Pablo Moyano, número dos del gremio Camioneros e hijo del jefe de la CGT, Hugo Moyano, acusó al gobierno de aplicar "una política de ajuste" y reconoció, al igual que otros dirigentes sindicales, que el diálogo de la central obrera con la presidenta Cristina Fernández continúa interrumpido.
El dirigente del Sindicato de Choferes subió el tono de las declaraciones que antes habían dado los moyanistas Omar Plaini (canillitas) y Omar Viviani (taxis) sobre la relación cada vez más distante de la jefa del Estado con el titular de la CGT nacional.
Con Cristina Fernández "no hay diálogo; se habla con algunos funcionarios, pero hace rato que no habla con la presi. Habría que preguntarle a la presidenta por qué no quiere dialogar con Moyano. Nosotros vamos a seguir con nuestra postura en la defensa de los trabajadores. Nosotros no hemos cambiado", afirmó Pablo Moyano sobre el vínculo que su padre tiene con la primera mandataria. El distanciamiento se agravó en las últimas semanas por la decisión del jefe camionero de resistir su salida de la conducción de la central obrera y también por coqueteos con la CTA opositora de Pablo Micheli, con quien hasta podría participar de una marcha contra el gobierno.
"Nosotros estamos en estado de movilización permanente. Hace pocos días atrás en Córdoba hubo problemas con los trabajadores de la recolección, en Mar del Plata con compañeros barrenderos. Creemos que, aunque en muchas partes del gobierno lo están negando, es parte del ajuste que se está anunciando para los próximos meses, ya empezaron a atacar las fuentes de trabajo por la rebaja salarial", afirmó Pablo Moyano. Al respecto, advirtió que "van a venir tiempos difíciles si se quiere continuar con una política de ajuste" y reclamó que sea el Ministerio de Trabajo nacional el que "no puede permitir" que "empresas multinacionales tomen medidas de ajuste y rebajas salariales".
En tanto, Viviani, que es secretario gremial de la central obrera y titular del sindicato de choferes de taxis, también reveló que "no hay hace tiempo una reunión orgánica entre el consejo directivo de la CGT y la presidenta de la Nación, pero seguramente la va a haber". El taxista dijo además que "hemos demostrado durante ocho años que nunca al movimiento obrero se le salió la cadena" y precisó que una eventual medida de fuerza para reclamar aumentos salariales "es una decisión que debe tomar orgánicamente el consejo directivo de la CGT. Es cierto que no hay una relación tan estrecha como la que había cuando el presidente de la Nación era el compañero Néstor Kirchner. Hubo en el primer gobierno de Cristina una relación muy buena, pero son dos personalidades distintas la de la presidenta y la de Hugo Moyano".
Por su parte, Plaini afirmó que "si bien no estamos en el mejor momento, eso no quiere decir que la CGT no se vaya a sentar con el gobierno. Si el gobierno se sentó con la nueva cúpula eclesiástica, con Paolo Rocca de Techint, y conversa permanentemente con la UIA, ¿cuáles son los impedimentos para conversar con la CGT?", planteó el sindicalista. Finalmente, manifestó al ser consultado si el distanciamiento se debía a una cuestión personal, el titular del sindicato canillita que le "costaría mucho creer que Cristina haga una cuestión personal con un dirigente".
Al tanto de los choques, el senador radical Gerardo Morales aseguró que "la pelea sindical por la Marcha Peronista se va acabando en el país" y evaluó que "el movimiento obrero más que caer en una pelea de poder con el gobierno se debe un debate más profundo". Advirtió que "la existencia de otros actores por afuera del peronismo como la CTA que obligan a profundizar el debate sobre la representación de los trabajadores. La Argentina debe ir hacia una gran transformación, con libertad y pluralismo sindical".