El supuesto incumplimiento de una promesa realizada por el seleccionado argentino del ‘86
sería la razón por la cual nunca más se logró un título mundial. Por ese motivo, un grupo creó una
página de internet (www.cumplamoslapromesa.com.ar), que hasta ahora tiene más de mil adeptos, en la
que se pide cumplir “la promesa de Tilcara”. Descreídos, abstenerse.
La historia se remonta a enero de 1986. Para aclimatarse a la altura de México para el
Mundial, un grupo de 14 jugadores del seleccionado, comandado por Carlos Bilardo, viajó a la ciudad
jujeña de Tilcara. Fue durante esa estadía que visitaron a la Virgen de Copacabana del Abra de
Punta Corral y prometieron regresar si Argentina era campeona mundial.
Los convocados para esa ocasión fueron Bochini, Giusti, Borghi, Dertycia, Brown, Batista,
Islas, Ruggeri, Tapia, Comas, Cucciuffo, Almirón, Clausen y Garré.
“Seis meses después, Argentina logra el campeonato mundial, iluminada por la magia
divina del mejor jugador de todos los tiempos. Sin embargo, la promesa no se cumplió”, se
publica en el portal de internet.
“La intención estuvo más de una vez; incluso una delegación llegó a viajar a Tilcara en
representación de la AFA. Pero los jugadores, por uno u otro motivo, nunca volvieron para
agradecerle a la Virgen”, agrega el sitio. Antes del Mundial de Alemania 2006, una comitiva
de la AFA viajó a Tilcara llevando camisetas del seleccionado al párroco de la iglesia de Nuestra
Señora del Rosario de Tilcara, Ernesto Vilte, pero en ese momento el sacerdote dijo: “La
promesa no se pagó del todo”. Y por lo visto, así fue.
El sitio web agrega: “Quizás todo sea fruto de la casualidad, pero lo cierto es que
desde entonces no sólo no pudimos volver a levantar la copa, sino que además sufrimos una serie de
infortunios, como el dudoso arbitraje de Codesal en el 90, el “me cortaron las piernas”
del 94 y la inexplicable eliminación en el 2002”.
“Por eso este humilde y respetuoso pedido: que al menos uno de los jugadores viaje a
Tilcara. Se acerca un nuevo Mundial, ¿qué mejor momento para cumplir la promesa?”, concluye
la web. Para el fútbol, plagado de mitos, leyendas y cábalas, la historia tiene sustento. Para los
no creyentes, el suceso es una simple anécdota.





























