“La verdadera justicia sería que no haya otro Javier Barquilla. Porque a Javier le cortaron la vida”, dijo uno de los diez hermanos del hombre asesinado hace un año en los pasillos de villa Banana. Fue ayer al mediodía en las escalinatas de Tribunales, sobre calle Balcarce, adonde se acercaron para reclamar que el acusado del homicidio sea juzgado en forma oral y pública y no mediante un juicio abreviado. Barquilla tenía tres hijos y murió con cuatro balazos en el pecho cuando intentó defender a su cuñado de la agresión de un muchacho apodado “Pandu” y sindicado como el narco del lugar. Un año más tarde el crimen sigue impune: Pandu está preso esperando condena; su cuñado y ladero, “Wititi”, fue mencionado por vecinos como presente en la escena del crimen pero salió en libertad tras un proceso abreviado en el que fue sentenciado a 3 años de prisión. En tanto, al menos tres testigos debieron huir del barrio y refugiarse de las amenazas de los transas.
En diciembre de 2012 los vecinos que vivían sobre las vías que corren paralelas a Felipe Moré, entre Virasoro y Rueda, derrumbaron a golpes de pico y maza un búnker de venta de drogas. Sobre esos escombros nació Comunidad Rebelde, un espacio conformado por vecinos de villa Banana, la Juventud Revolucionaria Che, la agrupación Cuba-MTR y los militantes de la Agrupación Estudiantil Tupac. Javier Barquilla era uno más de los que se reunían en el centro comunitario que entre todos mantenían hasta que fue asesinado. Por eso, al cumplirse el primer año de ese episodio, familiares, organizaciones sociales, vecinos y compañeros de Barquilla se congregaron ayer frente a Tribunales para dar vida a una jornada cultural. “Estamos luchando por un juicio oral y público. No queremos un proceso abreviado. Queremos un juicio en el que se ventile todo lo que pasó y lo que pasa en el barrio”, exclamó una familiar de la víctima.
El miedo presente. El miedo a la banda de Pandu se sigue respirando a kilómetros de villa Banana. Los familiares de Barquilla hablan con la prensa en Balcarce al 1600 pero por seguridad piden que se resguarden sus nombres y sus parentescos. Pero dan las caras en un acto público. Algunos de esos familiares se han quedado a vivir en el barrio y sufren diariamente la presencia de quienes están ligados a los asesinos de Javier. Otros tuvieron que emigrar por temor a las represalias.
“Es inexplicable que me haya tenido que ir de mi casa. La muerte de Javier la vivo todos los días en presente. Es una realidad en la que me pusieron, que no elegí. Tengo que rogar por justicia, que es algo que el Estado me tiene que dar. Es inadmisible que en democracia tengamos que vivir esto”, explicó una familiar de sangre de Barquilla. Ella, como otras tres testigos, debieron irse del barrio por las continuas amenazas de la banda de Pandu, hoy al mando de Wititi, quien a pesar de firmar un proceso abreviado por 3 años de prisión condicional recuperó la libertad. Desde entonces su apodo estuvo mencionado en las escenas de al menos otros dos crímenes.
Norberto “Beto” Olivares, representante de familiares de varias víctimas de hechos delictivos, fue convocado por una de las hermanas y la viuda de Barquilla para que las acompañe como querellantes en nombre de la hija de 14 años de Javier. “La idea es constituirnos como querellantes el miércoles porque los plazos del proceso están bastante acotados y recién tuvimos acceso al expediente del caso”, indicó.
Es que, aunque resulte llamativo, los familiares de Barquilla aún no se habían constituido como querellantes. Otra vez Olivares, quien fuera abogado de familiares de las víctimas del triple crimen de villa Moreno, deberá enfrentarse a una causa donde el contexto estructural y el poder de los vendedores de droga en los barrios, no será investigado como tal ya que las causas sobre venta de droga corresponden al fueron federal.
Pandu está acusado de homicidio agravado por el uso de arma de fuego y portación ilegal de arma. Desde hace cuatro meses se rumorea que su defensa tramita ante el fiscal Ademar Bianchini un proceso abreviado por 16 años de condena. Pero desde Comunidad Rebelde se hizo hincapié en que se pretende un juicio oral y público. “Marchamos todos los días 4 (mes a mes) exigiendo lo mismo. Cada vez que nos presentamos a una audiencia se nos plantea alguna dilación. Responsabilizamos a la Justicia por el abreviado por el que salió libre Wititi, que no fue más que una caricatura de lo que no queremos que ocurra. Con el proceso abreviado parece que la Justicia es algo íntimo. Nosotros queremos un juicio en el que se ventile lo que pasó con Javier”, explicó Carolina Vicente, portavoz de Comunidad Rebelde.
Además de Comunidad Rebelde participaron del acto integrantes de la agrupación Federación Obrera de Base (FOB); familiares de Miguel Canteros, el pibe de 16 años asesinado el 27 de enero en 27 de Febrero y avenida Los Talas, una zona rural que separa los barrios Cabín 9 y Santa Lucía; Enrique “Cachito” Fukman, de la Asociación Ex Detenidos Desaparecidos; Oscar Kuperman por el Partido Revolucionario Marxista Leninista; la mesa nacional de Cuba-MTR; y Mariano Della Cuadra por la Coordinadora Antirrepresiva por los Derechos del Pueblo. Todos ellos como parte y en representación de la mesa nacional del Encuentro Memoria Verdad y Justicia.