Bronca. Impotencia. De la gente. De los pilotos. De los equipos. Lo que prometía ser un fiestón para los fanáticos del deporte motor terminó de la manera menos imaginada. Los comisarios de la Federación Internacional de Automovilismo (FIA) que estaban supervisando el Rallycross decidieron suspender la actividad sabatina en nuestro Fangio tras haberse disputado dos tandas de los Supercar, y dos de la nacional y telonera N4, debido a la polvareda en suspensión que se levantaba y ponía en riesgo a los drivers. Luego de la reunión extraordinaria se dictaminó que se mejore la pista de tierra así hoy a las 8 se puede relanzar la competencia, que le bajará además el telón anual al calendario internacional.
A medida que los autos fueron transitando el coqueto dibujo del autódromo, una estela de tierra cobraba mayor protagonismo con cada paso de las vueltas. Para el público se tornaba como un factor muy divertido. Pero para la seguridad de los conductores todo lo contrario.
Hubo quienes afirmaron en off que los equipos del Rallycross internacional acordaron no regar el trazado y disputar las tandas de clasificaciones, pese a la polvareda que se hacía cada vez más visible. Fue entonces que luego de las teloneras nacionales (ver aparte) los potentes 600 caballos de potencia comenzaron a relinchar para despuntar las sesiones. La primera la ganó el campeón Petter Solberg (ver aparte). La segunda quedó en manos de Toomas Heikkimem.
Y ahí se cortó el show. Los motores se apagaron. Los autos quedaron en los boxes. El público no entendía lo que se venía. Esperaba más acción. De la buena como se había visto segundos antes. El tiempo pasaba. El semáforo no se ponía verde. El público ya cambiaba de color y algunos se mostraban rojo de bronca.
“Parece que no va más. Se comenta que algunos pilotos y equipos se quejaron porque no se ve nada cuando se levanta la tierra. Es un papelón. Lo positivo es que acá las autoridades rosarinas están ajenas al problema porque ellos no están a cargo de la pista. Es la FIA la que aprobó el trazado y ahora no se correrá”, fueron las primeras frases que se comenzaron a escuchar previa suspensión.
Luego el rumor se convirtió en noticia. “Pasó todo para mañana (hoy). Ya saldrá un comunicado”, argumentaron desde prensa con amabilidad. Al rato llegó el informe oficial (ver aparte). A esta altura, poco después de las 16, el grueso de la gente ya se había ido. Mientras que otros se apostaron en la zona de boxes para lograr alguna foto o autógrafos de los pilotos internacionales, donde Solberg fue el más requerido por escándalo.
Con respecto al traslado de la acción, el piloto noruego manifestó mientras se enteraba de la noticia que “esta situación obligará mañana (hoy) a exigir a todos. Será una jornada estresante”. Como dato extra hay que mencionar que al campeón que buscará hoy retener la corona le ofrendaron una camiseta de la selección argentina. Al piloto le gusta el fútbol. Y en especial Leo Messi.
La calle de boxes era un hormiguero. El público seguía desesperado coleccionando firmas. En tanto, del otro lado de la calle, donde el acceso está restringido para el grueso, los integrantes de los diversos equipos aprovecharon para bajar un cambio y hacer un break. A su vez, los pilotos argentinos también dieron su punto de vista sobre la suspensión.
No fue la jornada esperada. La idea madre era otra. Hubo poco ruido en líneas generales. Pero desde la organización hicieron hincapié en que la historia será diferente hoy. Se completará el cronograma de actividades. Primero se mostrarán los Supercar desde las 8. Luego el Rally argentino, que está acompañando la 13ª y última fecha internacional, se presentará con sus dos clases: Maxi Rally y la N4.