Los trabajadores aceiteros comenzaron a calentar motores respecto de las paritarias que se vienen y planean pedir a las empresas del sector un aumento del salario básico de al menos 2.000 pesos, para pasar así de los 7.156 acordados en diciembre de 2012 a más de 9000 a partir del año próximo (un 21 por ciento de aumento).
En una reunión plenaria muy concurrida que congregó delegados de todo el país en el Patio de la Madera, la Federación de Trabajadores Aceiteros y Desmotadores de Algodón puso en blanco sobre negro su idea de reclamo salarial en un año al que calificaron de "complicado".
Adrián Dávalos, el secretario general de la Federación, y Daniel Yofra, secretario nacional de la entidad, plantearon que si bien es cierto que la industria aceitera atraviesa algunos altibajos como consecuencia del aumento de la capacidad ociosa de las plantas (estimada en un 30 por ciento) y las recientes medidas de la Unión Europea para impedir las importaciones de biocombustible argentino, "ese costo no lo tienen que pagar los trabajadores".
"Estas empresas hace años que se llenan de plata y el costo laboral no les representa más del 5 por ciento, así que no vamos a subsidiarlas con nuestro esfuerzo", resaltó Dávalos, quien de paso le reclamó al gobierno "mayor compromiso" para acelerar la política interna de cortes de biocombustibles en las naftas.
Con esto, el excedente que ya no podrá exportarse a Europa podría ir al mercado interno, lo cual ayudaría a mantener el nivel de actividad en el sector.
"No vamos a permitir ni suspensiones ni despidos, y mucho menos vamos a sacrificar la negociación de nuestros salarios", afirmaron ambos dirigentes, quienes resaltaron que sus cálculos se basan en una estimación de salario mínimo vital y móvil "real", y no en el que estima el gobierno "que roza la línea de pobreza".
También se mostraron precavidos respecto a la posición del gobierno nacional a la hora de convalidar los aumentos entre trabajadores y empresas, ya que —según plantearon— si bien el ministerio de Trabajo no fija topes formales, si presionan para establecer un techo a partir del cual "ya no se negocia".
Desde hace años los aceiteros hacen punta a la hora de plantear sus reclamos salariales. Generalmente logran porcentajes superiores a muchos otros gremios.