En Zavalla acontece una historia conmovedora protagonizada por 26 amigos unidos desde la infancia. Gianluca Loreficce (16) es uno de los personajes de este grupo y el mes pasado comenzó a perder el cabello a raíz de una quimioterapia. Una tarde los chicos lo llevaron a la peluquería de la mamá de uno de ellos para que lo rapara. Y como desde niños todo lo hacen juntos, uno a uno fueron pasando por el sillón hasta que no quedó ninguna cabeza con pelo. Incluso dos que estaban de viaje de estudios en Bariloche, al enterarse de esto, decidieron pelarse allá y mandar la foto para demostrar que a pesar de la distancia, estaban todos unidos en la lucha de Gian contra una rara enfermedad.
“Es un grupo de chicos que valen oro, sus papás deben estar muy orgullosos de ellos como los estamos todos los que queremos mucho a Gian. Seguramente esto va a servir para otros chicos que puedan estar pasando por alguna situación parecida”, dijo Evelina Marinelli, allegada a la familia del adolescente, que está muy agradecido con sus amigos que prometieron que se seguirán cortando el pelo mientras él siga calvo, como un gesto de los tantos de amor incondicional y de apoyo que le dan todos los días.
Siete en el mundo. Pancreatoblastoma es el nombre del cáncer de páncreas que repentinamente se despertó en Gianluca hace dos meses, cuando comenzó a tener vómitos y una tonalidad amarilla en la piel, algo que en principio se pensó que serían síntomas de una hepatitis. El tumor maligno fue descubierto en el Sanatorio de Niños de Rosario, donde permanece internado prácticamente desde que se le detectó este mal del que sólo habría siete en el mundo. Pero lo que lo vuelve más extraño aún es que es una afección pediátrica: se da en recién nacidos y hasta los 9 años de edad. Para el equipo de profesionales que lo atienden en el sanatorio, éste es un caso “de libro”, por lo que el protocolo de atención debió solicitarse a Estados Unidos.
“Fue todo muy repentino, toda la vida Gian hizo deporte y era muy sano”, contó muy angustiada Nelda, su mamá. “Cuando lo abrieron y le hicieron la biopsia nos dieron el peor panorama y nos dijeron que el tratamiento adecuado era la quimioterapia, para achicar y delimitar el tumor. Todo esto con la intención de extraerlo. Mientras tanto, tiene que permanecer internado y si se resuelven algunas pequeñas complicaciones, la semana que viene comenzará con el tercer ciclo de quimio”.
“Por recomendación de los propios médicos, Gian sabe la verdad y cómo está la situación. Los mismos profesionales se lo explicaron y también le dijeron que su recuperación depende mucho de él, de su voluntad. Le dijeron que tenía que tomar su enfermedad como un partido de fútbol y así lo tomó: hay días que dice ’voy ganando’, otros ’me empataron’ y otros ’voy perdiendo’, según la evolución del día a día”, comentó Nelda, que no sale de su asombro por la madurez y fortaleza de su hijo. “Tolera muy bien la quimioterapia. Nunca se enoja, al contrario, nos da fuerzas él a nosotros. El me contiene a mí como madre”.
Proyectos de vida. Y la voluntad de Gianluca no se limita a su recuperación, sino que mantiene sus proyectos de bucear, de hacer fotografía. Incluso, vendió su cámara, compró una nueva y saca fotos dentro de la misma habitación del sanatorio. Los médicos lo admiran y aseguran que, con esta actitud, la batalla está ganada en más de un 50 por ciento. Y refuerzan el deseo de sanación las numerosas cadenas de oración que se organizan para pedir por la salud del adolescente zavallense.
Lógicamente los lazos más fuertes de esta red de contención —además de la familia— son los amigos de Gian, que respetuosamente se turnan para acompañarlo en su estadía hospitalaria. “Es increíble lo que hicieron y lo que hacen por él. Cuando terminaron las clases, le hicieron un video con testimonios de los profesores alentándolo a recuperarse”, acotó Nelda.
Gianluca podrá volver a casa cuando termine este tercer ciclo de quimioterapia que inicia la semana que viene. Se deberá someter a controles permanentes y dependiendo de los resultados podrá realizar actividades o bien hará reposo. El partido es duro, pero hay equipo: toda una familia y los 25 pelados de Zavalla, incondicionales.
Como ocurrió el año pasado en Rosario, donde los amigos de Leonardo Juárez le hicieron el aguante pelándose, en Zavalla una nueva y conmovedora historia da muestras de la solidaridad y el compañerismo.