El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, defendió ayer incondicionalmente los programas de vigilancia del gobierno sobre comunicaciones telefónicas y de internet, denominándolos una modesta invasión a la privacidad necesaria para defender al país de ataques. El mandatario aseguró que no se escuchan las conversaciones de los ciudadanos y que sólo se afecta mínimamente a la privacidad de algunos, un precio que, según él, vale la pena pagar para mantener a Estados Unidos a salvo del terrorismo. "No se puede tener", dijo en San José (California), momentos antes de trasladarse a Palm Springs para reunirse con el presidente de China, Xi Jinping, (ver aparte) "un 100 por ciento de seguridad y un 100 por ciento de privacidad. Hay que hacer concesiones y estas pequeñas concesiones nos ayudan a prevenir ataques terroristas".
Acorralado por practicar como presidente lo que criticó como candidato, Obama admitió que, cuando llegó a la presidencia, en 2009, era "algo escéptico" sobre esos programas, que ya existían, pero que sus asesores le convencieron de que eran un instrumento muy útil para la seguridad del país, y que decidió mantenerlos, con el conocimiento y el respaldo de los dos partidos del Congreso y de la autoridad judicial competente. "Nadie está escuchando tus llamadas telefónicas. Este programa no se trata de eso", dijo Obama a periodistas en una visita a Silicon Valley en California. "En abstracto, se puede quejar sobre el «Gran Hermano» y cómo este es un potencial programa fuera de control, pero cuando realmente se miran los detalles, entonces creo que hemos llegado al equilibrio correcto", sostuvo.
Correos electrónicos. El Washington Post reportó ayer que autoridades federales han estado accediendo a los servidores de empresas que incluyen a Google, Apple y Facebook para llegar a correos electrónicos, fotos u otros archivos que permitan a los analistas de seguridad rastrear personas y contactos. Eso se sumó a las preocupaciones por la privacidad generadas por un informe en el periódico británico The Guardian que aseguró que la Agencia Nacional de Seguridad (NSA, por sus siglas en inglés) ha estado recolectando datos telefónicos de millones de clientes de una subsidiaria de Verizon Communications.
Los dos reportes generaron un amplio debate sobre los derechos de privacidad y los límites adecuados de vigilancia del gobierno tras los ataques del 11 de septiembre de 2001 en Estados Unidos.
Obama, quien prometió dirigir la administración demócrata más transparente de la historia del país, aseguró en sus primeros comentarios sobre la controversia que asumió la presidencia con un "sano escepticismo" sobre los programas de vigilancia, pero llegó a la conclusión de que "modestas invasiones a la privacidad" valen la pena. Agregó que su gobierno también ha instituido auditorías y endurecido las salvaguardias para asegurarse de que los programas no sobrepasen sus límites. "Pueden tener el 100 por ciento de seguridad y también tener el 100 por ciento de seguridad y cero inconveniente", afirmó. "Vamos a tener que tomar algunas decisiones como sociedad".
Obama podría tener que abordar el tema durante sus reuniones con el presidente chino, Xi Jinping, en una reunión en California, en donde se espera que las preocupaciones sobre el presunto pirateo de secretos estadounidenses están en un lugar de importante en la agenda.
Programa PRISM. Aunque los miembros del Congreso son rutinariamente informados secretamente por la NSA sobre los programas de vigilancia, no está claro cuánto saben sobre la extensión de la supervisión en la actividad privada de internet. El representante Henry Waxman, un demócrata de California, dijo que pensaba que el gobierno tenía buenas intenciones pero que el programa era "muy amplio y extendido".
El Washington Post dijo que el programa secreto que involucra a empresas que incluyen Microsoft, Skype y Youtube, cuyo nombre código es PRISM y se estableció bajo el presidente republicano George W. Bush en 2007, había visto un "crecimiento exponencial" en los últimos años bajo el presidente demócrata Barack Obama.
El Post dijo que un reporte de la NSA había encontrado que la agencia "depende cada vez más de PRISM" como su principal fuente de materia prima, lo que representa casi uno de cada siete reportes de inteligencia.
James Clapper, director de Inteligencia Nacional, dijo que el reporte contenía "numerosas imprecisiones" y algunas de las compañías identificadas por el Washington Post negaron que la NSA y el FBI tengan "acceso directo" a sus servidores centrales. Microsoft dijo que no participa voluntariamente en la recolección de datos del gobierno y que solo cumple "con órdenes de solicitudes sobre cuentas determinadas o identificadores específicos".