El viernes a la tardecita dos ladrones armados ingresaron a un depósito mayorista de artículos de ferretería de barrio Azcuénaga. Tras maniatar a los dueños del negocio se hicieron con un botín de 10 mil dólares en efectivo además de algunas pertenencias de las víctimas. Después los maleantes escaparon en una moto y detrás de ellos, en su camioneta, salió el dueño del local a perseguirlos a lo largo de tres kilómetros. Los alcanzó cerca de la cancha de Tiro Federal, en Humberto Primo al 5300, donde al verse cercado uno de los maleantes le disparó un par de balazos que impactaron en el vehículo abortando la persecución. Ese fue el final del primer capítulo.
En el marco de la investigación llevada adelante por efectivos de la seccional 6ª, el lunes por la noche se realizaron dos allanamientos en barrio Ludueña con órdenes rubricadas por el juez de Instrucción Javier Beltramone. El operativo desnudó la historia de una pareja que terminó detenida y que, según los pesquisas, utilizó una buena parte del botín para comprarse una casa y amueblarla.
La vivienda en cuestión está ubicada en San Gerónimo y Junín, en los confines de los barrios Ludueña e Industrial. De acuerdo a los testimonios que obran en la causa esa vivienda fue comprada el últlimo fin de semana en 7.200 dólares. Los adquirentes fueron una mujer, que trabaja como doméstica en la casa de los dueños de la ferretería asaltada, y su pareja, un hombre de 28 años. Ese movimiento de dinero puso a la empleada bajo la lupa de la investigación y por eso el juez Beltramone ordenó que se allanara la vivienda en cuestión. En el lugar los vigilantes incautaron un sommier, un freezer, una heladera, tres sillones y un placard, electrodomésticos y muebles que tenían facturas de compra del día 4 de febrero. Es decir, el mismo día del allanamiento. Por ese motivo la pareja deberá prestar declaración hoy en el juzgado de Instrucción 8ª.
Casi en paralelo, la policía allanó una vivienda de Casilda al 2000. Allí vive el vendedor de la casa de San Gerónimo y Junín. Un hombre de 33 años que resultó ser hermano del detenido y cuñado de la empleada infiel de la ferretería robada. Cuando los investigadores lo consultaron el hombre fue claro: dijo que le vendió esa vivienda a su hermano y su cuñada en 7.200 dólares y que había convertido en pesos los billetes estadounidenses. La policía le incautó entonces los 35 mil pesos producto de esa operación. El hombre quedó detenido y hoy irá con sus parientes a contar su historia a los Tribunales.
El robo. El lunes a la tarde, cerca de las 18.30, dos ladrones armados ingresaron a una ferretería ubicada en Marcos Paz entre Gutemberg y Pascual Rosas. Llevaron adelante un robo de manual: armados, maniataron a los dueños del lugar y en pocos minutos se alzaron con 10 mil dólares en efectivo y pertenencias de las víctimas. Con el dinero en un bolso, los ladrones huyeron en una moto. Enceguecido por la impotencia y la bronca Sergio C., uno de los afectados, subió a su camioneta Chevrolet S-10 y comenzó a seguirlos. La persecución se prolongó a lo largo de tres kilómetros desde el centro geográfico de la ciudad hacia barrio Ludueña. En inmediaciones de Humberto Primo y Camilo Aldao, detrás de la cancha de Tiro Federal, uno de los ladrones disparó varias veces impactando sobre el lateral del acompañante de la camioneta. Eso hizo que Sergio abortara su acoso hacia los ladrones.
Las víctimas realizaron la denuncia en la seccional 6ª y así comenzó a trabajar una brigada de esa comisaría. La primera persona en la mira de los investigadores fue Nadia S., de 25 años, empleada infiel de la ferretería. La joven quedó detenida junto a su pareja, Rafael G., de 28 años; y su cuñado, Darío G., de 33 años, quien les había vendido la vivienda. Los tres están acusados de ser participes necesarios del robo calificado al negocio. El único de los tres con prontuario abierto hasta ayer era Rafael G., quien estuvo detenido hasta hace un mes en la comisaría 12ª por robo.