De hecho, ese parece ser el quid de la cuestión. "Los gremios acordamos llevar un planteo abierto, pero con tres ejes: una baja en la edad jubilatoria, un esquema de compensación como el que tiene el régimen ordinario y la sustentabilidad de la Caja", sintetizó Lucero.
Testoni, por su parte, sostuvo que las exigencias del actual régimen de jubilación docente, que impone 30 años de servicio con una edad mínima de 57 años para las mujeres y 60 para los varones, no siempre fueron tales.
Por el contrario, recordó: gracias a la ley 6.915 (con sucesivas modificaciones) hasta 1995 el sistema "siempre contempló algún tipo de mecanismo de retiro anticipado a través de distintas formas de compensación". Pero ese año, "plena década menemista", todas quedaron eliminadas.
Esas compensaciones, que permitían jubilarse antes si se superaban los años de servicio (y viceversa), "siguen vigentes en gran parte del territorio nacional" y en el resto de la administración central santafesina, donde hay requisitos generales de edad y servicio, pero también opciones de otras características", aseguró el dirigente de Amsafé.
Concretamente, "en 17 provincias argentinas los docentes se pueden retirar antes que en Santa Fe", graficó, a través de mecanismos que "en la gran mayoría de los casos se fueron adoptando por necesidad", es decir, "porque los compañeros ya no están en condiciones de trabajar frente al grado". Por eso, "sin necesidad de inventar cosas raras", las alternativas podrían incluir el cómputo u otras alternativas, porque "no hay un sol camino", coincidieron los dirigentes.