Miles de estudiantes salieron ayer a las calles en Francia para reclamar el retorno de dos alumnos indocumentados expulsados del país, una decisión que ha dividido al gobierno de izquierda francés. La detención el 9 de octubre en un autobús escolar de Leonarda Dibrani, una adolescente de 15 años hizo pedazos la unidad en las filas del Partido Socialista del presidente François Hollande, que sufre los peores niveles de popularidad de un jefe de Estado galo desde 1996.
Ayer, miles de estudiantes salieron al ruedo del debate bloqueando los ingresos de sus liceos en París y otras regiones del país, para reclamar el retorno de los dos expulsados. Además de la chica gitana expulsada a Kosovo, los estudiantes exigen el regreso a Francia de Khashik Kashatryan, un joven armenio de 19 años escolarizado en París y deportado el sábado. Kashatryan asistía a clases en una escuela técnica del norte de París. El mes pasado fue arrestado, acusado de robo, y retenido para ser deportado, informó Le Figaro. A pesar de las protestas de sus compañeros de clase, fue enviado a Armenia la semana pasada. Tanto él como su familia vivían en Francia desde 2011. "Regreso de Khashik y Leonarda, su lugar está aquí", clamaron los estudiantes durante una bulliciosa manifestación frente al liceo Charlemagne. Según fuentes oficiales, se vio afectada una de cada cinco escuelas de la capital.
Sentadas, accesos bloqueados o filtrados y manifestaciones en el centro de París: una veintena de establecimientos de enseñanza estatal, de un total de cien, vivieron alteraciones ayer, según el rectorado. Unos 2.500 alumnos, según la policía y 7.000 según el sindicato Fidl, participaron en las protestas. En el resto de Francia hubo manifestaciones en Mende (centro) y Aviñón (sur).
¿Mala gestión? Hollande aún no se expresó sobre el tema. El miércoles, el jefe del gobierno Jean-Marc Ayrault intentó calmar los ánimos al anunciar que Leonarda Dibrani podría regresar a Francia si se comprueba al término de una investigación administrativa que las autoridades cometieron alguna "falta". Blanco de duros ataques, algunos miembros de su propio partido acusan al ministro del Interior, hijo de inmigrantes españoles, de hacer una política de derecha en materia migratoria. Manuel Valls, quien asegura ser "de izquierda" y favorable a una "política de integración" de los extranjeros en Francia, mantuvo su postura. Nacido en Barcelona y naturalizado francés a los 20 años, Valls es objeto de críticas en su propio bando, sobre todo desde que en septiembre pasado exasperó a buena parte de la izquierda al poner en tela de juicio la capacidad y la voluntad de integración de los 20.000 gitanos que viven en Francia. Según sus adversarios, Valls cruzó una "línea roja" de la izquierda francesa, que reconoce a cada cual el derecho de hacerse francés cualquiera sea su país o religión de origen. El miércoles, la portavoz del gobierno Najat Vallaud-Belkacem estimó que "las acusaciones contra Valls son totalmente descabelladas" y apuntó a la policía local por un mal manejo del caso Leonarda.
Expulsada junto al resto de su familia a Mitrovica, Kosovo, Leonarda Dibrani multiplicó entrevistas a medios franceses para relatar su historia y rogar que la dejen regresar a Francia para volver a la escuela. La joven de 15 años, que llevaba casi cinco viviendo en Francia, fue arrestada mientras participaba en una excursión con su clase en la región de Comte, en el este de Francia. Tras ello, fue deportada con su madre y sus cinco hermanos. Una de sus maestras explicó en un post de Internet cómo fue obligada a salir del autobús entre sollozos.
Su padre, Resat Dibrani, —que tiene prontuario por delitos menores y violencia doméstica, según informaciones divulgadas ayer— hizo declaraciones, asegurando que él es el único de la familia de ocho miembros que nació en Kosovo. El padre, que dijo que llegó con su familia a Francia en 2008, con la esperanza de obtener asilo, aseguró que su esposa había nacido en Italia, así como cinco de sus hijos, entre ellos Leonarda. Solo la última hija, que tiene 17 meses, nació en Francia, indicó. Explicó que había mentido a las autoridades francesas sobre los orígenes kosovares de la familia pensando que así tenía más posibilidades de obtener asilo en Francia.