La destacada.- Me senté frente al televisor, ansiosa y dispuesta a encontrar respuestas que me ayuden a decidir mi voto. ¡Tres candidatos a senadores de la Nación debatiendo! ¡Genial, insólito, audaz! No perdí una sola frase del programa. Solo las que no pude escuchar cuando superponían sus voces alteradas. Comenzaron hablando del futuro de la Argentina y qué hacer con él. Mi entusiasmo inicial fue decayendo minuto a minuto. Solo saqué en limpio las equivocaciones que cada uno le acusaba al otro. Lo que firmaron en el año tal, o lo que no firmaron. Si trabajaron o no trabajaron como correspondía. Carteles imposibles de leer al mismo tiempo que escuchar diagramas preparados que no sirven para un manejo tan vertiginoso del tiempo. Los tres tratando de demostrar lo bien que actuaron en el año tal o lo mal que lo hizo el otro. ¡Tratándose de mentirosos! ¿No hubiera estado más a la altura de su investidura que demuestren la mentira? Un desastre. Son candidatos a senadores de la Nación, la Nación completa, incluidas todas las provincias. No entendí por qué se referían tanto a la ciudad de Buenos Aires. Igual, con la esperanza de que primara la razón, lo miré hasta el final. No saqué nada en limpio. Me quedé con la tristeza de haber presenciado un programa de chimentos, esos que a muchos nos fastidia, solo que en lugar de ser el tema el embarazo de tal o cual actriz, o la infidelidad de tal o cual actor, el chisme era la política. No escuché una sola propuesta de cómo iban a hacer para terminar con la delincuencia que nos quitó la paz social, la inflación que cada vez nos conduce a consumir menos, el drama de los chicos de la calle, la droga, la trata, la pobreza, la indiferencia hacia los jubilados que cobran dos mil cuatrocientos pesos. ¡Ay democracia! ¡Ay país! ¿A quién voy a votar?
Hasta la eternidad, amigo
Rescato este fragmento de tu poema..de tu palabra: "No habito en los nombres, sólo el hábito de creer que los nombres habitan en mí como en las cosas, como en esa casa que me nombra todavía. No me dice punto y me olvido del cuerpo que habito, que no tienen nombres y me llama a no pertenecer. Como un discurso desangelado en la periferia de la horma del lenguaje, se pronuncia la semiótica a la orilla de un desvelo de aforismos cóncavos en la serenidad de lo reducido. Las cosas dichas de otra manera parecen más cosas que las no dichas. Cambio la tipografía y es otra cosa, muero en lo nunca dicho. El polvo de las cosas que se acumulan en los paladares y traban el sentido distraído del hablante. No fuimos mucho más que ese gesto indefinible que nos define". Recuerdo el día que te conocí, fue el 27 de octubre del 2009, y compartimos escenario, convocados por una gran docente y amiga Roxana Cudnick, quien realiza una tarea permanente e irrenunciable en favor de la cultura, de sus niños, de sus alumnos. Fue en el Centro Cultural Municipal Distrito Oeste, donde en el marco de lo realizado por la Escuela " Fray Mamerto Esquiu". Se presentó en el Encuentro Somos escritores, el libro "Nuestro primer libro de poemas" escrito por alumnos. De allí en más poesía viva, en sus hojas llevaron esos poemas de los niños de Nuestro Primer Libro, y también y por supuesto los poemas de Fabricio Simeoni. Y juntos subieron a la web. Por eso prefiero luego de recordar ese fragmento de Fabricio, no dar lugar a las despedidas. Si bien "No fuimos más que ese gesto indefinible que nos define", al decir de Fabricio, pienso que la eternidad es la memoria, y siempre habrá alguna voz, alguna palabra que nos recupere en el tiempo, y la palabra volverá a ser. Siempre habrá un futuro donde encontrarnos más allá de este ropaje terrenal que habitamos.
Hasta siempre Fabricio, tu pasión y tu entrega serán nuestro norte, estrella y guía
En tiempo de elecciones
En este tiempo de elecciones y mirando el futuro desde el atalaya de la esperanza, la realidad que palpita, que vive en el quehacer cotidiano es la que tenemos, la que nos envuelve y que nadie puede negar. Unos les cantan loas, otros la critican, pero es la realidad argentina, perfectible supongo. Siempre se puede corregir lo que no está del todo bien y mejorar aún más lo bueno. Creo que es cuestión de objetividad, de mente abierta, de proponer ideas con gran contenido progresista; de votar propuestas superadoras sin considerar la base ideológica que las sustenta. Abracemos simbólicamente a nuestro país desde la soledad antártica hasta las fronteras del norte; desde las alturas cordilleranas hasta las costas atlánticas, con un abrazo que una los corazones, la inteligencia y el patriotismo, en esta hora que más allá de triunfos y decepciones de orden partidario se presenta difícil; en esta hora que debe ser más azul y blanca que siempre. Los ejemplos válidos del pasado; el proceder de hombres y mujeres que en los más diversos campos de la actividad nacional derramaron abnegación, coraje, capacidad y sacrificio nos ilumina el camino, y a la luz de la grandeza podremos escribir un capítulo histórico trascendente.
Reconocimiento al Pami
Me permito emitir mi opinión sobre lo que considero una causa justa. Me refiero a la psicóloga Jorgelina Rodríguez quien desempeña algunas de sus actividades en Pami II. No sólo yo, sino muchas personas estamos muy agradecidas por la atención que brinda. Son notables sus aptitudes, así como sus actitudes solidarias, tanto como sus ideales de justicia y equidad. Es bueno reconocer los valores humanos de quienes como ella, dan lo mejor de sí.
