Por cada una de las cuadras de la peatonal Córdoba entre San Martín y Paraguay, hay de ocho a diez negocios que aún mantienen sus puertas abiertas con los acondicionadores de aire trabajando a full, a pesar de que la ordenanza 9.375 los obliga a “disponer de un sistema de cierre automático” para evitar “el despilfarro energético por las pérdidas al exterior”. La mayoría de esos locales, que ya fueron notificados de que se hallan en flagrante infracción, solicitaron un plazo extra para adecuar sus ingresos a la norma, pedido que quedó en estudio por parte de la Dirección de Asuntos Jurídicos. De todos modos, en una recorrida que realizó este diario se pudo ver a una buena cantidad de comercios, incluso con convencionales puertas batientes de blíndex, simplemente abiertas.
Las notificaciones, que formalizaron durante los últimos días agentes de la Guardia Urbana Municipal (GUM) y de la Dirección de Inspección de Comercio e Industria, recayeron en una primera instancia sobre casi 500 locales del centro, la mitad de ellos ubicados sobre la peatonal Córdoba y el Paseo del Siglo, seguidos por los del corredor de San Luis (147 actas) y luego, en partes casi iguales, por la peatonal San Martín (60) y las calles transversales (54).
Según fuentes de la Secretaría de Control, desde el jueves pasado hasta ayer ya se había avanzado con otras 700 notificaciones por el mismo motivo en negocios ubicados en los centros comerciales a cielo abierto de Echesortu, Alberdi, San Martín y Ayacucho, y entre hoy y mañana iban a concretarse otras 300.
Solicitud. De hecho, a pedido de la Asociación Empresaria de Rosario (AER) el lunes pasado se realizó una reunión de los comerciantes con autoridades municipales para dar curso formal a un pedido de plazo de forma de adecuarse a la normativa que apunta al ahorro y la eficiencia energética (ver aparte).
El titular de la entidad, Ricardo Diab, confió en que la respuesta sería positiva por la existencia de casos en los que será necesario implementar un nuevo sistema de cierre de los locales o de retención del frío.
“Varios negocios van a tener que poner puertas corredizas o algún otro sistema para poder cerrar, pero la verdad es que después de que fueron advertidos por notificación muchos otros ya cerraron sin ningún problema”, aseguró Diab.
En parte el directivo tiene razón. En una recorrida que ayer realizó La Capital por la peatonal, de San Martín a Paraguay, registró que buena parte de los comercios ya cerraron sus puertas, muchos de ellos tras colgar un visible cartel que reza “abierto”.
Puertas abiertas. En cambio, otros mantenían sus puertas abiertas de par en par. O bien por no tener otro sistema de cierre más que el metálico, o bien por mera decisión comercial para “atraer clientes”. Algunos otros negocios, con puertas de blíndex de dos hojas, mantenían abierta sólo una.
En números: de San Martín a Sarmiento, había ocho locales con puertas abiertas y aire acondicionado a full. De Sarmiento a Mitre diez, de Mitre a Entre Ríos nueve, de Entre Ríos a Corrientes ocho y de Corrientes a Paraguay sólo dos.
Varios de ellos, que supieron tener sus puertas siempre abiertas, ya las habían cerrado. Un caso emblemático fue Musimundo, aunque al lado, en la misma cuadra, dos de sus grandes competidores, Garbarino y Frávega (en este caso con dos enormes ingresos), las mantuvieron de par en par. Pasar por la calle daba gusto: frente a los casi 42 grados de sensación térmica, cualquiera podía alucinar que soplaba un aire fresco.