En las últimas semanas, desde distintos ámbitos de la política, la sociedad, la Iglesia y el empresariado, mucho se ha insistido con la necesidad de "diálogo" para encontrar puntos de acuerdo. Entiendo que hablar de puntos de acuerdo entre los distintos actores que arriba mencionaba significa poder conversar, intercambiar opiniones, proponer soluciones en conjunto, para todos aquellos problemas y dificultades que encontramos y coincidimos como "prioritarias" de resolver de nuestra sociedad. Y creo que en muchos casos podemos coincidir en que ese diálogo tuvo sus frutos para mejorar la calidad de vida de los vecinos en estas última semanas.
¿Quién puede no estar de acuerdo que el gobernador de nuestra provincia, Antonio Bonfatti, se haya reunido en numerosa cantidad de oportunidades con funcionaros nacionales, y con que de ese "diálogo" y puesta en común de los problemas de los santafesinos haya salido la firma del convenio para el crédito kuwaití que permitirá construir un acueducto en el norte de Santa Fe? ¿O con el inicio de gestiones para construir cinco mil viviendas en la provincia? También podemos hacer referencia a que nuestra intendenta, Mónica Fein, luego del "diálogo" con el Ministro Randazzo y el secretario de Transporte Alejandro Ramos, hayan coordinado el ingreso del tren a la ciudad, más puestos de documentación, y otros asuntos que benefician a los rosarinos.
Es decir… todos estamos de acuerdo con el diálogo y la necesidad de trabajar más allá de las diferencias, pero parece ser que depende de quién o cómo interpreta el diálogo, se mide con una u otra vara.
Desde que asumí como concejal de la ciudad de Rosario, en diciembre de 2013, me propuse "dialogar" y conversar con todos los sectores de la ciudad. Y la verdad es que todavía no he podido hacerlo con todos, pero estamos avanzando con los grupos religiosos, los partidos políticos y las instituciones de la ciudad en general.
Concretamente, en mi labor como edil, tengo la satisfacción de poder desarrollar conversaciones y puntos de encuentro con numerosa cantidad de concejales que no responden a mi misma ideología política. Como peronista he podido charlar muy bien con radicales, socialistas, demoprogresistas, con otros justicialistas, y con todos hemos coincido y disentido en muchos temas.
Por ello, quiero que estas líneas sólo sirvan para "traducir" qué entendemos por diálogo. Porque para ponernos de acuerdo en grandes temas y soluciones para nuestra ciudad de Rosario, nuestra provincia de Santa Fe, y nuestro país, primero debemos ponernos de acuerdo sobre qué significa dialogar, y en considerar este término para todos por igual. No vaya a ser que para algunos dialogar sea lo que hacen los funcionarios que más atrás mencioné, y cuando otros hacemos lo mismo se considere a esta actitud como transfuguismo o gatopardismo.
Tengo permanentes conversaciones con funcionarios nacionales, con concejales de otros partidos, y hemos coincidido con gremios de la ciudad en la necesidad de trabajar juntos. Tengo relaciones con ONG's de Rosario que operan en distintas temáticas, con las cuales compartimos similares opiniones y también tenemos divergencias. Las proteccionistas, los centros comunitarios, los usuarios y consumidores; todos son vecinos y dialogamos con todos.
En definitiva, todos quieren y hablan de "dialogar". En lo personal, sólo pretendo que sea en serio, y entre todos.
(*) Concejal de Rosario