Un improvisado megaestacionamiento de camiones sobre la avenida de Circunvalación, a la altura de la avenida presidente Perón, fue el escenario en el que convergieron los principales referentes rosarinos del paro nacional que se realizó ayer. Camioneros, recolectores, la Corriente Clasista y Combativa, y los dirigentes de la CTA Rosario se juntaron sobre el mediodía en ese control, a pocos metros de una olla gigante que desde las últimas horas del miércoles alimentaba a unas mil personas, entre militantes del paro y choferes "en tránsito".
"El paro fue un éxito, registró un acatamiento de más del 90 por ciento y se paralizó el cordón exportador desde Villa Constitución hasta Puerto San Martín", coincidieron en señalar, por separado, Marcelo Dainotto, secretario provincial de Camioneros; Marcelo Andrada, líder de los Recolectores, y Gustavo Terés, titular de la CTA Rosario. Celebraron, también, la extensión de los efectos de la medida a grandes fábricas de la región, como automotrices y siderúrgicas, sea por adhesión de sus trabajadores o por desobligación.
Las concentraciones, controles, piquetes y marchas organizadas por las distintas organizaciones que abrevaron en la medida de fuerza fueron la cara del paro durante la mañana de ayer. Los hubo en la mayoría de los accesos a la avenida de Circunvalación, en la autopista a Buenos Aires y A012, en la autopista a Santa Fe, frente a la fábrica de electrodomésticos Liliana, y en el cruce de la A012 y la ruta 11, al norte del cordón. En el macrocentro, una movilización partió de Moreno y Pellegrini hasta Corrientes y Córdoba, donde se unieron a los militantes de la Federación Universitaria de Rosario.
En el borde de una deshabitada autopista a Buenos Aires, unos cincuenta militantes de la Corriente Clasista y Combativa (CCC) mantenían su corte.
"Nos sumamos como movimiento de desocupados a este paro para reclamar por más trabajo y un aumento a los beneficiarios de planes sociales, la inflación está agudizando la situación de pobreza en los barrios y nuestros jóvenes mueren todos los días por la inseguridad y la droga", dijo Estela Gauna. Y arengó: "Más que la Gendarmería, necesitamos trabajo en los barrios".
Puntos de control. Pocos kilómetros hacia el sur, Camioneros concentró fuerzas sobre la A012, bordeando la planta de General Motors. La fábrica no trabajó durante gran parte de ayer, por la desobligación de sus empleados y por la falta de piezas. En ese punto, los pocos autos que circulaban, pasaban sin dificultad. Los camiones no. Formaban una fila sobre la banquina. "Acá no se retiene a nadie, los compañeros están por propia voluntad", aseguró el titular del gremio a nivel provincial.
El dirigente resaltó el "altísimo acatamiento" al paro. "Parece un domingo", dijo, y se quejó de los dirigentes locales de los gremios que no adhirieron y militaron en contra. "Fue una fea sobreactuación, muchos de los trabajadores de esos sindicatos querían adherir, igual son gente amiga y en algún momento vamos a volver a hablar de unidad del movimiento obrero en Rosario", dijo. Mientras, recordaba en tono distendido, junto a un dirigente de la Federación Agraria, los momentos de tensión que protagonizaron camioneros y ruralistas en el conflicto de la 125.
A su lado, Marcelo Andrada, del sindicato de Recolectores, subrayó que "el paro fue contundente" y con "el pueblo en la calle". También, insistió, con el acompañamiento de trabajadores de "sindicatos que no se sumaron en la pública pero que hacia adentro tuvieron que acompañar".
Su gente alimentó varios de los piquetes que desde poco antes de la medianoche de ayer se instalaron en sobre la avenida de Circunvalación. El más nutrido agrupó a los militantes de ese gremio, camioneros y de la CCC, sobre la bajada de Presidente Perón. Varias filas de camiones se desplegaban a lo largo de cinco cuadras. Llevaban varias horas. "Esta campera me la prestaron acá, si me preguntás a mí, preferiría estar en mi casa", masculló enojado un chofer estacionado sobre la colectora, que lucía la típica campera verde de Camioneros.
"Les dimos de comer, los atendimos y por la noche hicimos rondas de guardia porque esta es una zona brava", describió uno de los coordinadores de ese control. Tres hombres con una pala revolvían en una olla gigante un tremendo guiso. Capaz, aseguraron, de alimentar a mil personas.
Militantes de todas las organizaciones que participaron de la medida de fuerza, convivían en ese piquete. Al mediodía llegó la conducción de la CTA Rosario. Rosario Terés, secretario general de esa central, exhibió la contundencia del paro de los docentes de escuela pública y de la Universidad Nacional de Rosario. Gustavo Martínez, de ATE Rosario, aseguró que "tanto el gobierno como las cúpulas sindicales que no adhirieron al paro" deben tomar nota del resultado de esta medida.