País dividido: el vaso medio lleno o medio vacío

"Un país dividido". De ese modo describió el opositor Henrique Capriles el panorama de Venezuela tras los resultados de las elecciones municipales del domingo para elegir alcaldes y concejales. El Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV) se impuso con el 44.16 por ciento de los votos totales frente al bloque opositor de la Mesa de Unidad Nacional (MUD) con un 40.95 por ciento. Los chavistas triunfaron en la mayoría de los municipios del país, pero la oposición consiguió las alcaldías en plazas tan importantes como Caracas, Maracaibo, Barquisimeto y, para sorpresa de muchos, en Barinas, cuna del fallecido Hugo Chávez.

El presidente Nicolás Maduro declaró que se trataba de un triunfo contundente del PSUV. En cambio, cuando Capriles compareció matizó que los resultados son la prueba de que el «madurismo» pierde terreno. De hecho, en Twitter los opositores señalaban que si se sumaban los votos de la MUD a los independientes antichavistas, se llegaba al 50.7 por ciento frente a un 49.2 por ciento del PSUV más los votos de los aliados chavistas.

En efecto. Los venezolanos están divididos y es el reflejo de una paradoja: el hecho de que la inseguridad ciudadana es rampante, la inflación roza el 54 por ciento y en los establecimientos no se encuentran los productos más básicos, no parece desgastar lo suficiente al gobierno. Además, las denuncias de la oposición contra la escasez y el creciente caos no han bastado para detener la popularidad que han generado medidas como las de rebajar por decreto los precios de televisores y heladeras.

Es evidente que Maduro no tiene el arrastre de su predecesor. Y la mayor prueba de su deslucimiento es que en Barinas, donde gobierna Adán Chávez, el hermano del fallecido líder, han elegido a un alcalde de la oposición. Un revés que debe haberle dolido al espíritu de Chávez hecho pajarito.

También es cierto que a la oposición, bajo el acoso de la maquinaria oficialista, le queda un trecho por recorrer. Pero es buena señal la reelección del alcalde Antonio Ledezma en la Gran Caracas y el avance de la MUD en centros de gran densidad demográfica.

Unos días antes de las elecciones en Venezuela fallecía Nelson Mandela, monumental ejemplo de la perseverancia y la estrategia inteligente frente a los desmanes del poder. De él han de aprender todos los que luchan por un cambio, por grande o pequeño que éste sea. La oposición venezolana está lejos de perder las esperanzas.