El presidente de Rusia, Vladimir Putin, dio ayer su señal más clara hasta la fecha de que no dejará que la disputa sobre el destino del ex contratista de seguridad estadounidense Edward Snowden descarrile las relaciones de Moscú con Washington. Pero un abogado que asiste a Snowden, quien está varado en una zona de tránsito del aeropuerto de Sheremetyevo en Moscú y es requerido por Estados Unidos por filtrar datos de programas secretos de vigilancia del gobierno de Washington, dijo que esperaba que Rusia le garantice asilo temporal en una semana para poder salir de la zona de tránsito. El letrado ruso, Anatoly Kucherena, también indicó que Snowden no tenía planes de viajar pronto a ninguno de los tres países latinoamericanos que le están ofreciendo refugio, debido a la presión que está ejerciendo Estados Unidos sobre sus aliados para que impidan su traslado. Agregó que debido a eso no se descarta tampoco que el topo de la CIA solicite también la ciudadanía rusa.
Permitir que el estadounidense de 30 años permanezca en Rusia aún de manera temporal alteraría a Washington, pero la negativa abriría a Putin a la crítica local de que cedió ante la presión del ex enemigo de Moscú en la Guerra Fría, a pesar de que se ha negado a extraditar a Snowden. Cuando se le consultó durante una visita a la ciudad siberiana oriental de Chita si el asunto habría arrojado una sombra sobre una cumbre prevista para septiembre entre Estados Unidos y Rusia en Moscú, Putin dijo a los periodistas: "Las relaciones bilaterales, en mi opinión, son mucho más importantes que las disputas sobre actividades de los servicios secretos".
Silencio. Putin no dijo si Rusia aceptaría la solicitud temporal de asilo de Snowden, quien presentó el pedido el martes luego de más de tres semanas en el aeropuerto Sheremetyevo, pero dejó en claro que sigue insistiendo en que el estadounidense no debe hacer algo que dañe a Washington. "Hemos advertido a Snowden que cualquier acción de su parte que pudiera causar daño a las relaciones ruso-estadounidenses es inaceptable para nosotros", indicó el líder del Kremlin.
Snowden, quien arribó a Moscú el 23 de junio proveniente de Hong Kong, es útil como una herramienta de propaganda de Putin, que acusa al gobierno de Estados Unidos de predicar al mundo acerca de los derechos y libertades que no defiende en casa. Pero Putin quiere que la cumbre con Obama y un posterior encuentro del G-20 en San Petersburgo salgan adelante y no desea arriesgarse a un boicot de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2014, que se llevarán a cabo en febrero en la ciudad de Sochi, en el sur de Rusia. Ambos países han manifestado que desean mejores relaciones, tensas por temas que van desde el conflicto sirio al tratamiento de los opositores del líder ruso desde que empezó un tercer mandato de seis años en 2012.
Huésped molesto. El abogado de Snowden dijo que esperaba una respuesta positiva al pedido de su cliente de asilo temporario en Rusia, a fin de que el fugitivo pueda permanecer en ese país hasta estar seguro de contar con un traslado sin sobresaltos a otro país. Bolivia, Nicaragua y Venezuela le han ofrecido refugio. Consultado sobre si el estadounidense presentaría una solicitud de ciudadanía rusa, Kucherena dijo: "No lo descarta". Y agregó que le había dado a Snowden un libro de texto ruso para niños para que comience a aprender el lenguaje. Kucherena afirmó que esperaba que su defendido pueda pasear en una semana por Moscú con el permiso de asilo otorgado por migraciones.
El gobierno de Obama reiteró el martes su pedido a Rusia para que envíe a Snowden de regreso a Estados Unidos, argumentando que no era un activista de derechos humanos ni un disidente y que el joven está acusado de filtrar información clasificada.
En Rusia, el asilo temporal es por un año y puede ser extendido. A diferencia del asilo político, que requeriría un decreto de Putin, la decisión de brindar refugio temporalmente recae oficialmente en el Servicio Federal de Migración.
Snowden permanece en la zona de tránsito del aeropuerto moscovita desde el 23 de junio, fecha en que arribó procedente de Hong Kong, adonde había huido desde Estados Unidos luego de que se hicieran públicas sus revelaciones sobre cómo espía Washington a millones de personas y a gobiernos aliados y rivales de todo el mundo.