Pasaron cuatro décadas del golpe militar y dos de ellas con gobiernos democráticos, pero el fantasma de Augusto Pinochet volvió a quedar en el centro de la campaña para las elecciones presidenciales de Chile. Pinochet, que tras una dictadura de 17 años entregó el poder en 1990 y falleció en 2006, dejó una huella indeleble en la Constitución, el sistema educativo y en importantes leyes, y una fractura sobre los derechos humanos. Todo eso volvió a la memoria de muchos chilenos a horas del 40º aniversario del golpe que derrocó un 11 de septiembre a Salvador Allende.
Sobre todo a la mente de la ex mandataria Michelle Bachelet, quien sufrió en carne propia torturas del régimen y ahora se postula para las elecciones presidenciales del 17 de noviembre. Bachelet, que encabeza con comodidad los sondeos de intención de voto, dijo el lunes en un acto conmemorativo del golpe que el país sigue fracturado por la falta de verdad y justicia. "La Constitución que hoy día aún nos rige posee imposiciones que impiden el libre ejercicio democrático", sostuvo la candidata. "Son escollos profundos para la voluntad soberana del pueblo. Es hora de terminar con esas disposiciones, inexistentes en la democracia avanzada".
El dictador creó un complejo sistema electoral con el que es muy difícil obtener una mayoría representativa que permita aprobar modificaciones de alto quórum.
Durante su gobierno, entre 2006 y 2010, Bachelet vio como muchos de sus proyectos se desvanecían en el Congreso por este esquema representativo y electoral. "Probablemente ningún país tiene una experiencia como esa, una democracia en la que una minoría puede vetar a la mayoría y donde la mayoría al final no puede hacer lo que la gente quería al votar por ellos", recalcó Bachelet.
La idea de una nueva Constitución y el cambio de leyes clave se ha transformado también en el pilar de la campaña de otros candidatos de la izquierda como Marco Enriquez Ominami, cuyo padre murió por acción de agentes de la dictadura.
Las consecuencias.Desde la centroderecha, la candidata oficialista Evelyn Matthei —hija de un comandante de la dictadura—, prefiere tomar distancia de la discusión sobre la herencia de Pinochet, que durante su régimen lanzó una persecución política contra opositores que dejó unos 3.000 muertos o desaparecidos.
Evelyn Matthei, quien apareció muy abajo en una encuesta reciente de opinión, es partidaria más bien de realizar ajustes específicos y mantener la línea del actual gobierno del conservador Sebastián Piñera, quien no puede volver a postularse a otro mandato presidencial consecutivo. Alrededor del 75 por ciento de los ciudadanos chilenos cree que las marcas de la dictadura militar siguen presentes, de acuerdo a la encuesta de la consultora CERC.
Demandas estudiantiles. Pinochet, que fue senador hasta que murió en 2006, también removió los cimientos de la educación y la convirtió en un negocio que ha desatado hoy la protesta en las calles de miles de estudiantes que exigen enseñanza gratuita y de calidad. "Los estudiantes somos conscientes que nos estamos movilizando precisamente contra el legado de Pinochet", dijo Andrés Fielbaum, presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile tras participar en una marcha. "Recordamos las mayores víctimas de la dictadura y su horror, pero nos reconocemos también como víctimas, pues nuestro endeudamiento, los títulos muchas veces inútiles, el lucro ilegal, son también consecuencia de la dictadura y de las políticas de los gobiernos que la sucedieron", agregó.
Bachelet y otros candidatos de la centroizquierda se han comprometido a transformar la educación con una millonaria reforma tributaria que apunta a elevar impuestos a las grandes empresas y personas de altos ingresos. Estas reformas han creado expectativas entre los estudiantes, pero nerviosismo en el empresariado. "Si gana Bachelet, ella va a tener (una) difícil (tarea).... La gente va a salir a la calle exigiendo que lleve a cabo las reformas que prometió", dijo Pablo Salvat, analista político de la Universidad Alberto Hurtado.
Conformación del Congreso. Pero para lograr una reforma educacional con alzas en los impuestos se necesita una amplia mayoría en el Congreso, algo que otra vez trae a la memoria el legado de Pinochet. Bachelet no quiere que se repita su historia en el Congreso y asegura que no basta con ganar la elección presidencial si no cuenta con el apoyo ciudadano hacia sus parlamentarios.
Pero el esquema impuesto por Pinochet no será fácil de desmontar, admitió Sergio Bitar, un ex ministro de Allende y de Bachelet. "La sensación es que estás en una jaula", afirmó.
Por los 1.300 desaparecidos
Un millar de chilenos se recostó boca arriba sobre la vereda norte de la histórica Alameda de Santiago evocando a los 1.300 desaparecidos que dejó la dictadura de Pinochet. Los asistentes unieron con sus cuerpos las inmediaciones del palacio presidencial de La Moneda con la Plaza Italia,
Un millar de chilenos se recostó boca arriba sobre la vereda norte de la histórica Alameda de Santiago evocando a los 1.300 desaparecidos que dejó la dictadura de Pinochet. Los asistentes unieron con sus cuerpos las inmediaciones del palacio presidencial de La Moneda con la Plaza Italia,