Otro año en la D. Argentino repite el karma de jugar en la categoría más pequeña del fútbol criollo, después de una primera temporada con muchas más penurias que satisfacciones.
Otro año en la D. Argentino repite el karma de jugar en la categoría más pequeña del fútbol criollo, después de una primera temporada con muchas más penurias que satisfacciones.
¿Podrá escaparle a la chatura que caracteriza a la categoría? La respuesta la tienen Walter Bello y Silvio Conti, los entrenadores salaítos que trabajaron arduamente para armar primero un plantel a la altura de las circunstancias y después un equipo competitivo.
Pero si es verdad que el movimiento se demuestra andando, Argentino empezará a caminar esta tarde frente a Lugano como visitante. Un adversario que los antecedentes califican como accesible, pero sólo eso.
La sensación es que al salaíto todo le cuesta demasiado. Mucho más de lo que parece.
Tampoco parece que el ascenso sea un objetivo importante para la dirigencia. O quizás no cuente con los recursos. Pero eso sólo se podrá conocer con el transcurrir de las fechas.
A mitad de la primera rueda, bien pueden interpretarse cuáles eran las metas verdaderas. Casi siempre es así.
Por lo pronto esta tarde habrá una pequeña muestra.