El presidente estadounidense, Barack Obama, instó ayer al Congreso a aprobar una reforma migratoria, en un acto en el que estuvo acompañado por un joven argentino a quien tomó como ejemplo de la necesidad de actuar rápido ante el fallido sistema migratorio actual. Entre todos los invitados presentes ayer en la Casa Blanca, Obama optó por mencionar la historia de Diego Sánchez, un "soñador" (dreamer en inglés) que "había hecho todo bien, no se había metido en problemas, se había destacado en clase, contribuido a su comunidad, sintiéndose esperanzado sobre su futuro y de repente, se entera que tiene que vivir con el temor de la deportación".
Tiempo después, su destino cambió cuando "escuchó que íbamos a ofrecer una oportunidad para los jóvenes como él de salir de las sombras, fue y se anotó", dijo el presidente en referencia al programa DACA (Acción Diferida para Inmigrantes que Llegaron en la Infancia, en español) anunciado por el gobierno un año atrás y del cual el argentino resultó beneficiario hace apenas un mes.
"Es un honor que Obama haya tomado mi caso como ejemplo", comentó a su vez Diego, el estudiante argentino de 22 años a cuya historia se refirió el mandatario demócrata durante su discurso en apoyo a la reforma migratoria, en el mismo día del inicio del debate de la ley en el Senado. "Este es el resultado de una lucha de todos los soñadores (jóvenes indocumentados que llegaron de niños a Estados Unidos), que están luchando por la reforma hace varios años", agregó Sánchez, uno de los 11 millones de «sin papeles» que se beneficiarían de la regularización que contempla el proyecto.
Trabas. Diego dejó la provincia del Chaco junto a sus padres hace 13 años para migrar hacia Estados Unidos con la intención de luchar por el futuro de toda la familia, dijo su madre, Alejandra Saucedo. "Pero no sabíamos que nos íbamos a encontrar con tantas trabas. La más grande fue cuando mi hijo terminó la secundaria y no pudo seguir estudiando", contó Sucedo. "Nunca bajamos los brazos, él nunca tuvo miedo, y empezamos a hablar con las universidades hasta que la Saint Thomas University de Florida nos abrió las puertas", recordó la mujer de 43 años, una de las líderes de la organización Madres de Soñadores en los Estados Unidos.
Sin embargo, la lucha de los Sánchez y sus tres hijos continuaría día a día, ya que para que Diego pudiera obtener su actual título en Filosofía y Psicología tuvieron que "hacer de todo, vendimos hasta 400 empanadas por fin de semana para poder pagar la facultad", contó Salcedo. "Fue un sacrificio", porque al ser indocumentado tuvo que pagar una cuota de estudiante internacional "4 ó 5 veces más cara que una regular, pero él hizo valer la pena lo que nosotros nos sacrificamos para llegar a donde está", agregó.
"La mejor oportunidad". Rodeado de líderes empresariales, sindicales, agentes de la ley y activistas pro-inmigración, entre ellos varios jóvenes indocumentados, Obama afirmó ayer que la iniciativa del "Grupo de los Ocho" constituye "la mejor oportunidad en años" de lograr arreglar un sistema migratorio que, subrayó, todos coinciden en que está "roto".
Frente a las reservas mostradas por los sectores más conservadores con la iniciativa por cuestiones de seguridad fronteriza y por la vía a la legalización que prevé para los 11 millones de indocumentados que hay en el país, Obama aseveró que nadie que "realmente" quiera arreglar el sistema puede objetar el proyecto de ley, por mucho que "satisfaga" plenamente a nadie, ni siquiera a él. "Si de verdad creen que tenemos que arreglar nuestro sistema migratorio roto, no hay razón alguna para obstruir el camino de esta ley", retó el mandatario.
Votación clave
La propuesta de reforma migratoria superó ayer una votación clave en el Senado al lograr más de los 60 votos mínimos requeridos para impedir su bloqueo en el pleno de la Cámara alta, con lo que el proyecto de ley podrá avanzar en el largo camino legislativo que aún le queda por recorrer. La iniciativa S.744 recibió 82 a favor y 15 en contra.