La decisión del gobierno provincial de establecer pisos electorales desde los comicios de 2015 no sólo era necesaria sino que, además, corrige un error de fábrica de la actual ley de primarias abiertas, obligatorias y simultáneas, que habilitó hasta aquí verdaderos festivales de boletas.
En Rosario, durante los últimos comicios a concejal hubo 32 listas habilitadas, sin filtro alguno para pasar a la general o con porcentajes muy lábiles para colarse en las nóminas definitivas de los frentes.
La ley actual que el Ejecutivo pretende reformar es contradictoria y choca con el espíritu de las primarias: premia al que no compite en internas. A saber, como mero ejemplo práctico: el candidato a intendente, gobernador, diputado, senador o concejal que no participa de una compulsa pasa directamente al turno posterior sin que se le exija una mínima cantidad de votos.
Si la Legislatura aprueba la iniciativa, las listas deberán ser bendecidas al menos por el 1,5% del padrón para pasar de la primaria a la general. Como simple ejemplo enunciativo, y antes de que se confirmen las ecuaciones precisas, ninguna lista podría superar el filtro a concejal o intendente si no consigue más de 12 mil votos, aproximadamente.
Y para ingresar al Concejo cada candidato necesitará al menos 20 mil sufragios.
En el caso de la Legislatura, resultará muy difícil que alguien se convierta en diputado provincial sin que reciba el beneficio de cerca de 35 mil voluntades.
La decisión del gobierno santafesino de hacerse cargo de la publicidad electoral de los partidos y frentes —algo reclamado por la oposición peronista— le permitió introducir la iniciativa sobre los pisos, aun cuando muchos potenciales candidatos sientan que la modificación perjudicará sus chances. “Por qué el Estado debería seguir financiando semejante despropósito pagando boletas y campañas electorales a aventureros y arribistas. Con estas modificaciones eso se empieza a terminar”, dijo una fuente de la Casa Gris.
Para que se entienda: el Estado provincial, además de garantizar la emisión de la totalidad de las boletas únicas para cinco categorías y para todos los partidos, pagará los espacios audiovisuales y también por cada voto obtenido. Sólo por los espacios publicitarios deberá realizar una inversión total de 90 millones de pesos.
En 2014, mediante decreto 1365/2014 se autorizó el pago de un total para todos los partidos de casi un millón y medio de pesos por votos obtenidos (proporcionalmente), sólo en las elecciones municipales del año 2011.
Ayer mismo, el ministro de Gobierno, Rubén Galassi, reveló que sólo por la impresión de boletas para 2015 el gobierno deberá pagar la friolera de cien millones de pesos.
A cambio de todo eso, y en el mismo paquete, la Casa Gris quiere fijar el piso del 1,5% para limitar la oferta y el festival.