Se fue un alma grande
Se fue Fabricio Simeoni. Se fue su cuerpo pequeño, ése que desde hace años perdió los movimientos y el vigor, sin impedir que su alma pudiera volar para regalarnos su luminosidad, su talento, su buen humor, su poesía. Fabricio derrochaba vida desde un cuerpo inerte, aunque suene paradójico, porque en él las ganas de vivir eran tan grandes, la fuerza de su deseo tan intensa, que su potencia vital se imponía, naturalmente, sobre las férreas limitaciones de la biología o de la naturaleza. Su jovialidad era inconmensurable, tanto como su calidez y su trato amigable con todos. Fabricio amaba a la vida, y porque amaba a la vida amaba a la gente, salvo puntuales excepciones: no amaba a los curas que vivían cerca de su casa y lo censuraron de joven, no amaba al represor Amelong que una vez intentó comprarle una silla de ruedas que había puesto en venta y al que echó de su casa. Su cuerpo casi inmóvil nunca fue una cárcel, porque con él deambulaba por la ciudad y por otros lugares. Hace pocos años Fabricio conoció el mar, y montado a esa silla que era el soporte móvil que le permitía andar por el mundo, supo lo que era mojarse con sus olas saladas. Futbolero, también se dio el gusto hace poco de asistir a un partido en el Monumental de Núñez para alentar al equipo de sus amores. Como una especie de artista romántico, Fabricio practicaba una bohemia en las noches rosarinas. Gustaba de la buena mesa y del buen vino, en tertulias donde se hablaba de literatura, de cine, de fútbol o de mujeres, en ese o en cualquier otro orden. Poseía un sentido del humor afinado y sutil, que le permitía burlarse, con un tono ácido y por momentos negro, de sus propias cosas. "Rengo", le decían con una ironía piadosa sus amigos; "rengo", se decía con crudeza a sí mismo. Como buen romántico, Fabricio vibraba con la pasión amorosa, pero era un romántico receloso y precavido. Muchas mujeres bellas se le acercaban, y él las dejaba desplegar sus encantos, sin sucumbir por ello a los cantos de sirena. Supo lo que era el amor, de manera sobria y para nada estridente; no necesitaba exponerse para ser feliz. Con Sergio Stegmayer habíamos pensado en reunirnos una noche para cenar con Fabricio; lo impidió su muerte. Lo acompañamos hasta el cementerio. Un camión de los bomberos voluntarios, con una dotación vestida con uniformes de gala escoltó el cortejo. Ello se debió a que Fabricio escribió una vez un poema donde decía que, de chico, había soñado con ser bombero. Una mujer bombero leyó el poema y lo mostró, emocionada, a sus compañeros. Estos, a su vez, tan conmovidos como esa mujer, decidieron nombrarlo bombero honorífico de Rosario, y le entregaron un casco, en una ceremonia donde lo invistieron de semejante título. Hoy, cuando Fabricio emprendió su último viaje, los bomberos lo seguían con toda su gala, poniendo una nota distintiva en la marcha fúnebre: solamente Fabricio podía llevar, a su sepelio, un camión de bomberos.
Gracias por todo
Quiero a través de esta sección efectuar mi agradecimiento a la obra social de Empleados de Comercio y Osecac. Soy una persona mayor y todos estos últimos años que he necesitado su ayuda me la brindaron sin ningún reparo. En estos últimos meses debo agradecer a Patricia de La Fuente y Eduardo Aguirre de Acción Social de Empleados de Comercio, que han hecho realidad la gran ayuda que necesitaba y que por su intermedio mejoraron mi calidad de vida. Mi gratitud a todo el personal de Osecac, Empleados de Comercio, farmacia y Acción Social, que me trataron con respeto y cariño. Me hacen sentir bien, apoyada y cuidada. Mil gracias a todos.
Pasajeros, paciencia
Quiero expresar mi malestar con la empresa Monticas porque el pasado jueves 17 abordé el ómnibus Nº 4860, de doble altura, cuyo horario de salida de la estación terminal Mariano Moreno, debía ser a las 10.15, pero recién partimos a las 10.40. O sea con un retraso de 25 minutos. El destino es ir por la ruta 33 hasta Casilda y seguir por la 92 hasta la provincia de Córdoba. Creo que la mayoría de los impacientes pasajeros no nos enteramos del motivo de la demora en la partida, porque no hubo ninguna información, pero algunos que estábamos en la parte superior vimos la llegada de un joven que se puso a desmontar un matafuego para luego instalar otro, en apariencia nuevo. Después se dirigió a otro sector del coche donde hizo otra tarea, para luego retirarse. Algunos comentarios decían que la unidad había sido inspeccionada y habían hallado algunas anomalías que, por supuesto, está bien que se solucionen en su momento, y no a costa del tiempo del desprevenido pasajero. Por mi parte puedo decir que llegué a mi pueblo, San José de la Esquina, con 35 minutos de demora.
Controles en el centro
Los días sábados la zona de San Luis, desde Entre Ríos a San Martín, se ve colmada de gente que llega a realizar sus compras, durante todo el día. Y junto a ellas llegan las mecheras, que aprovechan la cantidad de personas que concurren a los distintos negocios, para realizar sus tareas, robar. Sería conveniente que la Municipalidad destinara más agentes de seguridad, ya que estas mujeres no tienen problemas de realizar su trabajo a la vista de todos, ya sea en la vía pública como dentro de los locales comerciales. Es por eso que apelo al buen criterio de las autoridades y que solucionen este inconveniente en beneficio de la comunidad.
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