Ellas nunca estuvieron juntas pero el teatro hizo que coincidieran sobre un escenario. Victoria Ocampo es un ícono de la intelectualidad más tradicional y Eva Perón de la defensa de los más pobres. A primera vista pareciera que son personajes ubicados en los extremos del arco ideológico argentino, pero no es tan así. Pensaban lo mismo sobre muchos temas, como los derechos de la mujer, por ejemplo. Andrea del Boca y Graciela Dufau se meten en la piel de "Eva y Victoria" para dar cuenta de esa cercanía con un espectáculo que se verá hoy a las 21 en el teatro Broadway (San Lorenzo 1223). Dufau ofreció detalles de la obra de Mónica Ottino que protagoniza y que a la vez dirige junto a su esposo, el director Hugo Urquijo.
-¿Cuáles son las diferencias con las otras puestas?
-Hay un comienzo donde yo hago un pequeño monólogo, pero como narradora, y no como el personaje de Victoria, para establecer un paralelo o coincidencias entre los dos personajes. Esto es porque Eva Perón es un personaje mítico, no hay ninguna duda, y se sabe mucho, pero sobre Victoria se sabe muy poco. Y de lo que se sabe se habla poco. Por ejemplo, que ambas murieron de cáncer, que las dos eran hijas de un terrateniente y que tenían preocupaciones en común, como la libertad sexual. Obviamente, en diferentes clases sociales, lo que hizo que Eva sea tratada como una prostituta y que a Victoria se le oculten sus aventuras. Y además coincidían en la defensa de los derechos de la mujeres. Victoria era una feminista declarada y Eva luchó por el voto femenino. Estas aclaraciones podrían estar en el programa, pero le gente muchas veces no lee el programa. Por eso decidí agregarle un pequeño monólogo al comienzo, y al final también hay algunas palabras.
-¿Cómo se trabajó la obra desde lo visual?
-Hay que tener en cuenta que nosotros contamos una historia que no existió, que es imaginaria, con personajes que son del pasado. Y como todo es como onírico, decidimos con el escenógrafo trabajar con blancos, negros y grises. Sólo hay unos detalles rojos en la ropa de Eva Perón.
-¿La vigencia del texto tiene que ver con un mismo país, este y aquel?
-Es una Argentina, y esta es una opinión personal, en la que comenzó a darse la división del país con aquello del peronismo y del antiperonismo. Y estas dos mujeres que parecen tan diferentes tenían intereses comunes y si ellas, así como el país en diferentes épocas, hubieran podido debatirlos, la historia argentina hubiera sido otra.
-¿Contra qué hubieran podido pelear juntas?
-Victoria no pudo hacer una carrera porque la sociedad estaba dominada por los varones. Todo lo que Victoria se desarrolló para llegar a ser la intelectual que fue, lo hizo por propia decisión. Por supuesto que tenía las posibilidades económicas como pagarse un pasaje a Europa e ir a la Sorbona. Pero fue su decisión, como la de no casarse ni tener hijos.
-¿Son ellas las metáforas de proyectos diferentes de país?
-Desde luego porque Victoria lo dice explícitamente. Dice que pertenece a un país de apellidos importantes, de los López y Planes, los Bemberg, los Pueyrredón, los Aguirre, familias que son las dueñas del país. Y por su parte, Eva terminó enfrentada a esas familias.
-De todas maneras hoy las cosas han cambiado, en Rosario, por ejemplo, tendremos la primera intendenta socialista del país...
-La discriminación contra las mujeres siempre fue así y hoy sigue siéndolo. Todavía sigue causando desconfianza e irritación que una mujer ejerza el poder, aunque demuestren idoneidad y predisposición.
-¿A usted le gustaría ejercer el poder?
-Recuerdo que hace unos años me ofrecieron ser candidata a diputada y yo lo rechacé. Agradecí mucho pero yo no terminé la escuela secundaria y dediqué mi vida a la actuación. He logrado ser más o menos una buena actriz, pero creo que quien ejerce ese cargo debe haber estado preparándose, militando desde joven una carrera política, por vocación. Y la señora que me lo ofreció me dijo: "Si usted fuera un hombre me hubiera dicho que sí". Yo soy de las cree en la frase "zapatero a tus zapatos". Creo que para todo hay que estudiar, para ser zapatero, plomero. O tener un don que lo haga posible.
-¿Por qué la obra tiene una dirección compartida entre usted y su esposo?
-Porque en principio yo iba a dirigir la obra y no iba a actuar. Pero por distintas razones, y por la autora y los productores que insistieron mucho en que yo actuara. Además ya estábamos muy avanzados con la obra y no quisimos que otra persona tenga que involucrarse, por eso también se la ofrecimos a Hugo.
Una obra convertida en clásico
La obra escrita por Mónica Ottino y que fue publicada en 1990 con el nombre de “Eva y Victoria (comedia patriótica en tres actos)” ha tenido muchas presentaciones con otras parejas de actrices. Quizás el más recordado sea el personaje de Victoria Ocampo que interpretó China Zorrilla, mientras que el de Eva, en esa puesta, de 1992, fue encarnado primero por Luisina Brando y luego por Soledad Silveyra. La dirección corrió por cuenta del también cineasta Oscar Barney Finn.
Otra pareja que abordó la obra fue la integrada por Leonor Benedetto y Julieta Cardinali, como Victoria y Eva respectivamente. En reemplazo de la segunda también estuvo Mónica Ayos. En este caso y luego de siete años de actuación en el papel de Victoria, Zorrilla hizo las veces de directora.
Además, Nora Cárpena vivió a Victoria en la actual puesta. Este diario requirió también a Andrea del Boca para una entrevista pero la actriz nunca contestó el teléfono.
