Realidad y relato
La mejor evidencia del fin de un ciclo político es su desorganización. En Argentina se está viviendo una enorme desorganización política, producto de ello las instituciones funcionan mal. El aceitado engranaje social está alterado produciendo ruidos.
29 de septiembre 2012 · 01:00hs
La mejor evidencia del fin de un ciclo político es su desorganización. En Argentina se está viviendo una enorme desorganización política, producto de ello las instituciones funcionan mal. El aceitado engranaje social está alterado produciendo ruidos. Los límites entre el valor y el miedo se confunden tanto, como los del respeto y la insolencia. Hoy la política oficial hace de la realidad una ficción, visión que puede coincidir o ser diametralmente opuesta. Todo indicaría que esto se debe a que la Presidenta se quedó sola. Sola por propia decisión. En la noche del 23 de octubre de 2011 comienza paradójicamente la pérdida del poder concedido. El primer signo de lo que luego sería su gobierno se evidenció esa misma noche cuando el abrazo del triunfo sólo cobijó a sus dos hijos. No hubo lugar para nadie de la política. Esa noche nació el Cristinismo. El único requisito para ser admitido es ser joven. La juventud de su ministro Amado lo convirtió en su vicepresidente. Y en pocos meses, en un dolor de cabeza superior al contraído en su primer mandato por las valijas de Antonini Wilson.
Durante este año la Presidenta, como dice la diputada Graciela Camaño, "se puso el saco de Néstor Kirchner, pero le queda grande…". Traducido en hechos el contenido de esta contundente aseveración, se podría incluir el error de cálculo de apreciación, sobre la reacción de la ciudadanía ante las políticas que viene aplicando. Error que la aleja de la esencia del peronismo. El presidente Perón tuvo como meta lograr en su país una fuerte y extendida clase media. Para ello basó su doctrina en la justicia distributiva.
La ciudadanía que llenó las plazas en el 2001 es la misma que el jueves 13 de setiembre le pidió a la Presidenta que reflexione sobre el rumbo de su gobierno, principalmente en cuanto al valor de la libertad y la seguridad.
La Presidenta ha hablado varias veces sobre el trasvasamiento generacional. Esto implica de su parte, el reconocimiento de la finitud. Pero en los hechos eligió el camino del trascendentalismo. Durante este año de gestión, la Presidenta fue en los hechos deshaciendo las políticas construidas por su marido, el ex presidente Néstor Kirchner. Alejó al peronismo de su gobierno cerrándoles la puerta en las narices a gobernadores como Scioli, De la Sota, etc. Por contraste cabe señalar que la figura del ex Presidente es revalorizada, dado que en Néstor Kirchner detrás de la suma de aciertos y errores, aparecía la figura del dirigente. No se es dirigente enojándose, si no se tiene cuerpo o equipo que remienden con diálogo el enojo. No se es dirigente infundiendo miedo y diciéndolo, sino generando respeto principalmente del mayor adversario. La estructura del Cristinismo se inicia sin tiempo para ocupar los espacios que el almanaque de la política señala, y a su vez sin la experiencia necesaria para que la gestión de su gobierno solucione los problemas cotidianos. Qué bueno sería hoy que la Presidente emule algún gesto de su difunto marido, por ejemplo cuando Néstor Kirchner apareció una noche de semana en una pizzería en Villa Urquiza, para averiguar por qué en ese barrio porteño se sucedían unos tras otros robos y asesinatos. Su pasaje por Georgetown y Harvard demuestran que no será este el camino que la Presidenta desea andar. La realidad más allá del relato, aparece. Miguel Angel Pereyra, padre de Marisol, víctima del cuádruple crimen de La Plata, desconsoladamente dice: ¨¡Uno debe recibirse de policía, abogado, para lograr que los asesinos estén presos!"
Política en Santa Fe. En forma reiterada se ha marcado la ausencia física de la policía en las calles de la ciudad de Rosario. El poder político de la provincia ha tomado nota de esto. El conflicto suscitado en las últimas horas es una clara muestra de la puja entre el poder político y el poder policial. No es un dato menor conocer quién resulte ganador.
La reforma tributaria es ley. Lo paradójico es que el precio político del aumento impositivo no lo paga ni el gobierno provincial ni sus legisladores, es el peronismo el que hizo eclosión. Son jóvenes del peronismo los que se desgastan conduciendo un Partido que troncha futuros. Es el peronismo el que no advierte ni ejerce la mayoría parlamentaria que les dio la ciudadanía.