Sin ideas, desorientado y apostando a los centros para el cabezazo salvador de Pablo Caballero. Así terminó jugando Racing, que no pudo quebrar el 0 a 0 con que terminó el partido ante Gimnasia de Jujuy.
Sin ideas, desorientado y apostando a los centros para el cabezazo salvador de Pablo Caballero. Así terminó jugando Racing, que no pudo quebrar el 0 a 0 con que terminó el partido ante Gimnasia de Jujuy.
En un choque que nunca pudo escaparle a la mediocridad, el punto que se llevó cada uno resultó un buen negocio, a pesar de que Racing sigue cerca de la zona Promoción y Gimnasia inmerso en ella.
En el arranque Racing hizo ilusionar a sus hinchas, ya que en menos de 10 minutos tuvo dos chances de gol pero no las supo cristalizar. Pero después de esa jugada se acabó la ilusión debido a que se transformó en un equipo chato y sin rumbo.
Al margen de las deficiencias del conjunto de Avellaneda, habrá que remarcar la tarea de Gimnasia. Primero solucionó los problemas que tuvo en el sector izquierdo de su defensa, y después le ganó la pulseada a Racing por la mitad de la cancha.
Claro que a pesar de ser un poquito más, Gimnasia careció de peso ofensivo como para inquietar a Pablo Migliore.
Poco y nada cambió en el complemento. Juan Manuel Llop se jugó todo a los cambios, especialmente con el paraguayo Caballero que suplió al inexpresivo Pablo Lugüercio, pero encontró poco rédito.
En los 45 minutos que estuvo en la cancha, Caballero metió dos cabezazos que fueron bien neutralizados por Pezzutti. Esas, al fin y al cabo, fueron las únicas jugadas de peligro creadas por Racing.
Gimnasia no hizo mucho más. Tuvo mucho más tiempo la pelota e insinuó más de lo que concretó, especialmente porque destinó poco gente al ataque.
Ninguno de los dos pudo desequilibrar. Por eso se debieron conformar con un punto que les puede llegar a servir.
Por Facundo Borrego