El Personal Fest reunió a unas 75 mil personas el fin de semana en el club Geba de Buenos Aires, un ámbito conformado por cuatro escenarios y caracterizado sobre todo por la heterogeneidad tanto de las propuestas de las bandas de rock participantes como del público. Y esto, precisamente, fue lo más interesante y dinámico del encuentro. Una sola postal pinta el panorama: sobre el ocaso del festival, mientras en el escenario 2 René arengaba a sus fans sobre los "fucking y cabrones norteamericanos" en los minutos finales del show de Calle 13, en el escenario 1 un centenar de jóvenes ganaba lugar para aguardar la entrada de su banda preferida bajo el grito de "¡Soni iuuu!". La banda neoyorquina de noise y rock experimental Sonic Youth esperaba el último brinco colectivo entre Calle 13 y su público para entrar en escena con sus guitarras distorsionadas y su viaje sonoro caótico y único.
Los días, también, no podían haber sido tan diferentes. El viernes, lluvioso, ventoso y cálido. El sábado, fresco y con el cielo despejado. El primer día cerró The Strokes luego de un intenso recital del ex Oasis Liam Gallagher con su banda Beady Eye. Los Strokes hoy por hoy son la muestra palpable de la maduración de una bandita de rock de garage en una gran banda, pero sin perder la esencia indie del grupo. Siguen sonando originales como en aquel primer álbum, " Is this it", pero mejor. El cantante Julian Casablancas, con esa particular voz de megáfono o de mala comunicación telefónica, y el guitarrista Nick Valensi luciéndose en esos sucios rocanroles, están en el centro de este quinteto de perfecta intersección entre el garage, la new wave y la voz saturada del vocalista al frente. Se destacaron el carnavalito post punk "Machu Pichu", de "Angle", su último álbum, y el hit inoxidable "Last Nite", que cerró el show y la primera de las dos noches del festival. Excitantes y sin fisuras.
Antes, Liam Gallagher y su banda también redondearon un gran show, basado exclusivamente en las canciones del disco "Differente Gear, Still Speeding". El cantante, que no puede ni, al parecer, desea alejarse del sonido de Oasis, se mantuvo con el clásico cruce de brazos a sus espaldas y su gesto pendenciero de siempre, pero en realidad estuvo bastante simpático con el público argentino, sobre todo después de sorprenderse al escucharlo corear la letra de "Four letter Word", uno de los temas del CD. Siempre es bueno ver en vivo a Liam y a sus compinches ex Oasis, entre otras cosas, porque suenan más poderosos y rockeros que en el disco.
El sábado cerró con Calle 13 y Sonic Youth. Los puertorriqueños dieron un show similar al que dio hace una semana en Rosario, aunque mucho más corto. Se lo notó apurado a René, sin poder desplegar en escena todo su poderío verbal. Un show a puro baile y ritmos latinos.
Sonic Youth fue la banda elegida para cerrar este festival que tuvo una organización de reloj suizo. Y no pudo haber sido mejor elección. Los neoyorquinos que influyeron a los mismísimos Nirvana entraron a escena a pura humildad ("Somos Sonic Youth y esto es «Sacred Trickster»", dijo Kim Gordon) y en breves segundos desplegaron una catarata de anti-hits basados en el sonido chirriante de sus violas eléctricas. Increíble banda para ver en vivo, rebeldes eternos que desatan un infierno de rock sobre el escenario.
Durante los dos días del festival además de las bandas mencionadas y la actuación de los sobrevivientes de INXS, se destacaron el dúo británico The Kills con su rock potente y oscuro, los canadienses Broken Social Scene, el rock elegante de White Lies y, para los amantes del cruce entre el pop y la electrónica, el dúo Goldfrapp y, sobre todo, la performance de Toro y Moi, que parece seguir un nuevo camino fuera de los transitados ritmos electrónicos y psicodélicos.
Somos todos argentinos
El saludo en spanglish fue característico del festival, pero quien se excedió en un derroche de generosidad fue el nuevo cantante de INXS Ciaran Gribbin quien dijo infinidad de veces “los amo a Buenos Aires (sic)”.
Asimismo, ya es un clásico en los visitantes extranjeros dar muestras del repentino enamoramiento de la bandera argentina. El Personal Fest no escapó de esta generalidad. Liam cantó su último tema con una bandera argentina sobre los hombros; René se puso la camiseta nacional, igual que el presentador de la banda de Damian Marley y, obviamente, el cantante de INXS.
Sonic Youth ni The Strokes, ambas bandas de Nueva York, no se subieron al tren “patriotero de patria ajena”. Hicieron bien.