Buenos Aires. — La Justicia de San Isidro dictó la prisión preventiva a los diez detenidos acusados de integrar una banda que robaba autos en el conurbano bonaerense y Capital Federal para desguazarlos o venderlos en Rosario. La medida también alcanza a dos policías bonaerenses que se sospecha que cobraron coimas para liberar a uno de los ladrones, y al presunto testaferro de un subcomisario. La organización denominada "La banda de los rosarinos" tiene entre sus integrantes a tres hombres con domicilio en esta ciudad, entre ellos quien está sindicado como líder: Esteban Lindor Alvarado, de 33 años, quien días atrás —como publicara este diario— fue condenado a una pena menor por el robo de un auto en la vía pública.
Según fuentes judiciales, el juez de Garantías de San Isidro Diego Martínez avaló toda la investigación del fiscal Patricio Ferrari y dejó detenidos a los miembros de la banda desbaratada a principios de agosto, luego de 27 allanamientos en los que se secuestraron 31 vehículos robados, miles de autopartes y siete armas de fuego. Asimismo, a pedido del fiscal el juez también dictó la prisión preventiva para dos subcomisarios de Villa Adelina y el presunto testaferro de ellos, que fueron arrestados acusados de haber cobrado 20 mil pesos y la transferencia de un auto como coima para liberar a un integrante de la banda que había caído preso en medio de la investigación (ver aparte).
Presos. Con esta decisión judicial, junto con el sindicado líder de la banda continuarán detenidos sus presuntos socios rosarinos: Walter Ramón Bucci, de 33 años, y Gabriel Antonio Peto García, de 40. Los tres tienen domicilio en Rosario y están acusados de ser quienes recibían los autos robados en Buenos Aires para reempapelarlos o desguazarlos en desarmaderos rosarinos.
También seguirán detenidos los cinco "pasadores" que se dedicaban a trasladar los autos robados desde Buenos Aires hasta Rosario: Diego Alejandro Romero, de 36 años; Mario Fabián Pepino Díaz, de 44; Jorge Alberto Tome, de 53; Carlos Alberto Carli Carmona, de 30, y Jorge Gabriel Gaby Yelamos, de 50.
Según la acusación del fiscal Ferrari, Yelamos era el especialista en desinstalar lo que en la jerga se conoce como "el bicho", es decir, los equipos de rastreo satelital de los autos.
Los últimos dos acusados de integrar la banda que seguirán presos son Néstor Piru Robles, de 41 años y acusado de ser uno de los asaltantes que robaba a mano armada los vehículos, y Alberto Derlis Ruiz Díaz, de 42, quien de acuerdo a la investigación confeccionaba los stickers falsificados para las autopartes y los autos robados.
Estos diez detenidos quedaron imputados por los delitos de asociación ilícita —en el caso de Alvarado, en carácter de "jefe u organizador"—, robo calificado, encubrimiento, estafa al seguro y sustitución de numeración registral.
Empresa. En su pedido de prisión preventiva Ferrari planteó que los imputados conformaban "una empresa criminal que en forma preacordada y previa división de tareas se dedicaba a la comisión de delitos indeterminados, principalmente contra la propiedad automotor". Según el fiscal, obtenían los autos de tres maneras: robándolos a mano armada, sustrayéndolos desde la vía publica mediante el uso de ganzúas o sistemas informáticos que generan la apertura y encendido de los vehículos o, inclusive, con la connivencia de sus propietarios, que los denunciaban falsamente como robados para defraudar a las aseguradoras y cobrar las pólizas.
Siempre según la investigación, también eran tres los posibles destinos de los rodados: los desguazaban en autopartes para el mercado negro; le suprimían la numeración de chasis y motor para hacer un auto "mellizo", o los hacían pasar como "vehículo de repuesto", como un presunto auto volcado, chocado o siniestrado. l (Télam)