Contentas las autoridades, aliviados los choferes de colectivos y de ambulancias, y por supuesto, los automovilistas y usuarios del transporte público: el puente Mabey del Ejército que une San Lorenzo y Puerto San Martín de una vez por todas está en funcionamiento y se terminó de recomponer el servicio de pasajeros que circula por ambas ciudades. Tras la presentación oficial a cargo de los intendentes Leonardo Raimundo y Carlos De Grandis, que actuaron en conjunto para que se concretara esta conexión, pasadas las 10.30 de ayer se habilitó el paso, aprovechado especialmente por los micros interurbanos.
Ahora le toca a los agentes viales de cada localidad la ardua tarea de ordenar el tránsito sobre la estructura montada sobre el arroyo San Lorenzo, al final de calle Ramón Rodríguez, en Puerto, y de la avenida San Carlos en San Lorenzo, distante a unas dos cuadras y media del puente derrumbado sobre avenida San Martín de esta ciudad, el cual será reconstruido en poco más de un año. Estos mismos inspectores viales inicialmente deberán educar a los conductores, ya que para pasar hay algunas reglas.
Es que el acceso, de una sola mano, sólo se permite desde Puerto San Martín hacia San Lorenzo para los autos, y en principio estaría prohibido para las motos ya que la cabecera sanlorencina no está pavimentada como la del otro extremo, sino que el piso está afirmado con piedras de unos 6 centímetros de diámetro (como las que se colocan a los costados de las vías férreas) y la circulación para esos rodados menores se vuelve muy riesgoso.
Los camiones tienen prohibido pasar y sólo se permite el acceso excepcionalmente a algunas combis que tengan exceso de peso y que no puedan pasar por los pequeños puentes alternativos de una sola mano: el Homero Manzi, que se usa desde San Lorenzo hacia Puerto, y Reconquista, en el que se permite pasar en el sentido opuesto. Estos mismos pasos peatonales fueron utilizados más que nunca por los usuarios del transporte público, ya que cada empresa diagramó un circuito interno en cada ciudad, depositaba a los pasajeros en un extremo de las pasarelas, éstos cruzaban a pie y subían al micro que los esperaba en el otro extremo.
Ahora el transporte urbano puede volver a circular con total normalidad porque excepcionalmente puede hacer uso del Mabey como doble mano. "Los choferes de colectivos están contentos porque ya no tienen que aguantar los insultos de la gente, porque no la tienen que cruzar caminando. Los ambulancieros también sienten el alivio", dijo a LaCapital Marta Riquelme, miembro del Centro de Protección Civil municipal de Puerto y que ayer por la tarde y desde que se habilitó el puente dirigía el tránsito en la cabecera de esta ciudad.
Compleja tarea. Ayer la labor de Riquelme y de una compañera no era sencilla: parar y liberar los autos, esperar que pasen los colectivos, advertir a los motociclistas del peligro que reviste el suelo de la cabecera de San Lorenzo, y "educar" a los conductores que se lanzaban a cruzar desde esta última ciudad, indicándoles que está prohibido el paso desde esa orilla, donde al menos ayer por la tarde no había agentes indicadores.
"La mayoría de los vehículos que pasan son colectivos. Muchos automovilistas cruzan pero por curiosidad, nada más", indicó Riquelme, mientras hacía señas a una moto para que se detuviera: al mando iba un menor de no más de 13 años, acompañado por una mujer adulta, ambos sin casco y pretendiento cruzar el puente. "Este chico no tiene edad para manejar y por acá no pueden pasar", les dijo enfática la inspectora y los invitó a regresar a su hogar. Mientras hacía esto, un automovilista al que se le ordenó esperar el paso de un colectivo que venía desde San Lorenzo, arrancó y rápido pasó la estructura metálica, haciendo caso omiso al mandato.
Estos ejemplos dan cuenta de la ardua tarea que le tocará al personal vial municipal. "En Puerto habrá guardias las 24 horas y siempre de 2 personas por turno. Tenemos suficiente personal para hacerlo", aseguró Riquelme.