Al igual que figuras como Bob Dylan y Neil Young, entre tantas, la banda californiana Red Hot Chili Peppers vendió la totalidad de su catálogo de canciones por un valor de 140 millones de dólares.
Flea, Anthony Kiedis, John Frusciante y Chad Smith.
Al igual que figuras como Bob Dylan y Neil Young, entre tantas, la banda californiana Red Hot Chili Peppers vendió la totalidad de su catálogo de canciones por un valor de 140 millones de dólares.
El comprador del combo, que incluye clásicos como “Give It Away” y “Under the Bridge”, entre otros, fue Hipgnosis Songs Fund, la misma compañía que había llegado a un acuerdo con Neil Young, según informan diarios estadounidenses. A partir de esta transacción, el grupo encabezado por Anthony Kiedis y Flea sólo será dueño de las grabaciones.
La venta del catálogo es una de las maneras que los músicos encontraron para obtener ganancias ante el fuerte retroceso en la comercialización de formatos físicos y los escasos beneficios que pagan las plataformas digitales.
La banda de funk rock, formada en 1982, cuyos temas están firmados por sus miembros originales, aunque en más de 35 años han ido cambiando, como el cantante Anthony Kiedis, el bajista Flea, el baterista Chad Smith y el guitarrista John Frusciante, ha sumado entre cinco y seis millones de dólares en beneficios durante su carrera, según ha confirmado su abogado a la publicación estadounidense Variety.
Entre los artistas que optaron por este tipo de transacción se encuentran también Shakira, Paul Simon y David Crosby. Neil Young también optó por Hipgnosis Songs Fund, a la que entregó el 50 por ciento de sus 1.180 composiciones. Para conseguir su firma, aseguraron que se habían desembolsado 150 millones de dólares. Casi al mismo tiempo, Universal Music Publishing pagó a Bob Dylan por el 100 por ciento de su repertorio 300 millones de dólares.
Estos contratos millonarios se refieren exclusivamente a los derechos editoriales de las canciones. La bajada de ingresos por la venta física y digital de discos y el año de conciertos cancelados que vive la industria de la música por la pandemia del Covid-19 no se compensa con los ingresos por Spotify y demás plataformas de streaming, donde se desconocen los acuerdos a los que llegan todas las partes involucradas.
Por Matías Petisce