“Me parece que viví varias vidas”, dice Raúl Taibo y se ríe sorprendido de sí mismo
al terminar la frase. Es que primero fue apenas el hijo de Beatriz Taibo para luego tomar peso
propio a fuerza de sus personajes, generalmente en la pantalla chica. Y pasó de actuar en unitarios
con puestas teatrales como “Alta comedia”, “Viernes de Pacheco”,
“Teatro como en el teatro” y “Teatro de humor” en los 70, a ser el
carilindo de las telenovelas e integrante del equipo de los galancitos en los 80, enamorando a
Andrea del Boca en “Andrea Celeste” y “Señorita Andrea”, y consagrarse en
los 90 con “Una voz en el teléfono”, de Alberto Migré, con Carolina Papaleo.
Pero, claro, fue a partir del 2.000 cuando comenzó a trabajar
ininterrumpidamente en la ficción televisiva, ya sea en éxitos de Telefé como en “Los
Roldán”, “Amor en custodia” y “Culpable de este amor”, o en los de
Pol-ka, en títulos que van desde “Campeones” y “099 Central” hasta
“Por amor a vos” y este presente altísimo con “Malparida”. Varias vidas y
una misma consigna: “Busco que mis personajes pueda expresar verdad”.
—¿De “Una voz en el teléfono” a este gran momento con
“Malparida”, qué diferencias encontrás?
—Y, si te lo tendría que sintetizar, parece que viví varias vidas
más (risas), es como si hubiese ocurrido muchas vidas atrás. Todo lo que evolucioné, investigué,
aprendí, todas las cagadas que me mandé, me terminan convirtiendo en este actor de hoy. Porque, en
realidad, el actor expresa lo humano, todo parte de tu experiencia humana, de lo que aprendiste, de
lo que reconocés y podés expresar, el nivel de expresión tuya cambia, en mi caso cambió muchísimo.
—¿Buscás que tus personajes tengan algo que te distinga, que
salgan de un modelo convencional?
—No, no los busco ni los concibo de esa manera, curiosamente lo
que sí hago es un análisis exhaustivo previo con los autores y desde ahí me pongo a laburar yo,
desde mi experiencia y con mis posibilidades. Y lo que busco es que mi personaje pueda expresar
verdad, que pueda darle verdad, que sea creíble, que sea real para la gente, hacia ahí apunto, no
especialmente a que se destaque.
—¿Ese romance entre dos personas con gran diferencia de edad, como
se ve en la novela, también refleja verdad en estos tiempos?
—Me atrevería a decir que sí, hay muchas parejas ya con mucha
diferencia de edad y eso tiene que ver con la pastillita “parapitón”, que cambió la
modalidad y las posibilidades de los hombres. En ese sentido el hombre se siente más joven, se
revitaliza y la mujer establece otro tipo de vínculo. Y eso se da más socialmente, estamos
representando algo que se da hace un tiempito, y ya no es una fantasía, gracias a la ciencia, y
creo que a ambos géneros les va bien, aunque se metan en tantos quilombos (risas).
—Sí, para el caso, tu personaje Lorenzo se compra problemas
importantes con Renata.
—Sí, por ejemplo, imaginate una persona de mi edad enamorada de
alguien que quiera manejarlo. Un hombre ciego de amor con una persona así es como un mono con
navaja, salís cortado seguro.
—Actualmente tanto “Malparida” como
“Botineras” son las tiras con más rating y ambas tienen un fuerte componente policial,
que se corre de la trama de amor convencional.
—Es más thriller, como en América del Norte. Creo que todo fue
evolucionando muchísimo, pero sigue siendo telenovela, sigue teniendo la base de la historia de
amor. Es decir, la base del melodrama está, pero cambia la forma de presentarlo y se enriquece más
con muchísimas más historias. Pero con respecto al policial también es un reflejo de lo que está
pasando.
—¿En qué sentido lo decís?
—Claro, si ves los noticieros, ves un 80 por ciento de notas
policiales, y a lo mejor más, y tienen éxito programas como “Policías en acción”,
estamos muy imbuidos de esta temática como sociedad. Además, en “Malparida” también
tiene que ver el contraste de la gente con la iglesia, al menos con el catolicismo, es muy
interesante porque Gracia y Renata se amparan en su fe para poder hacer todo esto, y con la
posibilidad que te da la iglesia de lavar los pecados la gente también lo usa para hacer
atrocidades.
—¿Podés adelantar algo del final de
“Malparida”?
—No, porque no lo conozco, pero por lo que veo, en esta tira habrá
sorpresas todos los días.