La Justicia provincial dictó ayer la primera condena a 10 años de prisión a un hombre acusado de intento de femicidio vinculado en grado de tentativa, al provocar lesiones e intentar matar al hijo de su mujer.
La Justicia provincial dictó ayer la primera condena a 10 años de prisión a un hombre acusado de intento de femicidio vinculado en grado de tentativa, al provocar lesiones e intentar matar al hijo de su mujer.
En un juicio abreviado con amplio acuerdo entre las partes, se contemplaron salidas laborales progresivas del acusado para colaborar con la mantención económica del hogar.
En una audiencia prevista para dictar sentencia en un caso emblemático de violencia de género, ayer se condenó a Ceferino F., de 52 años, a 10 años de prisión por los delitos de lesiones leves agravadas, de homicidio calificado por alevosía y de femicidio vinculado, estos últimos en grado de tentativa, y desobediencia judicial reiterada.
La agresión. El hecho que dio origen al proceso judicial, bajo investigación del Ministerio Público de la Acusación, se originó el 18 de marzo pasado.
Ese día, Ceferino castigó con saña a su ex pareja, Adelina R., con quien convivió 11 años, hasta mayo de 2013.
Sin mediar palabra, irrumpió en la casa que la mujere habitaba en calle Luzuriaga al 2400 y violó la prohibición de acercamiento que le había impuesto el Tribunal de Familia Nº 5 en 2009 y reiterado en 2012.
Esa medida regía en relación a la mujer y a tres hijos que vivían con ella.
Una vez adentro de la vivienda, el hombre dijo que iba a buscar un inodoro, pero intentó llevarse otros objetos.
Como Adelina se opuso, comenzó a golpearla en la cabeza con el sanitario y luego en la espalda con un machete, salió de la casa y regresó un rato más tarde con un bidón de nafta.
Fuego. En ese momento apareció Waldo W, un hijo de Adelina, de 18 años, que intentó apaciguar la situación.
Pero eso enfureció más a Ceferino y, como se lo había prometido varias veces a su mujer ( a la que le decía: "vas a llorar lágrimas de sangre por tus hijos") roció al chico con combustible y sin dudarlo le prendió fuego con un encendedor.
El agresor fue detenido y el joven trasladado con el 30 por ciento del cuerpo quemado al Sanatorio Británico, donde se repuso después de diez días de tratamiento por quemaduras en la espalada, los brazos y las piernas.
Desde ese momento hasta ayer, que se dictó la condena, pasaron cuatro meses.
Durante ese tiempo los fiscales Fernando Rodrigo, Mariana Prunotto y Juliana González trabajaron e investigaron las particularidades del caso y acumularon pruebas para fundamentar la acusación.
Otra mirada. En una audiencia de juicio abreviado presidida por el juez Hernán Postma, ayer se homologó la pena de 10 años de prisión de cumplimiento efectivo, con la posibilidad de que el acusado, principalmente con el consenso de las víctimas, la defensa y los fiscales, tenga la oportunidad de contar con salidas laborales, con lo cual podrá colaborar económicamente con su familia.
Esas salidas tienen también el claro objetivo de permitirle una paulatina reinserción social.
Para ello se adoptaron todas las garantías. Desde la constatación de la existencia de la empresa Natalio Cura SRL, para la que trabajará (ya lo hacía desde 2008), hasta las personas autorizadas para trasladarlo en las jornadas laborales, y el control de la Dirección Provincial de Asistencia y Control Pos Penitenciario.
Ante cualquier incumplimiento, el acuerdo y sus beneficios se revocan automáticamente.
Incluso, se establece que Ceferino está obligado al pago de la cuota alimentaria a favor de su hija Milagros, que se fija en el 30 por ciento del salario, incluyendo las asignaciones familiares que correspondan.
Además, la empresa en la que trabaja se compromete a incorporar a la niña a la obra social correspondiente.
Adecuado. Tras el novedoso acuerdo, los fiscales Rodrigo, Prunotto y González, destacaron ante La Capital que la modalidad de la pena "es la más adecuada para la reinserción social del condenado, ya que la finalidad es que adquiera la capacidad de comprender y respetar la ley, procurando su adecuada reinserción laboral y evitándose eliminarlo de la sociedad, lo que sucedería si se lo privara de ejercer cualquier derecho, máxime por el plazo de la condena".
No obstante, los funcionarios judiciales remarcaron que Ceferino también "cumple con la pena privativa de la libertad, y que estará sometido al control de los organismos específicos y del Poder Judicial, los que garantizarán el cumplimiento de las normas y de la pena".
Así, la Justicia tuvo el claro objetivo de bregar por la reinserción social del reo.