Tras días de silencio, el jefe del gobierno español, Mariano Rajoy, habló ayer por primera vez en público de los supuestos sobresueldos pagados en negro a la cúpula del Partido Popular (PP) durante años y, ante la plana mayor de la formación, negó todas las sospechas que se ciernen sobre él y sobre su partido. "No voy a necesitar más de dos palabras: es falso. Nunca, repito, nunca he recibido ni he repartido dinero negro ni en este partido ni en ninguna parte", aseguró ante el comité ejecutivo del PP.
Rajoy convocó a los máximos dirigentes del PP a una reunión de urgencia en su cuartel general de Madrid para abordar un escándalo que desde hace días golpea de lleno al partido y al Ejecutivo y por el que la oposición pide su dimisión si se confirman los indicios. "Todo es falso, yo no estoy en política por dinero", llegó a asegurar Rajoy. "Yo sé ganarme la vida, yo he trabajado fuera de la política, yo ganaba más con mi profesión que como político", agregó sobre sus tiempos de escribano público (registrador de la propiedad, en España).
Según unos documentos manuscritos publicados esta semana por el diario El País y atribuidos por este medio al ex tesorero del PP Luis Bárcenas, el partido mantuvo una contabilidad paralela entre 1990 y 2009 y pagó sobresueldos en negro a altos cargos, entre ellos al propio Rajoy, a la hoy secretaria general, María Dolores de Cospedal, y a ministros de los gobiernos de José María Aznar.
Rajoy habría recibido pagos no declarados durante 11 años a razón de 25.200 euros anuales (algo más de 2.000 euros mensuales). Los supuestos cuadernos de Bárcenas registran donaciones de empresas, sobre todo del sector de la construcción, al partido conservador.
"En este partido no se pagan cantidades que no hayan sido registradas en la contabilidad del partido, no se hace", aseguró el presidente del PP en un discurso muy defensivo. "No es cierto que hayamos percibido dinero en metálico que hayamos ocultado al fisco".
Rajoy anunció que esta semana se publicarán sus declaraciones de renta y patrimonio en la página web de La Moncloa, como parte de una estrategia de "máxima transparencia" con la que se comprometió. "Transparencia total de todo lo que personalmente me afecta y de lo que afecta al partido y sus dirigentes", agregó.
La expectación mediática y social ante sus palabras era máxima. La sede del PP se abarrotó de periodistas y la policía blindó el edificio, en el centro de Madrid, donde en los últimos días se han producido manifestaciones de ciudadanos indignados.El comité ejecutivo del PP se reunió a puerta cerrada, pero la formación abrió la señal de televisión interna cuando habló Rajoy. La prensa, sin embargo, no podrá preguntar al jefe del Ejecutivo hasta mañana en Berlín, en la rueda de prensa posterior a la cumbre hispano-germana. Esto ha desatado fuertes críticas en España.
La publicación de la supuesta contabilidad paralela ha sacudido al PP y al gobierno de Rajoy cuando se encontraban ya minados en las encuestas por la peor crisis económica en más de 30 años. El escándalo saltó cuando la Audiencia Nacional dio a conocer que Bárcenas llegó a acumular 22 millones de euros en Suiza. Bárcenas abandonó el PP en 2009 y está siendo investigado en el marco del "caso Gürtel", una de las mayores tramas de corrupción en la historia de España en la que una red en torno al empresario Francisco Correa se enriqueció gracias a contratos amañados que adjudicaban gobiernos regionales y municipales del PP.
Poco después aparecieron informaciones periodísticas sobre el pago de sobresueldos en negro a dirigentes del PP, tras lo cual Rajoy ordenó una auditoría interna y anunció otra externa, posterior. El punto álgido del escándalo llegó esta semana con la publicación de los llamados "papeles de Bárcenas" en El País, diario contra el que el partido anunció acciones legales.
La Fiscalía Anticorrupción no ve por el momento indicios que vinculen el dinero de Bárcenas en Suiza con la supuesta contabilidad paralela del PP. Pero sobre ésta última el fiscal general del Estado, Eduardo Torres-Dulce, aseguró que hay "indicios y razones" para investigar. A las peticiones de la oposición para que Rajoy dimita si se confirman las denuncias se ha sumado la de más de medio millón de ciudadanos que firmaron una petición.