Asumimos el desafío de gobernar Santa Fe con una premisa: despertar al gigante. Ponerlo de pie. La realidad es que la crisis del coronavirus hizo que tengamos que modificar nuestra agenda y las urgencias quedaran en el primer plano de nuestras acciones. Pero la construcción de ese horizonte, no solo que nunca dejó de ser una prioridad para este gobierno, sino que la pandemia vino a confirmar algunos de nuestros diagnósticos y a reforzar nuestras convicciones acerca de la forma adecuada para llevar a cabo la tarea.
Poner de pie al gigante es, antes que nada, comprender y convencerse de eso: somos un gigante que debe despertar y que tiene todo para hacerlo, tal como lo repitiera una y otra vez Omar Perotti en el curso de la última campaña. Nadie puede dudar del potencial humano y productivo de nuestra provincia. La cuestión es, justamente, cómo hacer para que eso suceda. En ese marco es que estamos poniendo en marcha este nuevo Plan Incluir. Un plan que, antes que nada, está diseñado teniendo en cuenta a la totalidad de los 365 municipios y comunas de nuestra provincia. Que pone la mira en la necesidad de mejorar la calidad de vida de las familias en nuestros barrios. Que recupera algunas muy buenas iniciativas del denominado Plan Abre, que fuera puesto en marcha por la gestión anterior, pero haciendo especial hincapié en considerar la diversidad de realidades: desde la comuna más pequeña, pasando por las ciudades medianas y trabajando también en nuestros grandes centros urbanos. Se trata de hacer de la equidad un principio rector de la gestión y de comenzar a reparar así las injusticias y desigualdades del pasado.
El nuevo Plan Incluir prevé generar estas mejoras en la situación social de nuestra provincia a partir de la puesta en marcha de obras de infraestructura estratégica, como también de resolver mejoras en el equipamiento barrial. Necesitamos poner el foco en el saneamiento y el acceso a luz, agua segura, conectividad y también fortalecer las redes sociales de cada barrio, promoviendo el encuentro, la participación y la convivencia en el espacio público. Es un plan que busca mejorar la calidad de vida en los barrios, favorecer la generación de empleo, prevenir la violencia interpersonal y, desde este abordaje múltiple, favorecer la posibilidad de que en las diversas realidades de los diferentes barrios se ponga de manifiesto un denominador común: vivir más seguros en Santa Fe es posible.
Queremos que este sea un plan con alta participación social y ciudadana, porque son los vecinos quienes mejor saben qué se necesita en los barrios para vivir mejor. Por eso pensamos en implementar las acciones en permanente diálogo y articulando con las instituciones y organizaciones de la sociedad civil de cada lugar. Queremos llegar a todos y establecer las prioridades en conjunto, porque necesitamos que el Plan Incluir sea apropiado por cada comunidad destinataria, en tanto es una herramienta que el Estado acerca para fortalecerlas y transformar sus realidades.
Como iniciativa estatal que se engarza con la inversión pública que se realiza en los programas orientados a reducir las brechas de desigualdad de género y en promover la autonomía de las mujeres, el Plan Incluir tiene entre sus objetivos el apoyo y fortalecimiento de las organizaciones que trabajan en la igualdad de género; las acciones de capacitación y las iniciativas que promuevan el empleo de las mujeres.
Además de garantizar y ampliar derechos, y reparar así deudas históricas, es un Plan que entiende muy especialmente el actual contexto. Por eso pone particularmente su foco en llegar a la totalidad de los municipios y comunas: la pandemia nos ha demostrado la necesidad de encontrar un equilibrio demográfico, de evitar hacinamientos y concentración de poblaciones en grandes ciudades. Precisamente en este punto es que decimos que, antes que cambiarnos la perspectiva, la pandemia nos evidenció y reforzó la necesidad de activar este Plan Incluir, en función de su capacidad de promover la posibilidad de que cada familia pueda mejorar su calidad de vida sin tener que migrar hacia unas pocas ciudades que son las que crecen y mejoran su infraestructura. Se trata de promover el arraigo también en localidades pequeñas. Que la posibilidad de vivir cada vez mejor no sea un privilegio geográfico y que ese 35% de nuestra población que reside en comunas también sienta la presencia del Estado.
Queremos que el gigante se despierte y pueda crecer, y creemos que ese crecimiento, para ser sólido y sostenido, debe ser armónico, equitativo y sustentable. Esa es la senda que estamos comenzando a recorrer con este plan: la senda del desarrollo y la construcción de un mejor futuro para todos y para todas.