San Francisco (Córdoba).- "Me dijo que tenía ganas de matar a su mujer. Nunca pensé que podía hacerlo", dijo ayer Diego Forti en la tercera jornada del juicio oral y público que se sigue a su hermano Leonardo y a Alejandro Bertotti por el asesinato de la esposa de éste, Natalia Vercesi, de 26 años y embarazada de seis meses, ocurrido en julio de 2009.
El hermano mayor de Forti fue a quien Bertotti le encargó en primer lugar seguir a un supuesto amante de su esposa. "Nunca lo seguí, pero mientras tanto le sacaba plata" (al ahora viudo), asumió Diego ante los jueces. El muchacho dijo que conoció al ex basquetbolista por un amigo en común y que mantuvieron varios encuentros o lo llamaba por teléfono cuando quería dinero.
"Bertotti me dijo que con el hijo de un farmacéutico se juntaban a comer en familia. Luego el tipo empezó a salir con su mujer y me dijo que tenía ganas de matarla. Nunca pensé que lo podía hacer", disparó. Y aseguró que entonces cortó la relación con Bertotti, quien siguió el contacto con Leonardo. "Me enteré por radio de lo sucedido y dije: este chabón lo hizo".
Otro de los testimonios fuertes del día fue el del perito criminalístico Ariel Fuentes, quien fue el primero en analizar la escena del crimen. "Para mí, el hecho que se juzga concuerda con las características de un crimen por razones pasionales y no de ocasión de robo" dijo en sus 45 minutos de exposición. El profesional brindó detalles de la escena con la que se topó al ser convocado a la casa de Urquiza 94, donde vivían Bertotti y Verseci junto a su hija de 8 años.
¿Cómo ocurrió?En parte de su relaro, Fuentes recordó su evaluación del movimiento de las personas que participaron del hecho en base a las características de las manchas de sangre en el piso, las paredes y el techo de la vivienda. "Había un charco de sangre bajo la ventana que da a la calle. Allí no había manchas satélites, lo que da la pauta de que la víctima habría recibido allí la primera puñalada mientras permanecía en el suelo, inmovilizada por su atacante o desmayada previamente", explicó.
"Mi teoría señala (continuó) que el atacante levantó a la víctima y la trasladó erguida hacia el pasillo y luego a la cocina, o bien que Natalia intentó huir y el agresor la siguió. Había salpicaduras en la puerta del garaje que indican movimiento de la víctima y otras por escurrimiento en la puerta y paredes del pasillo que demuestran que tocó esos lugares en el forcejeo".
En el piso, dijo, también encontró dos huellas de calzado: una pequeña "del tamaño de un pie 34 o 35 y otra de una persona que calza entre 43 y 45. Ambas condicen con los habitantes de la casa". Finalmente, el profesional aclaró que el peritaje sobre la chaquetilla de Bertotti encontrada en el suelo tenía manchas de sangre del mismo grupo que el de Natalia.
También declararon Susana Rita Suárez y Carlos Forti, padres del coimputado y sus hermanos Diego y Luciano; Roberto Bertotti, padre del viudo; Gabriel Vercesi, hermano de Natalia; y Eduardo Almirón, el primer policía que llegó a la casa el 8 de julio de 2009.
Relaciones de familia. Poco después de que le quitaran las esposas, Forti vio entrar a su madre y lloró en silencio. La mujer dijo que conoció a Bertotti varios meses antes del crimen, pero nunca supo su verdadero nombre hasta que lo vio por televisión. "Cuando venía a mi casa o llamaba por teléfono se hacía pasar por Fernando Gaviglio. Un día después de que mi hijo se entregó lo vi en un noticiero y lo reconocí". La madre de Forti también reconoció que la noche del crimen lavó la ropa de su hijo porque éste argumentó que "estaba descompuesto y se hizo encima".
La declaración del padre de Forti coincidió con la de su esposa, aunque agregó detalles sobre cómo fue la entrega de su hijo a la Justicia y dio cuenta de dos intentos de Bertotti de salvar su situación. "A través de fajineros mandó a preguntar cuánto quería mi hijo para cambiar su declaración y autoincriminarse en el asesinato. Después hizo preguntar cuánto quería su compañero de celda para sacarle una huella del dedo sobre un papel (a modo de firma) mientras mi hijo dormía".
El padre de Bertotti, a su turno, contó la versión del robo que conoció de parte de su hijo y responsabilizó a la fiscal sobre la rápida limpieza de la vivienda. "Ella nos autorizó", señaló y dio detalles de la vida de la pareja que no aportaron nuevos detalles. En tanto Gabriel, el hermano de Natalia, aseguró que sufrió amenazas de parte de la familia Forti. "Preguntale a Tomatis -confidente de Bertotti- cómo murió tu hermana. Vos estás marcado y te pasará lo mismo. No hables más por tele", le exigieron. Ante tal acusación, el defensor de Forti se negó a indagar al hermano de Natalia porque aseguró que fue amenazado por él y estaba por iniciar una causa en ese sentido y presentó copias de un correo electrónico que recibió de Gabriel con tono amenazante "por defender asesinos".