Podría decirse que en 2012 Los Pumas empezaron a concretar su refundación. Después de mucho tiempo de implorar por una competencia anual, finalmente ésta se hizo realidad: los dirigentes de la UAR hicieron un trabajo fino y ganaron en los escritorios un derecho que Los Pumas merecían. Así el seleccionado argentino tuvo su bautismo de fuego en el súper competitivo Rugby Championship, junto a las tres potencias del Hemisferio Sur: Nueva Zelanda, Sudáfrica y Australia. Y de buenas a primeras, el seleccionado argentino duplicó la cantidad de partidos internacionales. Este nuevo escenario obligó a planificar mucho una temporada muy extensa, que incluyó además del mencionado torneo, las ventanas IRB de junio y noviembre. "Se programó todo teniendo en cuenta que los jugadores que se utilizarían en la ventana de junio no iban a ser los mismos que para el RCH. Por eso se armaron dos planteles diferentes y para serte honesto, al principio resultó algo raro no contar con todos los jugadores que podían haber estado y que se los reservaba para el RCH, pero éramos conscientes de que debido a la competencia se iban a necesitar planteles más numerosos", ilustró Raúl Pérez, integrante del staff técnico de Los Pumas, al comenzar la charla con Ovación. "Esto posibilitó que la famosa base se amplíe un poco más", completó el ex segunda línea.
"La primera etapa se presentó difícil porque había que jugar con Italia y dos partidos con Francia con un equipo donde algunos (bastantes) jugadores debutaban. Y salvo el último partido con Francia, donde perdimos por goleada, ganamos los otros dos o sea que a nivel resultados fue positivo. Más allá de eso lo bueno fue que aparecieron varios jugadores que luego fueron tenidos en cuenta", prosiguió.
Tras esa presentación se disputó el RCH, el plato fuerte de la temporada, y casi inmediatamente después se jugó la segunda ventana IRB, en la que Los Pumas arrancaron con una victoria ante Gales, campeón del Seis Naciones, en el Millenium de Cardiff. En ese encuentro pareció que el equipo argentino encontró el equilibrio justo tanto en defensa como en ataque, jugando, marcando. Pero luego se sucedieron dos derrotas consecutivas ante Francia e Irlanda y Los Pumas cerraron el año dejando una imagen deteriorada. Ante los franceses el revés fue duro, pero ante los irlandeses Argentina recibió el cachetazo más fuerte del año.
"Creo que tras el partido ante Gales el equipo se empezó a caer. Francia se preparó mucho para tratar de neutralizar lo que hacía Argentina. Nos jugó de pelotas recuperadas y planteó el partido a que no pudiéramos liberar el juego. Nos marcó el fondo del line, que en el RCH había sido una plataforma de lanzamiento importante y nos presionó sobre la obtención", confesó Pérez quien marcó que en ese duelo hubo un quiebre ya que "una cosa fue lo que habíamos logrado hasta ahí y otra lo que nos presentó Francia con un gran equipo. Los forwards no tuvieron respuesta y eso generó un gran interrogante. Ahora tenemos el calendario que queremos, con doce partidos. No creo que haya sido algo físico, es mucho más profundo.Pudo ser un tema mental", analizó.
"Y con Irlanda fue el punto más bajo. Nos hicieron tries de manera muy fácil... Cuesta creer porque el plantel era prácticamente el mismo del RCH, un torneo en el que Argentina fue un equipo muy difícil de desbordar", prosiguió.
En el partido en Landsdowne Road llamó la atención la falta de solidez defensiva, uno de los estandartes del equipo argentino. Desde su óptica, Aspirina destacó que "se falló en algo que siempre fue la expresión del jugador argentino, la vehemencia en la zona de contacto en defensa. Igual, no se si fueron problemas individuales puntuales o problemas de organización, que fueron bastantes. Varias veces nos agarraron mal parados, dos jugadores que fueron a uno, y eso me parece que es más un problema de cabeza que físico", concluyó.