"El agua no tiene color político, y no debería usarse con esos fines. La oposición tendría que ser más responsable y en vez de asustar, de infundir miedo, debería ayudarnos a conseguir recursos, porque sabemos que la Nación está financiando proyectos, pero en otra parte". Así, el ministro de Aguas provincial, Antonio Ciancio, defendió su gestión y cargó contra la intendenta de Cañada de Gómez, Stella Clérici, quien días pasados dijo que el gobierno santafesino debería abastecer a esa ciudad "con bidones de agua potable".
El Ministerio de Aguas inauguró recientemente una planta de ósmosis inversa en Cañada, lo que llevó los niveles de arsénico en agua "por debajo de los 50 microgramos por litro, es decir, a lo que actualmente recomienda la Comisión Nacional de Alimentos y la ley provincial regula el servicio de agua potable", dijo Ciancio. Sin embargo, pocos días después, Clérici señaló a LaCapital que la instalación "no es suficiente", y que los cañadenses no consumían agua apta.
En una entrevista con este diario, el ministro refutó esos argumentos, defendió su gestión y reclamó el apoyo del arco político a la hora de exigir fondos nacionales y créditos para alcanzar la solución final del problema del agua potable, que son los acueductos.
Avances y reclamo. "La provincia tiene hoy al 92 por ciento de las localidades servidas con agua apta para el consumo humano, contra el 86 por ciento que tenía antes de que asumiéramos. Se hicieron 79 mejoras, sin contar los caseríos que son abastecidos con cisternas. Nosotros hemos avanzado y mientras tanto reclamamos fondos y créditos. Este es un problema nacional y como tal lo tomó la Nación cuando pidió los estudios epidemiológicos para estar segura de cuál es la incidencia real de los niveles de arsénico. Por eso, las autoridades locales tendrían que ser más precavidas, y en todo caso trabajar para que lleguen esos recursos", afirmó.
A su lado, Alberto Daniele, ex presidente de Aguas Santafesinas y hoy asesor en temas hídricos, recordó que la Organización Mundial de la Salud (OMS) estableció en su momento, y a partir de un estudio específico en Asia, un valor máximo de 10 microgramos de arsénico por litro de agua, cifra que fue reevaluada por un comité mixto integrado por la OMS y la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO). "Este comité concluyó que para concentraciones de arsénico de entre 10 y 50 microgramos la incidencia de efectos adversos eran bajos y difícilmente detectables por un estudio epidemiológico".
En el plano local, la Nación tomó en 2007 el valor máximo de 10 microgramos y otorgó un plazo de cinco años para su cumplimiento. Sin embargo, en 2011, la Comisión Nacional de Alimentos prorrogó el plazo hasta que se tuvieran resultados de estudios por zonas. "Por eso, se mantiene la vigencia del límite de 50 microgramos hasta tanto se realicen estudios epidemiológicos a nivel regional. La Subsecretaría de Recursos Hídricos firmó un convenio con 18 provincias afectadas para desarrollar los estudios epidemiológicos y la cobertura de servicios básicos de agua para establecer una resolución conjunta", dijo Daniele. En la provincia, la ley 11.220 que dispone la regulación del servicio de agua potable, pone como límite obligatorio 100 microgramos por litro, y como recomendado, 50.
En el caso de Cañada, la nueva planta que instaló la provincia llevó los niveles por debajo de los 50 microgramos, tal cual confió Ciancio. Por eso, el funcionario se mostró molesto con los dichos de la intendenta y pidió que "no se use el agua para infundir miedo".
Acueductos. Más allá de estas disquisiciones, el ministro recordó que "cuando llegamos en 2008, el panorama era difícil. Detectamos que había 48 localidades más afectadas y les fuimos dando soluciones a todas. Hemos ido resolviendo el problema del agua en muchos lugares. Hicimos 79 obras de mejoras, y llevamos de 86 a 92 el porcentaje de la población abastecida. Mientras tanto, reclamamos fondos, cada vez que tenemos un diseño lo llevamos a la Nación. Vamos acumulando pruebas, porque la Nación está financiando proyectos, pero en otra parte", insistió.
Convencido de que los acueductos son la solución a largo plazo, advirtió también que son grandes inversiones, y que el problema del agua es nacional. Por eso, pidió a las autoridades locales y a la oposición política que acompañen los reclamos.