Sorprende transitar por la calle Cochabamba, frente al jardín francés en el parque Independencia, y ver una importante cantidad de jóvenes visitar el sector como si fueran turistas que recorren zonas desconocidas. Con los dedos apretados sobre la malla del alambrado herrumbrado por el tiempo, hace que la vista se lleve por delante las ruinas de lo que una vez fue un lugar de esparcimiento y prácticas de distintas disciplinas deportivas. Quieren entrar y se lo permiten y no saben cómo abrir más los ojos para ver todo rápido, como los europeos que llegaron después del 9 de noviembre de l989, cuando caía el muro de Berlin y que había separado hermanos, amigos y parejas. Los socios de Newell's, después del 14 de diciembre vuelven a disfrutar los espacios del club que le pertenecen y que les habían sido usurpado por personas que no habían elegido y socios que no tenían nada que ver con su historia. Hay lágrimas en muchos vitalicios y risas en jóvenes que nacieron en democracia, y están felices de haberla encontrado en el club donde los colores despiertan pasión y sentimiento cada vez que su equipo sale a la cancha para jugar un partido de fútbol. Caminan por las tribunas y hasta les dejaron pisar el césped de la cancha. Con la sonrisa visible en sus rostros alcanzan a decir "ahora podremos venir al club cualquier día, la semana pasada sólo podíamos hacerlo cuando había partidos, después el club se cerraba y solo unos pocos tenía ese privilegio". Cada noche, durante muchos años, el oscuro predio enclavado entre una de las avenidas más iluminadas de la ciudad y frente al museo que cobija gran parte de nuestra historia, vuelve a tener vida y luz. Las parrillas y las mesas tienen otro color. Van ganando lugares y les hacen el aguante como si fueran batallas para ganar una guerra que duró 14 años. Del pasado, ni rastro. Los antiguos dueños y señores ya no están, hoy sólo quedan las marcas del deterioro y el dolor del atropello de inadaptados que tuvieron una impunidad que martiriza solo pensarlo. Los jóvenes aseguran que van por más y que no permitirán que vuelvan los usurpadores, cómplices y sus brazos armados que a través del temor posibilitaron tantos años de gobierno en el club de sus amores. Newell's fue noticia en el país. Hasta los hinchas de Central se agarran la cabeza cuando las imágenes de la televisión muestran el estado deplorable que tiene el club. Los jóvenes vienen marchando como cuando se autoconvocaban para reclamar justicia. Hoy se autoconvocan para ayudarlo a salir de la inmundicia.