¿Qué tienen que saber los padres con niños o niñas con alguna disca- pacidad a la hora de anotarlos en la escuela? La pregunta se reabrió esta semana, luego de la denuncia por discriminación que realizaron los padres de un nene con síndrome de Down contra el Ministerio de Educación provincial, ante la Defensoría del Pueblo y el Inadi, por haber tenido que recorrer más de 20 escuelas para que inscriban a su hijo, Tomás, en el preescolar. Aseguran que las normas vigentes acompañan la inclusión, que no hay cupos en la escuela común y que hacen falta directivas claras de parte del Ministerio para garantizar la integración.
La responsable del Area de Discapacidad de la Defensoría del Pueblo de Santa Fe (zona sur), Iris Pérez, remarca la vigencia del decreto 2703 (del 17 de diciembre de 2010) que es el que indica qué debe hacer la escuela común ante la inscripción de un niño o niña con discapacidad.
"Los papás tienen derecho a elegir la escuela del barrio o donde van sus otros hijos, por ejemplo, y a que se inscriba al niño con discapacidad. Luego, la escuela común comunica a la especial correspondiente para que se evalúe al niño, y ver cómo se continúa su integración", detalla Pérez y resalta que la primera tarea es inscribir a los chicos.
Tarea compartida. Lo que sigue es un trabajo conjunto entre las escuelas común y especial, y los padres. Determinar si realizará un trabajo paralelo entre las dos escuelas o se requerirá la presencia de una maestra integradora; que en caso de que el Estado no pueda proveerla -aclara- debe permitirse el ingreso de la que corresponda a la obra social.
Pérez subraya que esto hay que hacerlo cumplir "porque al tener este decreto, el Estado está diciendo que se ocupa de la integración". Y es más, la amplía respecto de la normativa anterior (resolución 1716) porque avanza también sobre la escuela secundaria que es obligatoria.
Si todo está normado, ¿qué falla a la hora de integrar a los chicos? "Lo que considero que falla es la instrumentación", responde y explica que esto incluye a "la capacitación y sensibilización de todos los actores que intervienen en una escuela, docentes y no docentes, porque recibir un niño con alguna discapacidad no es tarea fácil".
Por eso, considera un acierto la difusión que tuvo esta semana el caso de Tomás. "Aquí llegan muchas denuncias, y algunos casos más complicados que este, pero en buena hora la difusión que tuvo porque nos obliga a conversar sobre cosas a las que nos negamos".
Mito del cupo. Una de las excusas más escuchadas por los padres con niños con discapacidad que peregrinan por las escuelas comunes buscando un lugar es que "ya se cubrió el cupo" con otro niño con alguna necesidad educativa especial. "¿Qué cupo? No está establecido en ninguna parte este argumento", advierte Pérez sobre esta forma corriente de las escuelas "para sacarse de encima lo que consideran un «problema»".
Y recuerda que "si bien es recomendable pedagógicamente que en una misma sala o aula no haya muchos chicos con alguna discapacidad tampoco está establecido que no se pueda hacer". En todo caso, dice, no se entiende por qué habiendo tantas escuelas, con dos turnos, se tiene que llegar a esta situación. Para Pérez el rechazo es tan perjudicial para un niño con discapacidad como la sobreprotección, "son dos formas de la no aceptación".
Hacia el final recuerda que el Area de Discapacidad de la Defensoría del Pueblo ofrece asesoramiento y acompaña a los padres que tengan dudas o dificultades para hacer cumplir estos derechos. También a los docentes y escuelas que lo requieran.
La denuncia. El titular de la Ansés local y abogado, Roberto Sukerman, acompañó la denuncia de Alicia Kosinski, la mamá de Tomás, ante el Inadi y la Defensoría del Pueblo, contra el Ministerio de Educación de Santa Fe. "Faltan políticas claras de inclusión en la provincia, lo demuestra que cada escuela procede como quiere", sostuvo el edil electo (FPV).
También la Asociación para la Inclusión de Personas con Síndrome de Down de Rosario (Aisdro) estuvo junto a esta mamá. Hay que resaltar que la entidad tiene 13 años de recorrido en la tarea de inclusión.
"Nosotros aconsejamos a los padres que ante la negativa de las escuelas vayan al Ministerio de Educación para que le solucionen el problema", dice la titular de Aisdro, Marisa Bollatti. Pero enseguida advierte: "El tema es que el Ministerio responda en tiempo y forma a la inquietud del padre, que sea en forma inmediata, no que le pidan elevar una nota, y después otra y se pase el tiempo".
Considera entonces que si bien el reclamo hay que hacerlo, poco sirve si se convierte en un trámite burocrático más. "Hace dos años acompañé a una mamá al Ministerio y tardaron dos meses en conseguirle una escuela, ¿de qué sirve entonces?", cuestiona.
Natural. Para la titular de Aisdro, "lo natural y que debería ocurrir es que el padre vaya y anote a su hijo en la escuela como a cualquier otro chico". Para eso "hace falta que el Ministerio sea bien claro con las escuelas sobre lo que tienen que hacer cuando llega un chico con discapacidad".También reclama que se supervisen estas acciones, porque "por lo general las escuelas no dicen que «no» abiertamente, siempre ponen una excusa". Bollatti recordó que desde Aisdro ofrecen acompañamiento y asesoramiento a los padres.
Por otra parte, rechaza la idea de que se cuestione a un padre que no reclama ante el Ministerio. "Nosotros decimos que es el lugar para ir a reclamar, pero si éste no va no se lo puede juzgar mal. Porque si su hijo ha recibido -como el caso de Tomás- estimulación temprana, es evaluado por la educación especial y le dicen que hay anotarlo en una escuela común, lo lógico es que sus padres busquen hacer eso, no ir al Ministerio".
"Cuando se habla de inclusión eso quiere decir que ese niño vaya a la escuela y se lo anote como a cualquier otro chico, como uno más sin más o menos importancia", dice Marisa Bollatti y agrega: "Se sabe que si otros resuelven 6 cuentas, ellos harán sólo 3 por su discapacidad, pero de eso se trata cuando se habla de aceptar la diferencia. Pasa que se habla mucho, pero eso aún esta inclusión no está".
Más información: en Aisdro, Salta 1890, 4250840, [email protected], www.aisdro.org.ar; o en Defensoría del Pueblo (zona sur), Pasaje Alvarez 1516, teléfonos 4721112 / 13, email: [email protected]