La evolución permanente. Ese es el camino apuntado por el cuerpo técnico canalla y el que Juan Antonio Pizzi resalta cada vez que puede. "Siempre intentamos agregarle cosas al juego", dice. Allí es donde el entrenador de Rosario Central marca los parámetros que se plantea como objetivo en lo que al juego se refiere. Durante la semana el DT tiró una frase que repitió en cancha de Atlanta a los pocos minutos de finalizado el encuentro entre canallas y bohemios. "No sé qué es lo que esperan de Central. Por ahí los parámetros que tiene la gente y también el periodismo son difíciles de alcanzar para nosotros. Esa es la verdad".
Central ya está en plena marcha en el campeonato y hasta aquí hay muy poco para reprochar en cuanto a números. Siete puntos sobre nueve en juego es un dato irrefutable y de alguna manera marca que el camino es el correcto. Después, están los atajos que pueden hacer que el tránsito hacia el objetivo final resulte más accesible. Que el funcionamiento luzca más aceitado, más pulido y hasta, si se quiere, más vistoso, son algunos de ellos.
Es indudable que Pizzi y sus colaboradores cumplieron con uno de los postulados madre del fútbol: que los equipos se arman de atrás hacia adelante. Sobre esa base se va estructurando un equipo al que en las tres fechas que disputó le marcaron un solo gol, en el primer partido, ante Defensa y Justicia. Pero no sólo eso, sino que le generan poco. Porque ni el Halcón de Varela, ni Gimnasia y mucho menos a Atlanta le provocaron grandes dolores de cabeza.
Otra de las frases emblema de Pizzi: "La cosa no pasa por los nombres, sino por poder conformar una estructura en la que cualquiera al que le toque entrar pueda desempeñarse sin problemas". Lo que ocurrió con Nahuel Valentini, uno de los puntos más altos del equipo en Villa Crespo, puede ponerse a modo de ejemplo. Puede haber sido fruto de la casualidad, pero el defensor oriundo de Granadero Baigorria demostró tener bien aprendido el libreto.
Si Pizzi recalca este tema de los parámetros según los otros es porque va decodificando que a las aspiraciones ajenas y a las propias las separa una brecha importante. Pero como en el fútbol los estados de ánimo lo marcan los resultados esa historia por el momento puede tomarse como una anécdota.
Igual, el detalle de que recién se llevan disputados 180 minutos y que prácticamente ningún equipo (salvo River, que aún jugando de a ratos mal gana con claridad) asoma como un rival de temer es para tener en cuenta.
Hasta aquí no se hizo una referencia puntual al tema del juego en sí, del que muchas veces se habló, pese a que sea una parte crucial del análisis. El punto es cuestión es tomar la frase del entrenador canalla y marcar que, más allá del conformismo por lo que marcan los números, la cabeza del cuerpo técnico entiende que las exigencias no serán pocas. Otra vez, el transcurrir de las fechas irán poniendo las cosas en su lugar y recién allí se podrá determinar cuánta distancia existe entre esos parámetros a los que Pizzi hace referencia.
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