La clasificación conseguida ayer por Chile no hizo más que ratificar que la Fifa ya debería comenzar a pensar en otorgarle una plaza más a Sudamérica. Los cinco representantes que llegaron a Sudáfrica están en segunda fase y además cuatro de ellos se quedaron con el grupo. Sin dudas, este hecho no puede pasar desapercibido y las asociaciones nacionales y hasta la misma Conmebol, deberían hacer lo necesario para que el continente ocupe el lugar que se merece por historia y por presente. Argentina, Brasil y Uruguay están en carrera por historia y jerarquía, mientras que Chile y Paraguay buscan mejorar, aunque todavía están lejos del tridente continental. La primera fase dejó tela para cortar con las eliminaciones de Francia e Italia, lo que demuestra que en Europa también el fútbol está en crisis. A contramano, Sudamérica alcanzó un muy buen nivel e incluso algunos de los equipos tienen, a priori, chances de seguir en la lucha por los lugares de privilegio. Después de la primera fase, la Argentina de Maradona y el Brasil de Dunga, más allá de algunos puntos débiles, tienen los argumentos necesarios y jugadores que están muy por encima del resto, lo que permite pensar que pueden estar arriba. Uruguay tiene una buena chance ante Corea (S), mientras que el Chile de Bielsa tendrá que vérselas nada menos que con Brasil, en tanto el Paraguay de Martino deberá mejorar para dejar en el camino al sorprendente Japón. Casi sin tiempo para analizar la fase inicial, los elencos sudamericanos ya ponen proa a la fase decisiva de un torneo que por ahora no tiene un candidato excluyente, pero en el que los del sur buscarán seguir en boca de todos. Por planteles, entrega, amor propio y la manera de sentir el fútbol, nadie duda que van a dejar el alma en la cancha más allá del resultado final. l