Un reclamo gremial por mejores condiciones trabajo para los choferes de las líneas interurbanas puso sobre el tapete la peligrosidad que genera para los propios trabajadores, pasajeros y tránsito en general, el cumplimiento de múltiples tareas paralelas a la conducción de los vehículos como expender pasajes, manipular dinero y completar las planillas de viaje.
Uno de los sindicatos que nuclean a los trabajadores del transporte de pasajeros, la Asociación de Obreros del Transporte Automotor (Aota), denunció públicamente que los choferes de ómnibus de líneas interurbanas “siguen siendo quienes cobran boletos arriba del coche, lo que está absolutamente prohibido por ley”, tal como lo señaló lanzó el secretario general de ese gremio, Alberto Montenegro.
Para su reclamo, Aota se ampara en la ley nacional de transporte 2254/92 —a la que la provincia adhiere—, la que señala que “los conductores de corta, interurbana y media distancia no podrán realizar tareas de expendio y cobro de boletos”.
Militantes del sindicato, tras una recorrida por lugares estratégicos verificaron que “los choferes siguen cobrando el boleto”,señalándose que esa práctica es habitual en empresas interurbanas como Los Ranqueles, Central Alcorta, Serodino, Las Rosas, General Güemes, Santafesina, La Verde, Arito, 9 de julio, América, Continental y Metropolitana entre otras, donde “se sigue exponiendo al chofer a cobrar boleto, manejar y andar con dinero”, precisaron.
Guardas. La propuesta del sindicato en tal sentido es retomar la costumbre de utilizar “guardas” o instalar en las unidades máquinas expendedoras de boletos por medio de tarjetas magnéticas.
Según Montenegro, “si atendemos los índices de inseguridad de la región, manejar plata arriba del colectivo es como darle en bandeja la oportunidad a los delincuentes a robar. Y, de hecho, no es solo una posibilidad; pasa habitualmente”, remarcó el dirigente, quien hace “responsable de esta anormalidad”, a la Dirección de Transporte Provincial, órgano de contralor para que se cumpla la ley nacional de transporte.
Tras una consulta de La Capital, Montenegro destacó que los costos que generen las máquinas expendedoras de boletos o la incorporación de personal para cumplir la función de guarda “no es algo que deba preocuparnos a los trabajadores; lo que a nosotros nos importa es la seguridad de nuestros choferes, la de los pasajeros y el tránsito” indicó.
El sindicalista también fustigó duramente a la Dirección General de Transporte de la provincia, sobre la que lisa y llanamente consideró que “no existe”, y destacó que el deber de esa dependencia es hacer cumplir la ley nacional de transporte a la que la provincia adhiere y respecto de la patronales consideró que todas caen en la infracción y ninguna le paga siquiera un plus a los trabajadores considerando el trabajo extra.